La "primavera" egipcia
Los Hermanos Musulmanes, la organización islámica
más numerosa del mundo, han alcanzado el poder en Egipto con la victoria de su
candidato, Mohamed Mursi, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales
de la semana pasada.
La
organización, prohibida durante décadas en el país, hereda el poder de manos
del hombre que durante años les impidió comparecer a los comicios como partido,
el derrocado ex presidente Hosni Mubarak, quien ahora languidece en el
hospital tras su expulsión del cargo en las protestas populares de 2011.Un islamista será
el primer civil en ser presidente de Egipto en los últimos treinta años, después
de un complicado proceso electoral . Además, supone una auténtica victoria para
los Hermanos Musulmanes, tras mas de 80 años de semiclandestinidad y
persecución.
En
uno de los primeros comentarios de la organización tras el anuncio del
resultado, los Hermanos han declarado "el inicio de una nueva era para Egipto
y para el mundo árabe" a través de un mensaje publicado en la
cuenta oficial en Twitter de la organización, donde ha anunciado que el nuevo
presidente "ya ha comenzado, las conversaciones para formar su equipo
presidencial y un nuevo Ejecutivo que realmente represente a Egipto tras la
revolución". Una vez más, el lenguaje metafórico puesto al
servicio de la propaganda ha contribuido a un proceso de desinformación
colosal, al menos en los países occidentales democráticos.
"Al
tiempo que los egipcios celebran su libertad, rendimos tributo especial a los
mártires de la gran revolución egipcia: su sangre no se derramó en vano", añadió el grupo en un recuerdo a los
más de 840 muertos y más de 6.400 heridos por la represión de las fuerzas de
seguridad durante las protestas.
En
el mundo islámico, desgraciadamente, la vida humana se vende y se compra a
precios muy baratos. Nociones básicas como los derechos humanos significan cosa
muy diferente de la que hasta ahora se entendía entre nosotros. Esta llamada
Primavera Árabe tiene, en realidad, muy poco de primaveral: demasiada sangre
derramada, demasiado relevo de unos déspotas por otros.
No
debería sorprendernos la deriva que han tomado los acontecimientos. La
antropología del mundo musulmán no es la de los países de tradición cristiana.
Muchos elementos constitutivos de nuestra cultura son considerados lisa y
llanamente herejías en el islam, castigadas con la muerte para los réprobos. La
confusión entre política y religión tiene plena vigencia en esa área del mundo,
y si a eso añadimos que en el islam no existe instancia alguna que defina su
propia ortodoxia, el resultado es que
apenas quedan apoyos para fundar algo que se parezca a lo que en Occidente se
entiende por democracia.
Mad_Cat_mk_II
ResponderEliminarLa primavera árabe que traería la democracia, según algunos, ya está empezando a dar sus frutos. Pobres ingenuos¡.
Santisima Trinidad
ResponderEliminarMalas noticias para el progreso de la democracia. Los paises arabes suelen escoger a los partidos religiosos que suelen acabar queriendo imponer la religion como ley. No parece que asi salgan de como se trata a las mujeres ni se acerquen a sus competidores India y China.
Santiago Nuevo
ResponderEliminarSe va a liar,más pronto que tarde..
Liudmila Kibecheva
ResponderEliminarGracias por buen articulo.Saludos.