Cataluña 2013 - No hay presupuesto

"Un gobierno que no puede presentar un presupuesto tiene que dimitir". Resulta que la coalición parlamentaría catalana que quiso Artur Mas –ERC y CiU , la que tiene que llevar al quimérico Eden de la independencia, no es capaz de llegar ni a final de año con unos gastos públicos claros y definidores de su política real. No saben hacer una cosa imprescindible y obligada, mientras imponen por narices una de retórica, para tapar su incapacidad.

Mas-Colell hace dos semanas ya se cerró en banda. “No lo aceptamos. Sería un presupuesto simplemente monstruoso, y yo no sé cómo hacerlo“, aseguró. Y este lunes ha calificado el objetivo de “simplemente imposible”. es consciente de que no tiene mucho margen de actuación, puesto que los fondos con los que funciona la Generalidad proceden mayoritariamente de la Administración General del Estado y los mercados financieros están cerrados para las administraciones autonómicas. Tiene que elegir. O se recorta Estado del bienestar, o se recorta gasto identitario. Quizá a estas alturas ya han optado por la tercera via, seguirían como pudieran hasta una intervención obligatoria por parte del Estado Central mas o menos a final de verano.

Las previsiones apuntan a una caída de los ingresos de la Generalidad de un 1% para este ejercicio, mientras que el pago de los intereses de la deuda aumentará en 300 millones de euros, y la financiación de las infraestructuras realizadas en el pasado crecerá en 150 millones de euros.

Además, en las cifras de 2012 se incluyeron unos ingresos extraordinarios de cerca de 1.400 millones de euros por la privatización de la gestión de Aguas Ter-Llobregat (ATLL) y los túneles del Cadí y Vallvidrera, que serán difíciles de conseguir este año, por lo que el ajuste respecto a 2012 aún será mayor.

A pesar de todo, los gastos identitarios del proyecto rupturista de Mas (basta con comprobar las subvenciones multimillonarias a entidades secesionistas o los cientos de millones destinados a TV3) siguen siendo prácticamente intocables. Una estimación rápida muestra que la Generalitat, por culpa de su pésima gestión política y económica, le toca reducir el gasto con más de un 25 por ciento, es decir en una cuarta parte. Cualquiera que haya tenido una mínima experiencia empresarial, y no digo nada de un ente público, sabe que esto equivale a la destrucción de la situación anterior.

En todo caso, hay que asumir que 2013 será infinitamente peor que el horrible 2012. Será peor en Catalunya que en ninguna otra Comunidad Autónoma, dado que las otras dieciséis tienen, como es lógico, tienen todos sus presupuestos aprobados y ahora mismo en aplicación. Mas-Colell es consciente de que no tiene mucho margen de actuación, puesto que los fondos con los que funciona la Generalidad proceden mayoritariamente de la Administración General del Estado y los mercados financieros están cerrados para las administraciones autonómicas.

En cualquier país realmente democrático, a estas alturas el gobierno de la Generalitat debería ya haber dimitido, empezando por Artur Mas. Seguirá aguantando mientras pueda, gracias al silencio de los medios agradecidos.