Los dos años de Rajoy

El pueblo soberano ha calificado la gestión del gobierno del PP con una puntuación francamente mejorable. Por decirlo en logsiano, Rajoy no progresa adecuadamente. En realidad más bien retrocede, porque la nota media es tan baja que tendría difícil pasar de ciclo hasta en la ESO, a pesar de las inmensas tragaderas de nuestra enseñanza media.

En uno de los  momento más elevados de indignación ciudadana, tanto de quienes no le votaron como y lo más importante de sus votantes, en el momento que los etarras y etarras más peligrosos están saliendo en libertad en cumplimiento del extraño acuerdo que tomó Zapatero con los etarras, con la coartada del tribunal de Estrasburgo y no se terminan de desatascar aquellos temas base de su programa, como el aborto, educación, servicios públicos, derechos de huelga, de tal manera  que los ciudadanos que votamos un cambio, nos consideramos totalmente defraudados por el incumplimiento de las promesas electorales.

Rajoy que ha basado toda su gestión en el tema económico, puede presumir que mediante su gestión España no ha tenido que ser rescatada por Europa, es cierto, pero ello a sido a base de exprimir a base de impuestos y recortes a los servicios a la comunidad y pasar a grandes capas de la clase media a nivel de indigencia, con un aumento de un millón más de los parados de los que ya aportó Zapatero con su gestión.

Innegable es el buen comportamiento de indicadores como el aumento espectacular de la exportación basado en los bajos salarios o del turismo que sigue siendo uno de los motores  de nuestra economía, como la buena marcha algunas de las grandes empresas del Ibex en contraste las pequeñas que ahogadas por los impuestos y la falta de crédito siguen viéndose condenadas a cerrar.  

En cambio Rajoy parece empeñado en mantener a toda costa la estructura insoportable de las autonomías con su reproducción de diecisiete estados con una casta política dispuesta a mantener como sea sus privilegios o unos sindicatos que otra sanguijuela de las cuentas públicas dedicados o bien a la agitación permanente o la juerga escatológica, que contribuyen a aumentar mes a mes la deuda de nuestro país mantiene con nuestros acreedores.

El pueblo está enfadado con Rajoy y así lo pone de manifiesto en las encuestas de intención de voto, el único dato que realmente importa a los partidos políticos cuando se acerca una nueva cita electoral (y cuando no, también). Los contribuyentes estamos cabreados porque los impuestos son muy altos, mientras los que viven del cuento están resentidos porque ahora es mas difícil trincar como antes.

Total, que sólo los que viven de la política parecen satisfechos con este estado de cosas. Que no es que esté mal que los profesionales del momio aporten este factor de estabilidad al bipartidismo, hoy amenazado por formaciones como UPyD, Ciudadanos o los comunistas de Cayo Lara. Pero si el PP comenzara a cumplir (solo un poquito) su programa electoral tal vez las perspectivas le fueran más favorables. Sinceramente del Partido Popular yo esperaba más. Bastante más.