Su propia medicina

El exministro José Blanco que durante el mandato socialista fue muy rápido a la hora de pedir dimisiones a los rivales políticos que hubieran cometido un error pero muy lento para asumir responsabilidades cuando es él quien está en el disparadero. A pesar del largo recorrido de las acusaciones de tráfico de influencias y prevaricación hasta el suplicatorio previo a la imputación por parte del Tribunal Supremo, se aferra a su cargo como diputado y se niega a dimitir.

Su comparecencia ante los medios sólo ha servido para poner de manifiesto su incapacidad para refutar las acusaciones de la fiscalía y su determinación de seguir aferrado a la poltrona hasta que el juez decida abrir juicio oral. El exministro ha recordado que aún estamos en fase de instrucción y que no dimitirá hasta que se abra juicio oral: "Una vez concluida la instrucción, si el juez decide abrir una vista oral, haré lo que debo hacer: presentaré mi dimisión, mi renuncia, como diputado", hay que recordar que los casos que van a juzgar, llevan inherente la petición del fiscal de diez a dieciséis años de inhabilitación.

Durante la legislatura de Zapatero junto a su fiel escudero Angel Luna, fue el más fiero luchador contra la corrupción de los adversarios, sobre todo ante el caso Camps que posteriormente fue absuelto, no dudando en sacar documentos secretos de los juzgados hasta obtener la dimisión del ex presidente valenciano.

Lo que se suponía iba a ser una comparecencia para anunciarnos una dimisión y explicar, aunque sea por encima, que es lo que estaba haciendo en aquella gasolinera gallega con una maleta llena de dinero, Su explicación ha quedado reducido a un acto promocional de su futuro libro, que tratará sobre la presunción de inocencia, una materia que al parecer quiere seguir dando lecciones a los demás.