Santi Abascal

No me ha sorprendido el anuncio de la marcha de Santi Abascal del PP. Desde la dimisión del partido de María San Gil, Ortega Lara y otros históricos del PP, todo ha ido a peor a su partido de su querido País Vasco y no ha parado de recibir más que desprecios a sus críticas o iniciativas por parte de los que ahora forman la cúpula del partido al que se afilió hace 20 años en su mayoría de edad. Va a dejar un partido que no es lo que fue en un pasado cercano y para él va ser la decisión más dura de su vida, ya que también se va a independizar de su padre que continúa como concejal del PP en Amurrio.
 

Miembro del «sector crítico» del PP vasco, adscrito al ala más conservadora del partido y muy alejado de la actual dirección vasca, Abascal critica el «arrinconamiento» o el «olvido» de figuras como Jaime Mayor Oreja o María San Gil, «pero sobre todo el abandono de sus ideas y políticas, de nuestros principios y valores, me han llevado a tomar esta decisión como en su día ya la tomó José Antonio Ortega Lara».

«Me voy con tristeza del partido al que me afilié con 18 años, del partido de mi padre, del partido en el que aún permanece mi padre», asegura el actual presidente de la Fundación, hijo de un histórico del PP. Por eso dice que siempre se sentirá vinculado emocionalmente a las gentes del Partido Popular y «aunque profundamente decepcionado», archiva «con cariño y respeto el carné que he llevado en el corazón desde el 31 de diciembre de 1994».

Confesaba hace pocos días en su blog : “El Estado lleva 30 años haciendo dejación de responsabilidades; y para muchos la situación ya no es reversible. Para otros, entre los que me incluyo, la situación aún se puede cambiar si se actúa con la máxima urgencia y determinación en defensa de España, de la libertad y de la legalidad constitucional. El sistema precisa de una reconversión de fondo y a fondo. Y habrá de hacerse sin contar con los nacionalistas, a los que de una vez por todas tendremos que poner en su sitio. Mejor una vez rojos que cien colorados.”

El ha seguido con sus mismas ideas firmes de siempre. Sobre todo no le gusta nada lo que está ocurriendo en su tierra donde se está entregando el poder a la ETA sin nada a cambio.  La última jugarreta ha sido la prisa del gobierno por dejar en libertad a terroristas y criminales sin ninguna necesidad. Santiago Abascal en el momento que digiera este paso a dar puede ser uno de los próximos líderes del cambio que necesita nuestro país. Quienes ahora mismo andan perdidos y no se conocen cuáles son sus principios, son la mayoría de los actuales dirigentes del PP que no hacen la mínima autocrítica y ahora mismo están pensando exclusivamente en su situación personal.

Está contemplando con mucha pena lo que se ha convertido el PP en el país Vasco a causa de esta política errática que inició Rodríguez Zapatero ahora seguida por Mariano Rajoy que con su empecinamiento en tener al frente en líderes mediocres y moldeables desde Génova, donde ha llegado a perder el 70% de sus votantes habituales. Un caso parecido a lo que está ocurriendo en Cataluña.

Aunque ahora dice que quiere alejarse de la política y que no va a sumarse a las iniciativas de de UPyD o Ciudadanos con los que comparte muchas ideas dice se va a tomar un descanso en la política. Pero yo confío ver a este futuro líder vuelva a la política activa encabezando cualquiera de las plataformas renovadora que la derecha española necesita, quizá junto a otros políticos ilustres del PP tan quemados como él y ahora marginados por el partido, como Aleix Vidal Cuadras o Esperanza Aguirre con los que ya ha estado compartiendo iniciativas. Su defensa de las víctimas que han sufrido las zarpas del terrorismo de ETA en el País Vasco lo avala como un líder que es un valor moral y político al que España no puede renunciar en estos momentos.

Los tiempos cambian, los partidos también, las personas con principios se mantienen.