Por quién repican las campanas
Un cura de Galdakao puso la iglesia a disposición de un centenar de simpatizantes de los etarras
y abrió la iglesia e hizo repicar las campanas para celebrar la liberación de con
el Francisco
Javier Martínez Izagirre, alias ‘Javi de Usansolo’. Los asistentes lanzaron cohetes y vítores a favor de los presos de ETA. Al bajarse del vehículo para dar las gracias por la acogida, ‘Javi de Usansolo’ fue abrazado, aplaudido y jaleado por sus allegados.
Javi de Usansolo’, miembro del comando Vizcaya, abandonó la
prisión de Jaén II sobre las 17.30 horas de ayer, martes, en cumplimiento de la
sentencia del Tribunal de Estrasburgo que anuló la retroactividad de la
doctrina Parot. Estaba condenado por el atentado en el que perdió la vida el niño Fabio Moreno. Es el etarra numero 58 que abandona la cárcel por este sistema.
Detenido en 1992, Javier Martínez Izaguirre, alias Javi
de Usansolo, fue condenado a 744 años por seis asesinatos, entre ellos el
niño de dos años Fabio Moreno, hijo de un guardia civil, además de siete
atentados con resultado de muerte, seis asesinatos frustrados, depósito de
armas, tenencia de explosivos y otros delitos relacionados con su actividad
terrorista. Entre las condenas, figura la de 258 años por el atentado contra
los guardias civiles que vigilaban la sede de Petronor en Somorrostro
(Vizcaya), que causó seis heridos, y 136 años por el atentado contra el cuartel
de la Guardia Civil de Mundía. O sea una joya. Y ante este individuo el cura
del pueblo y un centenar de vecinos trasnocharon ayer para recibirlo.
El delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo,
ha puesto en conocimiento de la Fiscalía de la Audiencia Nacional el
recibimiento a los expresos de ETA Juan Ignacio Delgado Goñi, en Legazpia
(Gipuzcoa), y a Javier Martinez Izaguirre, alias Javi de Usansolo, en
Galdácano (Vizcaya). Aunque hasta la fecha los esfuerzos de este delegado se han encontrado con la pared del Gobierno de Mariano Rajoy. Mientras ayer en Bilbao los sicarios de ETA hacían estallar
cuatro cócteles Molotov. O sea como en los viejos tiempos, que el gobierno dice que han sido superados.
El presidente Rajoy ofreció una respuesta al uso ante los
cohetes y el repique de campanas ofrecido como homenaje al etarra que
asesinó a un niño de dos años y que ahora se ha favorecido del fin de la
doctrina Parot. Aunque, eso sí, de las palabras de Mariano Rajoy se desprende
que el Ejecutivo se va a movilizar para que tal fotografía no se vuelva a
reproducir.
Por mucho que los ministros de Interior y Justicia afirmaran
al alimón que "cada caso será visto de manera individualizada", y por
mucho que el fiscal general del Estado afirmara que no iba a haber "excarcelaciones
masivas" porque el fallo de Estrasburgo sólo afectaba al caso de la
etarra de Inés del Río, ya son sesenta y cuatro terroristas –cincuenta y ocho
de ellos, etarras– los que han sido puestos en libertad en poco más de un mes.
Junto a ellos también han sido excarcelados otros criminales, algunos tan
sádicos y peligrosos como el violador y asesino de una niña de nueve años o el
secuestrador y asesino de la joven Anabel Segura.
Por mucho que el ministro del Interior afirmara que no iba a
tolerar homenajes a los terroristas excarcelados y que el hecho de que los
terroristas salgan junto a otros criminales y violadores en serie, lejos de ser
un triunfo de ETA, evidencia su "derrota total", lo cierto es que en el
Pais Vasco no están faltando homenajes a los terroristas ni celebraciones de
tan "surrealista" derrota.
Conchi Ortega
ResponderEliminarNadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quien doblan las campanas: doblan por ti"
Jose Antonio Palacios Sanchez
ResponderEliminarSin comentarios , me echarían del facebook .
Jose Cuello Florido
ResponderEliminarEstos comportamientos y recibimientos populares, con repiques de "campana" incluido son la cara de la moneda falsa de quienes dicen están arrepentidos. Estos son esos bravos vascos que han comprendido sus errores y tal vez mañana depongan su actitud entregando las armas asesinas, por eso esa parte del Clero vasco repica las campanas de sus Iglesias, esa es la paz del dolor y la derrota del Estado de Derecho, donde tantas personas de bien se quedaron en el camino, que hoy no pocos demócratas, con responsabilidades ya van olvidando, pero no así sus familiares y las Víctimas directas que si lloran su ausencia.
Ricardo J. Alonso Blanco
ResponderEliminar¿Repique, eh? Se ve que han quedado derrotadísimos los etarras, ¿verdad gobierno?
¿Qué te parece, Monseñor Uriarte? ¿Te gusta esta "paz"?
Deberían tocar a muerto esas campanas: muertos niños, adultos y dignidad.
Antonio J. Diaz Tosso
ResponderEliminarLo hecho, hecho está.
Da asco ver a la iglesia basca aplaudiendo a los asesinos.
Espero que monseñor Uriarte descanse ahora por la noche sin ningún remordimiento, porque espero que se pudra en el infierno por toda la eternidad.
Un asesino, seguirá siendo un asesino aunque haya cumplido la pena de carcel que se le impuso, el daño doloso cometido y que le llevaron a estar entre rejas no se subsana por estar a la sombra por un tiempo.
Santiago Nuevo
ResponderEliminarUna vez más un presunto sacerdote pone la Iglesia al servicio de los terroristas..