El maestro Ciruela y sus lecciones de separatismo comparativo

 

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en su delirio secesionista ha recuperado su estrategia de desprecio dialéctico hacia el resto de España. Este miércoles, durante la sesión de control del Parlamento autonómico, Mas ha aprovechado una interpelación de la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, para cargar contra el Estado español, al que ha calificado de “subsidiado y subvencionado” en contraposición con “la Cataluña productiva”.  

 

¿Cataluña productiva?... El Sr Mas debería darse una vuelta por los polígonos industriales de Hospitalet, el Baix Llobregat e incluso Zona Franca y verá la cantidad de naves cerradas, en venta o alquiler. El dirigente nacionalista retoma la dialéctica del desprecio hacia el resto del país, que ya ha utilizado en otras ocasiones, por ejemplo, calificando a Andalucía de “subsidiada” o mofándose del acento de los niños de esa Comunidad.

Pero los desaires de Artur Mas han ido más allá de las cuestiones económicas. Basta recordar la mofa del acento de los niños andaluces que lanzó durante un debate en la Cámara autonómica en septiembre de 2011.

Ahora ha cargado contra la segunda paga extra de los funcionarios ya que ha presumido de tener el coraje -por un lado- y la obligación -por otra- de dejar de pagar una paga extra a mas de 200.000 personas que están trabajando para la Generalitat de Cataluña, cuando en el resto del Estado, incluido el Estado central, pagan las dos.

Sánchez-Camacho había instado a Mas a superar el acuerdo de legislatura firmado con ERC, dejar de lado la agenda secesionista y trabajar para encarar la crisis económica y presupuestaria. Pero el dirigente nacionalista ha calificado de “correcto” el pacto con ERC y le ha reprochado las críticas:

Al la representante del PP le ha dicho: “Evidentemente nos da lecciones, lecciones sobre cómo se han de administrar los déficits, etcétera. Y resulta que aquí, señora Sánchez-Camacho, tenemos el coraje -por un lado- y la obligación -por otra- de dejar de pagar una paga extra a mas de 200.000 personas que están trabajando para la Generalitat de Cataluña, cuando en el resto del Estado, incluido el Estado central, pagan las dos. Y la pregunta es: ¿no es suficiente con que la Cataluña productiva tenga que pagar una sola paga extra y el Estado subsidiado y subvencionado pueda pagar dos?”.

Cada vez este señor anda más desquiciado. Resulta que ya estamos a mes de junio aún ni siquiera ha conseguido realizar y llevar a su aprobación el presupuesto para 2013 por lo que nadie ni sus propios ciudadanos pueda controlar cuánto gasta y en que se lo gasta y por el contrario es capaz de dar lecciones y a todas aquellas administraciones que tienen sus gastos controlados decirles en que tienen que gastar sus recursos. ¿Es que cree que los funcionarios le van a agradecer este nuevo recorte de sus derechos para que el Sr. Mas pueda atender sus compromisos en forma de subvenciones millonarias a TV3 o los demás medios subvencionados? O para él pueda repartir gratuitamente miles de ejemplares de La Vanguardia subvencionados, eso si en catalán, por todos los trenes de cercanías 

Y las farmacias o los hospitales o centros concertados de la tercera edad… ¿No cree que tiene que pagarlos para que puedan seguir funcionando? Igual ha pensado hacer lo mismo que de los funcionarios. O sea no pagarlos. Porque lleva ya un retraso considerable. 

Venga montar franquicias en el extranjero colocando a los amiguetes bien remunerados, realizar fracasados viajes soberanistas por todo el mundo, para intentar convencer de su delirio a quien le quiera escuchar, que ahora mismo es NADIE, y atienda ahora mismo los muchos niños catalanes van al colegio desnutridos como está ocurriendo en algunas zonas de Cataluña. Y pague las facturas. Para él lo primordial es seguir alimentando la bestia que finalmente terminará por devorarle, por mucho que Rajoy transija en sus historias.

Solo una cosa. Que lleve de una vez el presupuesto de la Generalitat a la aprobación pública y si finalmente se lo aprueban, que lo cumpla, pero mientras no lo haga, que administre la ruina que él mismo ha provocado y que deje de dar lecciones a los demás.

Como el maestro Ciruela, que no sabia leer y fundó una escuela...