Esto es lo que hay


 
Mario Conde

Se situaba en la segunda mitad de su veintena cuando escuchó por primera vez a los políticos de todo signo basar sus discursos enfatizando en tres ejes argumentales: ante todo, la regeneración democrática. A continuación, el rearme ético, Y para concluir, la austeridad en el gasto. Se sintió reconfortado consigo mismo y con su país. Creyó firmemente en que los postulados de la recién aprobada Constitución se traducirían en normas de conducta real, para los que gobiernan y para los gobernados. Creyó alcanzada su mayoría de edad como ciudadano de un país que pasaba a merecer el atributo de europeo.

Pasó el tiempo y comprobó que en cada una de las elecciones cuatrienales, los políticos, casi siempre las mismas personas, repetían los tres ejes de manera cansina y reiterativa. Pero lo peor no residía en la reproducción sistemática, sino en el terrible dato de que ni se produjo rearme ético ni regeneración democrática ni austeridad en el gasto. Mas bien todo lo contrario. Comprobó de este modo doloroso, a base de experiencia insoportable, como las palabras se rellenaban de una inerte nada. Comprendió que algo se alzaba entre la Constitución y la vida. Y decidió no volver a escucharlos. Porque la vida, su vida, le enseñó algo tan duro de aceptar como el no poder creer en quienes se dedicaban a administrar la cosa pública, entendiendo por tal su hacienda y libertad.

Trató de indagar las causas del desperfecto y preguntó a sus mayores. Sólo obtuvo una respuesta: es lo que hay. La esencia de la explicación residía en un componente de resignación. Querían convencerle de que eso que era debía seguir siendo porque no se podía cambiar. Pero él no comulgaba con semejante entrega. Así que escribió, habló, gritó y trató de convencer. Inútil: es lo que hay, le decían. Y un día se juntaron algunos pocos y decidieron convertir esa frase en esta otra: ya no es lo que hay, sino lo que había. Nunca supo si se trató de una historia real o de un sueño. Quizás sólo fuera poesía.


Comentarios

  1. Alberto Olivera Muxí

    Lo que faltaba, un juez procesado a la cabeza del 15 m junto coni IU Chinchando :Otra pelicula de bandidos

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