Embajadas autonómicas

En los tiempos de boato y despilfarro un autonomía que se preciara tenia que tener abierta su embajada en Madrid. La crisis ha obligado a cerrarlas una a una. Aun quedan  abiertas la de Canarias, quizá algo justificada por la distancia y la de Catalunya por aquello de no perder ninguna baza en su política de neocolonialismo y la de Andalucía, anterior refugio del novio de la ex ministra Bibiana Aido. 

Ayer el Gobierno de Aragón desmanteló ayer una de las últimas joyas heredadas de la era del presidente Marcelino Iglesias, su embajada en Madrid, que puso en marcha en el año 2000, sólo un año después de acceder al poder, era una lujosa oficina de 270 metros cuadrados situada en una de las zonas más exclusivas de Madrid, el barrio de los Jerónimos, en Retiro, a escasos 100 metros del famoso parque. Para ello, invirtieron 60 millones de pesetas en este piso que contaba con siete despachos, una gran sala de reuniones, una cocina y tres baños. 

Marcelino Iglesias creó esta sede del Gobierno de Aragón en el año 2000, considerando que, a pesar de estar a menos de una hora y media de Zaragoza, Madrid debía contar con una Delegación de Gobierno, no iba a ser menos que sus vecinos. Y no escatimó en gastos. Una de las directoras más conocidas de la embajada fue la zaragozana Mercedes Gallizo, que en 2004 fue nombrada directora general de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior

Cuando Luisa Fernanda Rudi llegó al cargo, esta delegación fue uno de sus primeros objetivos. Anunció su cierre, porque comprobó que no existía ningún informe de actividad de la embajada, aunque el contrato de alquiler le ha obligado esperar hasta ahora para clausurarla definitivamente.

En ella trabajaban cinco personas: un director, que cobraba 65.700 euros brutos al año, dos asesores, con un sueldo de 46.200 euros cada uno, y un técnico colaborador, con una nómina de 36.000 euros. que también cobraban dietas y gastos de representación. En total, la embajada costó sólo en 2010, 361.000 euros.

Y es que las funciones de la delegación eran muy difusas. La teoría dice que tenía que servir de enlace al gobierno de Aragón con las instituciones de Madrid, y para recibir a los miembros del Ejecutivo de Iglesias y que tuvieran un lugar donde reunirse y tomarse un descanso aunque se desconocen sus actividades. Como la crisis siga atacando la economía veremos como bajan hasta precios de saldo los alquileres de locales del centro de Madrid plagados hasta ahora de oficinas de representación de todo tipo que servían simplemente de excusa para seguir cobrando del presupuesto a compañeros del partido sin funciones en la capital.