Artur Mas & Clan Pujol

 
El presidente de la Generalidad, Artur Mas, en una entrevista concedida al diario Ara recogida por Europa Press ha asegurado este viernes que su predecesor Jordi Pujol, hasta donde él lo conoce, no es una persona corrupta, y ha añadido que "el tema del dinero no es para él lo que más le interesa en la vida". "¿Podría usted certificar que nunca ha cometido ningún delito?", le han preguntado. "Tampoco lo puedo decir pero en mi conciencia personal, hasta donde yo sé, es que se una persona que no se comporta como una persona corrupta",

Artur Mas también ha dicho que "si hay sospechas de que ha habido irregularidades, se debe de actuar" siempre, con independencia de cuál sea el apellido de quien las haya podido cometer. Sí ve por parte del Estado todo tipo de actuaciones, por lo que ha añadido, sobre el caso Pujol: "No sé dónde estamos: si en encontrar la verdad, en la gesticulación, en un montaje, una mentira, en un espectáculo". Ha dicho que él no confía en las instituciones centrales, fruto de su experiencia: "He visto a este Estado actuar con grandes montajes que han acabado prácticamente en nada o en nada".


Mas lo ha sabido todo y siempre. Y cuando Maragall le espetó lo del 3% su argumento en privado nunca fue negarlo sino asegurar que todos hacían lo mismo y que era insensato tirar de la manta. Es verdad -Carod-Rovira lo dijo- que lo del 3% era un discreto promedio, y que se exigía a las constructoras según lo que se les concedía. Porcentajes del 6% y el 7% eran perfectamente habituales. Mas lo sabía pero está tan acostumbrado a mentir y a hacer de la mentira la principal estrategia de su carrera política, que lo niega sin darse cuenta de que sólo un imbécil podría creerse que el líder del partido desde hace once años ignora cómo se engrasa la maquinaria, tanto la doméstica como la de las campañas electorales. ¡Por el amor de Dios! ¡Si el propio Mas visitaba a los empresarios susceptibles de hacer aportaciones!


La pregunta del periodista sobre si Mas conocía las irregularidades económicas de Jordi Pujol y de su familia es absurda por obvia y ofensiva para cualquier inteligencia. No sólo las conocía sino que se benefició de ellas como líder de Convergència y como candidato de CiU. Y no sólo se benefició de ellas, sino que en 2005 decidió apartar a Jordi Pujol Ferrusola del control de las finanzas del partido, escandalizado por sus métodos.

Artur Mas es gafe y todo lo que toca lo convierte en trágico. Pero no es idiota, tiene sentido del poder y manda. De modo que él sabía perfectamente cómo se financiaba Convergència mientras Pujol la lideró, sabía cómo el Govern recaudaba de las distintas constructoras a las que les encargaba obra pública, sabía que tenía firma en la cuenta opaca de su padre, y sabía y sabe cómo se financió su partido a partir de que él empezó a controlarlo. Y por eso paga bajo mano la defensa de Fèlix Millet, entre otras cortesías igual de ciertas pero más difíciles de demostrar.  Y cuando anteriormente se le preguntaba por ello su explicación era siempre la misma: que todos lo hacían, y que Convergència no podía jugar el partido con unas reglas distintas a las de los demás.

Ahora Mas prefiere distanciarse como si apenas lo conociera cuando siempre ha sido su más estrecho colaborador primero como conceller de Hacienda, después de Obras Públicas y finalmente Conseller en Cap, sabía todo lo que estaba ocurriendo en la Generalitat durante el mandato de Pujol. No por nada la primera dama le propuso para President.
 Mas conocía y conoce cómo funciona su partido, cómo se pagan sus campañas y, más en general, los excesos de la familia Pujol, hasta el punto que decidió apartarles de las finanzas del partido y si mantuvo a Oriol en su círculo de confianza fue por respeto a su padre, y no porque confiara en su honradez ni mucho menos en sus entendederas. Así como lo de Oleguer y lo de Jordi Pujol hijo tiene más ambición y empaque, lo de Oriol fue una trágica mezcla de brevedad intelectual y mezquindad. Morir así es más humillante que morir. Y Mas lo sabía y por eso pidió a uno de sus colaboradores más cercanos que tratara de evitar el desastre, aunque fue ya demasiado tarde.

Mas lo sabía y lo sabe todo. Entonces solía decir a sus colaboradores que Pujol acabaría siendo más una carga que un patrimonio. Es cierto que apartó a sus hijos pero también que conocía los delitos y no los denunció, y que a partir de ese momento Convergència se financió de un modo menos escandaloso pero igualmente oscuro. Nadie con dos dedos de frente en Cataluña tendría que poderse imaginar a Mas como el caudillo que les puede llevar a la independencia... Pero ahí está... En el país del eterno simulacro, en que un referendo es una consulta y una consulta una recogida de firmas, cualquier cosa puede ocurrir. 

 

Comentarios

  1. Jose Maria Garcia

    Todos lo sabemos, incluidos los catalanes independentistas. Ellos miran a otro lado. Esa corrupción no es mala, sirve a la causa, es impuesto revolucionario, procesar a estos corruptos es contrarevolucionario.
    Hay que darse prisa en el "prucés", en avanzar hacia la cataluña bunkerizada a salvo de jueces y fiscales españolazos contra-independentistas.

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  2. Chelo Ramos Carranza

    Mariano, no tiene ni idea de lo que es un Rábano, y si lo sabe, no piensa cogerlo. le importa un bledo lo que hagan estos dos delincuente.

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  3. Vicente Patriota Vila

    La morcilla y el chorizo

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  4. La familia Pujol tenía sus razones para tanto desplazamiento. Según la confesión de Pujol, cuantificada luego por La Vanguardia, tenían en el país al menos cuatro millones de euros a nombre de la matriarca del clan y de cuatro de sus hijos: Pere, Marta, Mireia y Oleguer. Los otros tres- Jordi, Josep y Oriol- ya se habrían llevado su parte. Al disponer de esas cantidades en Andorra sin declarar, la forma de disfrutar de ese dinero era ir allí y retirar fondos en metálico. Aunque fuentes policiales sospechan de que no sólo sacaban dinero, sino que también lo llevaban.

    Tal y como revela ABC, varios policías en activo corroboran esta información. Además, al menos entre los años 2000 y 2008, en las presidencias de Aznar y Zapatero, los policías de la aduana llegaron a recibir faxes con la orden expresa de no registrar el automóvil de la familia Pujol. El documento se enviaba, según las mismas fuentes, desde la Jefatura Superior de Policía de Cataluña.

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