El carajal de Bárcenas, el PP y "El País"

Continúa Luis Barcenas con su campaña sin tregua contra su anterior partido. Según informa elpais.com, ayer presentó otra denuncia contra el PP –la tercera-, esta vez ante la Dirección General de Trabajo por maltrato laboral. Según la denuncia, el vaciado de lo que él considera su despacho en la sede del PP fue un "atentado a su intimidad como trabajador". La Inspección General de Trabajo ha citado al PP para este jueves para dar su versión de los hechos. Tambien el pasado viernes, Luis Bárcenas presentó una denuncia contra el abogado del partido Alberto Durán por abrir sin su consentimiento, el pasado 18 de febrero, el despacho que el extesorero del PP tenía a su disposición en la sede central del PP, en la calle Génova de Madrid.

El lunes 25 de febrero, también interpuso una demanda por despido improcedente ante los Servicios de Mediación y Actos de Conciliación (SMAC) de Madrid. En ella reclama ser indemnizado por haber causado baja en el Partido Popular el pasado 31 de enero sin su consentimiento ni autorización.

Hay gente en Génova 13 que está muy nerviosa, y solo por el momento el ex tesorero ha obtenido la respuesta a sus denuncias a través de denuncias judiciales individuales por derecho al honor contra el diario El País al que se le piden 500.000 euros de indemnización o en todo caso contra quien haya elaborado los documentos que ahora solo son simples fotocopias y que Bárcenas niega su autoría, por parte de varios antiguos cargos del PP como son Rodrigo Rato, Mayor Oreja, Javier Arenas y Angel Acebes.  Asi el PP se queda un paso por detrás de su número dos, María Dolores de Cospedal. En la demanda se pone esmerado empeño en resaltar que todo parece indicar que los tan traídos papeles de Bárcenas son, en realidad, un corta y pega. "Presumiblemente prefabricados ad hoc". Estos documentos siguen en estudio por parte de la UDEF ya que hasta ahora no han salido con ningún sello de autenticidad hacia la mesa de Juez.

Se acordaran ustedes, supongo, de ese dicho tan popular, que dice: “No permitas que los árboles te impidan ver el bosque”. Pues bien, en el llamado caso Bárcenas, hay árboles y hay bosque. El bosque, sin lugar a dudas, se llama cuentas en Suiza y cómo fue posible que el extesorero del PP acumulara en ellas decenas de millones de euros. De dónde salió ese dinero -es evidente que sus explicaciones no han convencido ni a la Policía ni al juez-; cómo hizo para escapar a todos los controles durante tanto tiempo, incluida la implacable Hacienda Pública; quiénes colaboraron con él y, por tanto, si ha habido otros dentro o fuera del PP que también han hecho ‘negocios’ lucrativos; quién o quiénes hicieron la vista gorda mientras todo eso ocurría; cuánto de todo ese lucrativo negocio de Bárcenas tiene que ver con la trama Gürtel…

Son muchas las preguntas que debe responder la Justicia sobre unos asuntos que, nadie lo duda y Bárcenas tampoco, van a llevar al extesorero del PP ante un tribunal y, muy probablemente, le supongan una condena. Por eso está ocurriendo todo lo que está ocurriendo, por eso él practica esta ceremonia de la confusión, que le está saliendo muy bien porque cuenta con la inestimable colaboración de algunos medios de comunicación dispuestos a comprarle lo que sea con tal de alimentar sus portadas en crisis, de una opinión pública y buena parte de la publicada que encuentran en este espectáculo dantesco un rosario de argumentos para dar rienda suelta a odios y cabreos varios y diversos, y de un Partido Popular que ni supo cortar por lo sano cuando tuvo que haberlo hecho ni ha sabido dar ahora una respuesta adecuada a la estrategia mediática de quien hasta hace cuatro días era uno de los nuestros y se ha convertido en el enemigo público número uno.