Vaya panorama
El anuncio del plan de Obama que presentó el jueves por la noche ante el Congreso de una serie de iniciativas fiscales para reducir la elevada tasa de paro del país y animar un anémico crecimiento económico que hace temer una nueva recesión. El plan, con un coste de 447.000 millones de dólares, es más ambicioso de lo inicialmente filtrado y a diferencia de otras ocasiones, esta vez, la oposición republicana ha mostrado su disposición a negociar. EE UU abre la puerta así un camino inverso al europeo proponiendo una mayor intervención fiscal ante la crisis frente a las medidas de austeridad que se están imponiendo en el viejo continente. Ante la falta de soluciones claras estamos ante la tentación de los políticos a aplicar lo del sálvese quien pueda.
Las noticias no son buenas sobre la economía europea. La certeza de la vuelta a la recesión de muchos de sus miembros ha marcado otra jornada de infarto en la bolsa con una nueva bajada del 4,5% y la prima de riesgo otra vez por los 340 puntos, después de conocerse la inminencia de la quiebra de Grecia que ya esta pagando sus emisiones de deuda al 20,41% y la seguridad de no podrá atender sus pagos del mes de octubre por lo que ya se ve como segura su salida de la Eurozona. Ante el fracaso de las sucesivos planes económicos de la economía mundial y la falta de soluciones que no sean el seguir endeudando a los estados con emisiones constantes de deuda que solo son cubiertos forzosamente por los bancos nacionales o europeos que impiden la llegada del dinero para las empresas necesario para la reactivación de la economía.
En las últimas horas los acontecimientos se han acelerado de manera preocupante para la Eurozona. El rescate de Grecia se ha complicado como consecuencia del continuado incumplimiento de su compromiso por reducir el déficit y el ala más ortodoxa del BCE ha sido descabezada. Parece, por consiguiente, que los intereses alemanes se encuentran cada vez más marginados en el seno de las instituciones comunitarias, lo que obviamente dispara el riesgo de que los países saneados de Europa decidan resolver por sí mismo sus problemas, abandonado a su suerte al resto de sus socios.
Aquí en España después de un primer momento en que se pensó por parte del gobierno que esto podría solucionar poniendo más y más dinero en circulación y gastar sin ton ni son en Planes E y otras ocurrencias, ahora hay ya la convicción de que solo se puede salir adelante con unos planes de ahorro muy estrictos que desmonten todo aquello inservible del caro e ya inservible edificio administrativo de cartón piedra del utópico “Estado de bienestar”, siempre que sea Alemania quien pague la fiesta.
Pero los alemanes están ya hartos de ser quienes tengan que acudir a cada uno de los incendios y quieren salirse de algo que se ha convertido en una carga insoportable. La dimisión del economista jefe del BCE, Jürgen Stark tras doce meses de enormes tensiones en el seno del Consejo de Gobierno de la institución, intensificadas en las últimas semanas por la decisión del organismo de comprar deuda soberana de España e Italia.
Tras la rueda de prensa de Trichet el pasado jueves en Fráncfort era evidente que la última sesión del Consejo debió ser una auténtica tormenta. El presidente, que normalmente suele controlar sus emociones, estalló cuando un periodista alemán le interrogó sobre las críticas que, sobre todo desde Alemania, se hacen al papel de bombero que la institución monetaria ha asumido con la compra de títulos soberanos de los países en crisis.
Es lo que inexorablemente sucede cuando se tensa demasiado la cuerda y se espera que siempre sea el mismo quien abone todas las facturas sin ofrecer a cambio una mínima corresponsabilidad. Ahora mismo, el mismo proyecto del euro podría llegar a estallar como consecuencia de unos Gobiernos imprudentes y manirrotos.
Y es que una cosa es que Alemania deba ser generosa con el resto de Europa y otra muy distinta que los tan prometidos como retrasados programas de austeridad jamás lleguen. Lo razonable es que cuando un acreedor presta su dinero desee recuperarlo, y Alemania ya lleva demasiado tiempo prestándoselo a unos periféricos cuya voluntad para cuadrar sus presupuestos y recuperar su solvencia es más bien testimonial.
Si no queremos encontrarnos dentro de unos meses en la misma situación que Grecia –en el mismo filo de la navaja– debemos comprometernos creíblemente a devolver los fondos que adeudamos; en caso contrario, los teutones bien podrían terminar rompiendo la baraja. Nos jugamos demasiado como para que el cortoplacismo de nuestros políticos ahora metidos en promesas electorales que les impida tomar decisiones tan contundentes como las que necesitamos. Por desgracia, nada garantiza que nuestra clase política esté a la altura de las circunstancias.
pozalmur
ResponderEliminarLos politicos Griegos(por cuestiones electorales y de compra del voto),llevan decadas engañando a la sociedad griega,y ésta lleva ese mismo tiempo dejandose engañar , mirando para otro lado y pidiendo otra de gambas, mientras observa complacida el ultimo derby futbolistico o el programa basura de turno.
Pero la realidad es terca y acaba por imponerse.
La gente en las calles protesta contra la subida de impuestos , las rebajas salariales y las privatizaciones de empresas;ajenas totalmente a la que se les avecina.
Cuando al final "despierten",y vean que son un 50% más pobres de lo que pensaban y que sus politicos no tienen dinero ni para pagar las pensiones y el sueldo de sus funcionarios,evidentemente, echaran la culpa al capitalismo internacional y los especuladores.Ellos por supuesto y como siempre,no tendran la culpa de nada.
La caida del comunismo a ellos no les dijo nada,y creyeron que el socialismo era la solución ideal para trabajar poco,cobrar mucho,no pagar impuestos y jubilarse a los 60;y que papa estado se ocupara de cuadrar las cuentas.
Ahora ,lamentablemente,podran sentir en sus propias carnes,la realidad de las utopias socialistas;como la Cubana,la Coreana,la Venezolana o la China.
El caso es que por aqui,por ésta España nuestra,todabia hay muchos millones de individuos( más de 11;aunque ahora algun millon menos) que piensan igual que los griegos;y logicamente, politicos como ZP y Rubalcaba que sigen engañandolos.
No hay peor ciego que el que no quiere ver;y cuando un ciego conduce a otros muchos,todos inevitablemente caeran en el pozo.
A buen entendedor......
Don_Leti
ResponderEliminarQue contraten los griegos a Rubalcaba, que "sabe" como solucionarlo...
Juan Bataller Romero
ResponderEliminarPara gustos los colores, pero en mi opinión Rubalcaba está puesto para salir por la puerta grande y ceder a quien tiene un mínimo de credibilidad la batuta de un concierto que suena a muertos. Y como antes de salir hay que dejar entrar, ya se les ha facilitado el acuerdo constitucional, lo que da más margen al en teoría, nuevo poder.