Huelga a la desesperada
La precipitada convocatoria de esta huelga a menos de tres meses del cambio del Gobierno justo el día anterior que se van a aprobar unos cambios en las relaciones entre empresarios y trabajadores ha conducido a unos resultados no por esperados no dejan de marcar un hito en lo que va ser el sindicalismo a partir de ahora. El cambio que la nueva legislación que aparece en horizonte para estas instituciones es la clave de esta movilización. El fracaso de esta huelga ha sido evidente.
Cuando
UGT y CCOO hablan de la reducción de los derechos de los trabajadores están
pensando en la reducción de sus injustos privilegios que la reforma laboral les
va a despojar, reduciéndolos a organizaciones espectrales y, sobre todo, con
los bolsillos vacíos. Así lo han interpretado los trabajadores por cuenta ajena
de este país ya que es francamente discutible que sean los intereses de los
trabajadores el verdadero motivo de esta movilización contra el Gobierno o que
esta se vaya traducir en una mejora social y económica de los asalariados.
Por
esta razón la mayoría de ellos han decidido acudir hoy al trabajo ya que esta
huelga no va con ellos. Salvo en zonas de gran implantación industrial donde
estos sindicatos tienen gran implantación puede decirse que la huelga general
ha sido un fracaso en toda regla. Los datos de participación son menores que en
septiembre de 2010 estos sindicatos decidieron hacerle una huelga cariñosa a
Zapatero.
El
sindicalismo de clase se ha convertido en estos últimos tiempos en un verdadero
chollo, al reciclar a UGT y CC OO en empresas (UGT y CC OO son propietarios del
centenar largo de sociedades presentes en todas las áreas económicas) y a sus
líderes y la legión de liberados en señoritos que medran sin dar un palo al
agua, gracias al maná del Estado, primero con el reparto del antiguo patrimonio
sindical y después con las generosas subvenciones, que han permitido que
conspicuos “compañeros del metal” hagan negocietes como consejeros de Banca con
remuneraciones millonarias.
Lo
que ahora se les presentaa estos sindicatos de “clase alta” es la pérdida de cuotas de poder
e influencia que va a supuner la implantación de la reforma laboral, al primar los convenios de
empresa sobre los sectoriales o a liberalizarse los cursos de formación. Eso sí
que es sagrado y no los parias de la tierra.
Esta
huelga ha aunado a varios colectivos muy diversos entre si que sienten
amenazados. Aparte de la propia carcasa sindical con sus dirigentes, liberados
sindicales, han recibido el apoyo del partido que acaba de perder las
elecciones y especialmente de aquellos que se han visto apeados de las fuentes
de poder y ven peligrar su acomodada forma de vivir. A todos ellos se ha sumado
la variada fauna urbana de perroflautas, okupas etc. que han vivido años de
impunidad ante la complacencia de los
anteriores gobernantes. El despliegue policial ha sido fundamental para que no
se llegaran a producir graves incidentes y la gente pudiera ir normalmente a su trabajo.
Barcelona
que ha sido la excepción donde se han producido toda clase vandalismo ya habituales cada vez que se convoca una concentración de personas, sea cual sea la causa. Alli se
sumaron a la fiesta los habituales nacionalistas con banderas esteladas junto a los habituales
antisistema y bandas de delincuentes organizadas que convertieron de nuevo el centro de la ciudad en un campo de batalla. Ahora solo falta que el gobierno catalá dé un paso
mas y consiga llevar a los tribunales a todos los cabecillas para que quienes han causado destrozos en mobiliario urbano y negocios
particulares paguen de una forma u otra por sus actos.
Surian Jose Maria
ResponderEliminar¿PARA QUE ERA LA HUELGA?
Fuencisla Gasset Lázaro
ResponderEliminarEspero que, como dice Esperanza Aguirre, estos sindicatos mafiosos caigan como cayó el muro de Berlín. Esta gente que ayer hizo huelga, estuvo en las manifestaciones y, ni que decir, de los agresivos no tienen vergüenza; estamo en un país con 5.000.000 de parados, a las puertas de una quiebra y vienen los 4 sindicalistas que viven de lujo y se gastan una millonada en carteles, pancartas, pegatinas y demás memeces para una huelga que ha sido un auténtico fracaso.
fenixhol
ResponderEliminarOigo a los líderes sindicales y hablan fundamentalmente de temas políticos y económicos, y lo hacen como representantes de los trabajadores. ¿ Quién les ha votado para arrogarse tal condición ? Que hablen de temas laborales y representando a un grupo de trabajadores , sus afiliados. Los líderes sindicales no pueden ser un interlocutor válido para tratar temas políticos no económicos, sobre todos por que están limitados por su clientelismo político.
Pilar Zamora Ruiz
ResponderEliminarVergonzosos los comportamientos de los violentos.
Santiago Nuevo
ResponderEliminarMuy cierto,defiende sus privilegios (los de UGT y CC.OO)
Surian Jose Maria
ResponderEliminarpero solo para los jefazos de los sindicatos,ellos no perdieron el dia.
Maria Garcia
ResponderEliminarEn esta huelga política y salvaje quién ha perdido ha sido ESPAÑA.