¡¡¡Agua va!!!

¿Quién se va a oponer a un trasvase si sobra agua en una cuenca?" Esto es lo que tímidamente se ha preguntado en sus aceleradas declaraciones del pasado miércoles del ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, en las que nos anunciaba la creación de un nuevo Plan Hidrológico Nacional.

Eso si, lo dijo sin atreverse a pronunciar la palabra trasvase que es como mentar a la bicha en diferente despachos autonómicos y nacionalistas. Arias Cañete sin llegar a la cursi creatividad de sus antecesores, se ha limitado a hablar de "reutilización", "depuración" y de empleo "solidario" del agua. Parece ser que al final se han convencido de que las desaladoras no pueden ser la solución a nuestro desigual régimen de lluvias.

Parece oportuno hablar de este tema ya que al parecer se avecina un nuevo periodo de sequia para el levante español y estamos como en el año 2.000 esta vez gracias a un invierno que apenas ha llovido. Cuando estamos viendo con desesperación que en un año normal, ha habido momentos, como en las riadas de abril de 2007, que con los más de 1200 metros cúbicos por segundo que el Ebro estuvo arrojando al mar se hubieran resuelto, en tres días, el problema de escasez del campo levantino, murciano y almeriense de todo un año. ¿Es que Castilla la Mancha, Aragón y otras comunidades excedentarias donde ya no mandan los socialistas, van a seguir siendo incapaces de utilizar el agua sobrante y además no sacarle rendimiento mediante la venta de la misma otras comunidades que estarían dispuestas a comprarla as buen precio?

En sus declaraciones, el nuevo PHN anunciado por Arias Cañete, consistirá básicamente en una amplia red de trasvases, incluido el del Ebro, pues cualquier plan que no radique en la necesidad de transportar agua de donde sobra a donde hace falta constituiría una auténtica farsa.

Hay, sin embargo, quien justifica la falta de claridad del PP de Rajoy sobre la base de lo difícil que es vender, por ejemplo, en Aragón, el transvase a la Comunidad Valenciana, Murcia o Cataluña, para que allí se hagan más urbanizaciones de lujo, más campos de golf o más parques temáticos, mientras el Aragón profundo se convierte en un desierto demográfico. Vamos que, en lugar de combatir tan burda, cateta y estúpida demagogia, el PP debe someterse a ella.

Al margen de que la necesidad de agua en esas zonas, como también ocurre en Almería, no se deben exclusivamente a la demanda turística, sino que afecta también y muy notablemente a la agricultura, ¿se puede saber qué hay de malo en dedicar el agua en actividades donde su uso resulta mucho más rentable? ¿Se puede saber qué gana el "Aragón profundo" impidiendo que en otras partes de España se utilice el agua que allí les sobra? Ellos dicen que ni siquiera disponen de agua corriente en sus casas pero a estas alturas del siglo XXI… ¿Por qué sus gobernantes regionales que se han opuesto confervor a cualquier trasvase, no han hecho las obras necesarias para resolver la falta infraestructuras de estos pueblos?

A falta de un auténtico mercado del agua que contemplara títulos de propiedad, esperemos que la demagogia y la estupidez, así como los complejos que impiden combatirlas, no desbaraten unos trasvases que pueden vertebrar a España como nación tanto como permitir que en ella impere el más elemental sentido común.