El saqueo de Andalucía 85 - El arranque del “Susanato”

Susana Díaz ha sido elegida secretaria general del PSOE andaluz con un 99% de los votos, en una confrontación tan expresiva de lo que entienden los partidos españoles por democracia interna. El PSOE-A ha querido hacer de esta elección de la necesidad virtud, optando por cambiar sus líderes por una cara nueva que deberá llevar a cabo el aparente cambio de personas, cuya principal virtud va a ser no pertenecer al clan de la tortilla al que ha estado obedeciendo hasta ahora y que es quien ha mandado durante estos últimos años sin  cambiar estructuras y forma de actuar. La unanimidad obtenida, nos dice que vieja guardia seguirá controlando la compleja organización. Alguien ya la está proponiendo para sustituir a Rubalcaba en la política nacional.
 

Susana Díaz no es nadie ni tiene visos de que vaya a serlo. Su principal virtud pasa por su adoración a Rodríguez Zapatero y su política ruinosa. Sencillamente, no tiene condiciones para ello. Entre otras razones, porque no se ha ocupado de tenerlas. No es una estadista sino una vulgar apparatchik que ha medrado toda su vida en el partido, es más de lo mismo para una Andalucía ominosamente encadenada al socialismo, que ha hecho de ésta un atrasado paraíso de la corrupción, la desidia y el caciquismo.

Susana Díaz no es la solución para el PSOE-A,  ella es el ejemplo del político servil que medra al calor del aparato y no pese sino por sus carencias y que no va salirse del guión establecido a pesar de sus promesas de regeneración. Las críticas que ha hecho en estos meses en sus bien elaborados discursos cara a la galería son producto de la hipocresía y el cinismo. Cuando se ha presentado alguna decisión a tomar sobre la corrupción imperante calló siempre, nada hizo, este es el motivo que está donde está.

La frase que pronunció ante los secretarios provinciales para justificar la eliminación del cargo de vicesecretario general, que hasta ahora ejercía Jiménez, no puede ser más ilustradora: “Yo voy a dirigir el partido”. Susana Díaz ha empezado a escribir el guión para el próximo líder del PSOE, que -sea quien sea- tendrá que pronunciar una frase similar y prescindir de la figura del número dos si quiere sobrevivir a las primarias de enero.

En Ferraz han creído que con el paso atrás de Griñán y el paso a un lado de Carmen Chacón, se despeja el camino para Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero Díaz ha demostrado tener personalidad propia y voluntad de ejercer el poder, como se ha podido ver en la Conferencia Política y en los preparativos del congreso andaluz. Pero la baronesa también habrá de cuidar cómo maneja su poder. “Una cosa es que tenga Andalucía y represente el 25 por ciento de las acciones del PSOE, y otra es que pretenda comportarse como si fuera la dueña del partido. Eso no se lo vamos a consentir”, advierten desde otras federaciones, temerosas de un cesarismo andaluz. 

Susana Díaz no es la solución para el PSOE-A, mucho menos lo será para la propia Andalucía. Y para qué hablar de España, a la que sólo le faltaba quedar en manos de este basto y campechano sucedáneo de José Luis Rodríguez Zapatero.