Lunes negro
Ayer un nuevo lunes negro nos ha devuelto a la realidad. Ya he perdido la cuenta. Ya nos creíamos los mejores del planeta después de los éxitos de nuestros deportistas pero los índices de la bolsa con una de las mayores caídas, la prima bancaria subiendo de nuevo a niveles insostenibles mas las amenazas de Joaquín Almunia de no perdernos de vista y sobre lo que hará la CE si no cumplimos sus “recomendaciones” draconianas para el préstamo. Al final para completar la jornada la agencia Mudis mandó la deuda de casi toda la banca española al nivel de bono basura.
Mariano
Rajoy se apresuró a salir a anunciar nuevas medidas sin llegar a especificar
cuales pero, ¿De qué sirve anunciar nuevas reformas económicas si no se
concreta cuáles serán ni cuándo entrarán en vigor? El presidente del Gobierno
creerá que con el mero anuncio de las mismas los mercados van a tranquilizarse
en relación con la economía española. Rajoy, sin embargo, no se da cuenta de
que ya lleva seis meses en el poder y que, por tanto, esas reformas de las que
ha empezado a hablar últimamente ya deberían estar siendo objeto de discusión
desde hace tiempo porque la difícil situación económica no admite ni demoras ni
manejo de los tiempos.
El
presidente Rajoy sigue guardando silencio acerca de lo que dice que va a hacer,
lo cual transmite a los mercados la peligrosa sensación de que, el Ejecutivo
carece de un verdadero plan de medidas económicas para superar las actuales
dificultades, de una hoja de ruta para salir de la crisis cuando, a estas
alturas de la misma, todo el mundo tiene muy claro qué es lo que tiene que
hacer. Tiene que empezar por sanear el sistema financiero. Afortunadamente, y
gracias a la presión de la Unión Europea, que ha obligado a España a aceptar el
rescate del sistema bancario, éste ya se puede poner en marcha, aunque con seis
meses de retraso.
El
Gobierno también tiene que acometer una reforma profunda de la Administración.
No basta para ello con elaborar planes para reducir el número de empresas y
organismos públicos. Eso ya lo anunció el Ejecutivo al principio de la
legislatura y, a estas alturas, todavía seguimos sin saber cómo se va a llevar
a cabo la operación y si ésta afectará solo al Estado o también a las
autonomías y los ayuntamientos, que es donde de verdad reside el problema.
Ni
siquiera la subida del IVA, tantas veces anunciada, no va a ser suficiente, ni
de lejos, para salvar el grave deterioro presupuestario al que tendrá que hacer
frente el gobierno bajo la atenta mirada de Bruselas. Es preciso reformar
drásticamente nuestro modelo de estado. El gobierno ya no puede seguir
dilatando más en el tiempo la puesta en marcha de la reforma más importante que
exige España para poder iniciar el camino de la recuperación.
Elvira Arias Fernandez
ResponderEliminarvenga... solamente un gris oscuriño...¿vale ?
Mari Carmen Macias Ruiz
ResponderEliminar¡¡Quien dijo negro!!! tenemos un sol que deslumbra ESTE MARTES
Jose Manuel Adarve
ResponderEliminarCon Rajoy es Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes.....
registro
ResponderEliminarEl problema es que a Rajoy le faltan "pantalones" para hacer lo que hay que hacer. En vez de eliminar instituciones no viables económicamente o inútiles (ayuntamientos de menos de 5000 habitantes, senado, comunidades autónomas, empresas públicas ruinosas, etc.), en vez de eliminar los 35.000 coches oficiales y los 485.000 enchufados o los sueldazos y pensionazas, la tira de TVs autonómicas, etc, ha hecho lo fácil y lo más perjudicial para el futuro que es subir impuestos y bajar prestaciones porque mata el consumo y nos aboca a la bancarrota. El problema de Rajoy es que, como buen incapaz, ha eliminado de su alrededor a los más capaces e inteligentes y se ha rodeado de aduladores y chupópteros que sólo buscan colocar a sus mariditos (ej. Cospe y Soraya) o a familiares en vez de a profesionales y tecnócratas.
vesontio
ResponderEliminarSalvo retoques cosmeticos, Rajoy no ha hecho nada que merezca calificarse como reforma y siento defraudar a los amables lectores de LD comunicandoles que no tiene ninguna intencion de hacerlas.