A Guinea a hacer negocios y cobrar comisiones

Primero los negocios; luego, los derechos humanos. El ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero viajó el pasado día 2 a Guinea Ecuatorial, el país que gobierna con mano de hierro Teodoro Obiang desde hace 35 años, con el supuesto y loable propósito de presentar al dictador africano la iniciativa internacional contra la pena de muerte, aún vigente en la ex colonia española, que promueve el anterior inquilino de La Moncloa. Pero el principal motivo de su visita fue otro bien distinto y no tan altruista: los negocios.

 

"Yo le hubiera escupido a la cara. Me parece una auténtica vergüenza que no se dignara a viajar a Guinea mientras fue presidente del Gobierno y ahora, cuando ya ha dejado el poder, venga para hacer negocios y cobrar comisiones". La abrupta confesión se la hizo la ministra guineana de Cultura y Turismo, Guillermina Mekuy, a un empresario español afincado en la república africana pocos días después de la visita de Zapatero, que llegó a Malabo, la capital, en compañía de José Bono y Miguel Ángel Moratinos.
 

Tanto el ex presidente del Congreso como el antiguo jefe de la diplomacia española son visitantes asiduos de Guinea desde que se alejaron de la política. Según fuentes empresariales y diplomáticas, ambos actúan como lobbistas en favor de firmas comerciales de nuestro país que quieren introducirse en la antigua colonia de habla española. Bono y Moratinos tienen allí una amplia agenda de contactos y cobran comisión por sus servicios, y Zapatero pretende seguir sus pasos, añaden esas fuentes.

 

Zapatero, Bono y Moratinos llegaron el 2 de julio a Malabo (la antigua Santa Isabel) y fueron recibidos por Obiang en el Palacio del Pueblo. Al término del encuentro, la agencia de prensa oficial guineana difundió un comunicado en el que aseguraba que el ex líder socialista mostró su "agradable sorpresa por las transformaciones tan notables que ha podido constatar durante su visita y su deseo de que, con el desarrollo económico, se consolide la cohesión social".

 

Antes y después de su reunión con Obiang, los ex ministros Bono y Moratinos acompañaron a Zapatero en un recorrido por la isla de Bioko - la antigua Fernando Poo, donde se encuentra Malabo - a bordo de un vehículo oficial puesto a su disposición por el dictador, según las fuentes consultadas. Por la noche, los tres ex dirigentes socialistas cenaron en el restaurante Imagine de la capital (ver foto más arriba) y posteriormente pasaron la noche en un lujoso chalé de la vecina localidad de Sipopo también cedido por el régimen. 

Hablar de "negocios"

 

Las fuentes consultadas, por el contrario, aseguran que el ex líder del PSOE se ha puesto en contacto con varios empresarios españoles para ofrecerles sus servicios de mediación en Guinea. Uno de ellos, a cambio del total anonimato sobre su identidad y su área de negocio, ha reconocido a este diario que Zapatero le ha llamado "en varias ocasiones" para hablar de "negocios en Guinea". Y aunque es cierto que las mejores concesiones petroleras del país se las reparten EEUU y Francia, o que empresas chinas copan el sector de la construcción, aún quedan muchos proyectos por desarrollar en infraestructuras, servicios básicos como agua y saneamiento o salud y educación.  
 

Al día siguiente, la comitiva socialista se trasladó a Bata, en la región continental de Guinea, y por la tarde hizo el viaje de vuelta a Malabo antes de volar de regreso a España. Un portavoz de Zapatero reconoció ayer a este diario que todos los detalles de la visita del ex presidente son ciertos, pero añadió que "no ha hecho de lobbista en su vida". Al ser preguntado acerca de si tiene intención de hacerlo en el futuro, explotando su privilegiada agenda de contactos, no hubo respuesta. Tampoco lo aclaró el propio Zapatero, que se limitó a insistir: "Puedo decir con rotundidad que no he ejercido de lobbista ni allí ni en ningún otro lugar".
 

Zapatero tiene una asignación vitalicia de 75.000 euros anuales -al igual que Felipe González y José María Aznar, los otros dos ex presidentes vivos- con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. A esa cantidad hay que sumar los 74.000 euros anuales que cobra como consejero del Consejo de Estado. No tiene otros ingresos conocidos, si exceptuamos el contrato que firmó con la editorial Planeta en 2011 para escribir tres libros -el primero, El dilema, ya está en las librerías-, por los que ingresará unos 700.000 euros.

 

Una dictadura feroz

 

El régimen de Obiang, que llégó al poder en 1979 tras un golpe de Estado contra su tío, el también autócrata Francisco Macías, es una dictadura feroz en la que se practican detenciones arbitrarias, se tortura, se aplica la pena de muerte, no hay libertad de prensa y la corrupción campa a sus anchas. Pese a que Guinea es el tercer productor de hidrocarburos de África, la camarilla que rodea al presidente rapiña esa riqueza, y la inmensa mayoría de los cerca de 800.000 guineanos sufren pobreza extrema, mientras la esperanza de vida al nacer apenas supera los 50 años. Ni una palabra de derechos humanos -incluida la abolición de la pena de muerte- ni de la agenda privada de Zapatero.