Sánchez, Rivera y Casado ignoran la carta de Valls

El exprimer ministro francés pide por enésima vez aislar a la extrema derecha y al independentismo y clama por un pacto de Estado entre PSOE, PP y Cs

Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona / EFE

El candidato a la alcaldía de Barcelona con el apoyo de Cs, Manuel Valls, está tratando de enmarcar su campaña municipal en la política nacional española. Sin embargo, el exprimer ministro francés ha sido ignorado y aislado por los principales partidos políticos, incluido Ciudadanos. 

En la madrugada de este sábado, Valls ha enviado una carta a Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera en la que les exige el compromiso de "no pactar ni con los populismos de derechas ni de izquierdas" [ver carta aquí].

Carta sin respuesta

El expresidente galo está preocupado por la posibilidad de que su partido llegue a algún tipo de acuerdo con Vox, tal y como sucedió en Andalucía para desalojar al PSOE del Palacio de San Telmo. Para él, Andalucía "es un claro ejemplo de lo que la democracia española debe evitar", ya que su partido se subordinó a la derecha radical.

De momento, la misiva no ha sido correspondida por ninguno de los líderes políticos interpelados, ni siquiera por Albert Rivera. Y no es la primera vez que lanza este mensaje. El expresidente galo apela a un "gran pacto que garantice la gobernabilidad a los partidos constitucionalistas, sin condicionamientos de formaciones políticas ajenas al orden constitucional". Es decir, Vox y los independentistas como línea roja. 

Aislamiento en Barcelona

Valls corre el riesgo de quedar completamente marginado en el Ayuntamiento de Barcelona, lo que le impediría acceder a la alcaldía de la ciudad. Visiblemente preocupado, alerta siempre que puede del pacto Colau-Maragall que convertirá a la capital catalana en "la palanca del independentismo". 

En su carta, el candidato de Cs apela a la responsabilidad de Sánchez, Casado y Rivera "como hombres de Estado" para conformar un nuevo tripartito en España que garantice la gobernabilidad del país. En este sentido, les ha pedido abandonar el "cortoplacismo" para evitar una situación de estancamiento que, según él, puede producirse después de las elecciones.

Críticas de Collboni

El único que ha contestado hasta el momento a la misiva de Valls ha sido Jaume Collboni. El líder de los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona la ha descrito como una "cortina de humo" para blanquear su imagen tras haber participado en la manifestación de la plaza Colón de Madrid, que reunió a PP, Ciudadanos y Vox. Para Collboni, la presencia de Valls en aquella concentración junta a la extrema derecha "no se puede tapar con una cartita", por lo que le ha pedido "más coherencia y responsabilidad".

El dirigente de los socialistas catalanes ha recordado también que PP y Ciudadanos gobiernan en Andalucía gracias a los votos de Vox y ha subrayado que "la tradición política" de la que proviene Valls -la francesa y la europea- "bloquea a la ultraderecha o evita que condicione o participe en gobiernos".

Texto de la carta

Estimados secretario general y presidentes: 

Nuestro país ha entrado en un largo ciclo electoral que será decisivo para el futuro de su convivencia democrática. Las elecciones generales, autonómicas, europeas y municipales que se van a celebrar en los próximos tres meses suponen un desafío excepcional. En estos comicios, la democracia representativa va a sufrir el embate de quienes quieren sustituirla por «momentos decisionistas», la llamada democracia directa, bajo la presión del populismo y del nacionalismo separatista. Este desafío afectada a toda Europa, al conjunto de España, a Cataluña y, en particular, a Barcelona. 

Hace pocos días Emmanuel Macron, el presidente de la República Francesa, hizo un llamamiento a los ciudadanos europeos a mantenerse firmes ante un impulso antieuropeo que nos conduce al repliegue y la división. Es necesario, urgente, que los ciudadanos de Europa nos pongamos a trabajar a favor de un renacimiento europeo basado en los valores que nos unen, como la libertad, la solidaridad, la protección mutua o el progreso. El destino de Europa depende de la predisposición a sumar del centro derecha, de la socialdemocracia, de los liberales y de los ecologistas. Por eso considero una obligación política solicitar formalmente a los líderes del Partido Socialista Obrero Español, del Partido Popular y de Ciudadanos que avancen en la construcción de un gran pacto que garantice la gobernabilidad a los partidos constitucionalistas, sin condicionamientos de formaciones políticas ajenas al orden constitucional. 

Apelo a su responsabilidad como hombres de Estado. Sería extremadamente peligroso para la democracia española que, por falta de generosidad y de amplitud de miras, los grandes partidos constitucionalistas cedieran capacidad de decisión en las políticas legislativas a quienes se cuestionan la propia norma fundamental de donde deriva nuestro ordenamiento jurídico. Sería una grave irresponsabilidad no estar a la altura a la hora de dar respuesta a los grandes desafíos a los que se enfrentan la democracia española y la construcción europea. 

Estamos viviendo un momento crítico, pero en toda crisis se abre una oportunidad. Si las fuerzas políticas constitucionalistas afirman su apuesta por una democracia fundamentada en la asertividad; si anteponen lo mucho que les une a sus diferencias programáticas concretas; si apuestan por una política de Estado abandonando el cortoplacismo, el país en su conjunto dará un gran paso adelante, y la democracia española nacida de ese espíritu de pacto y consenso de 1978 se habrá reforzado sustancialmente. Sin embargo, si no existe esta generosidad ni esta altura de miras, si cada partido apuesta por el ventajismo y un equivocado interés particular, el riesgo de que estas elecciones nos conduzcan a una situación de estancamiento es enorme. Y esto, además, hundiría nuestro país en una espiral negativa: una crisis constitucional o una legislatura agitada y estéril son el terreno peor abonado para que crezcan los desencantados con el sistema democrático. 

El resultado de los comicios de Andalucía es un claro ejemplo de lo que la democracia española debe evitar. El acuerdo que hizo posible el Gobierno supuso una cesión significativa a la derecha radical, poniendo también de manifiesto la falta de responsabilidad del gran partido que ha gobernado Andalucía y España durante más tiempo en su etapa democrática. Yo he asumido el reto de encabezar una candidatura a la alcaldía de la ciudad de Barcelona. Me presento al frente de una plataforma transversal apoyada por Ciudadanos y a la que han dado respaldo otras formaciones como Lliures y UPyD, además de personas de toda procedencia social y sensibilidad política. Es un desafío apasionante y una apuesta de la máxima relevancia, porque Barcelona tiene una gran proyección internacional, y lo que suceda en esta ciudad tendrá una trascendencia social y política para España y Europa. 

Hemos de evitar que Barcelona sea la palanca del independentismo, que ya ha anunciado y trazado alianzas con el populismo de la alcaldesa Ada Colau. Desde Barcelona debemos enviar una señal de recuperación de los valores sobre los que se ha construido el proyecto democrático español de los últimos 40 años. Por eso les pido que se comprometan a no pactar ni con los populismos de derechas ni de izquierdas. Tampoco con el independentismo, que ha dividido profundamente la sociedad catalana. El debate de Barcelona es el debate de España y de Europa. Me comprometo a trabajar con toda mi energía para volver a situar Barcelona en el lado de la convivencia y la democracia plena; pero, con la misma energía, reitero mi llamamiento a los dirigentes de los partidos constitucionalistas para que ofrezcan a España el gran acuerdo que este país necesita. 

Muy atentamente, Manuel Valls Candidato a la alcaldía de Barcelona Barcelona, 9 de marzo de 2019

Comentarios

  1. Jordi Sala

    A los SOCIALISTAS hay que ignorarlos

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  2. Yasser Ches

    Los partidos golpistas deben ser proscritos.

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  3. maralamar_

    Valls, gobierna tu casa y deja de decir necedades. En España no hay extrema derecha.

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  4. Cortaypega2

    Tienen miedo que VOX siga escalando Siguen con la descalificación y comparación negativa pero los españoles debemos tener gobiernos de españoles no gobiernos que obedezcan instrucciones desde fuera. Conspiración es simplemente la acción que toman varios contra uno de forma secreta, en palabras actuales le llamamos mobbing y hacer mobbing es de mafiosos o delincuentes.

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  5. ANDYGASS

    Mire Sr. Valls, le voy a responder. Si en su escrito, al igual que menciona el acuerdo en Andalucía entre CS, PP y VOX que a vd le parece deplorable, hubiera mencionado el acuerdo VOMITIVO de PSOE con PODEMOS, BILDU, ERC, JUNTS para conseguir la Presidencia del Gobierno, ese escrito suyo me hubiera parecido cuanto menos INTERESANTE, pero sólo querer ver el acuerdo en Andalucía y omitir el más grave le resta a vd. credibilidad y me inspira sectarismo.

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