¿Peajes en cada esquina?
La Diputación de Guipuzkoa, con Bildu en su titularidad, ha
anunciado que, a partir de octubre del año próximo, todas las autovías y
autopistas serán de pago. No solo las vías dependientes de su competencia, sino
todas las que atraviesen la provincia, incluida la N-I. La Diputación ha
previsto que los ciudadanos empadronados en la provincia estén exentos del pago
de estos peajes y que los ciudadanos de Álava, Vizcaya y Navarra disfruten de
una reducción en el importe.
Estamos en un país de locos; en un reino de taifas, donde
cada Ayuntamiento, Diputación o Comunidad Autónoma toma decisiones por cuenta
propia, sin la menor consideración hacia el bien común o sin el menor sentido
común, si es que hay algo de común en los sentidos. Hace pocos días comentábamos
cómo el ayuntamiento de Báscara habia cortado el paso de la carretera
Nacional II de sin que ni las administraciones central o autonómica lo hayan
impedido.
Ahora le toca el turno a otra carretera nacional. Qué
curioso que en ambos casos se trate de actuaciones a pocos kilómetros de las
fronteras con Europa. Viva el aislacionismo decimonónico.
En principio, vemos que hay dificultades técnicas para
aplicar este peaje, que desconocemos cómo van a solucionarse. La Diputación
quiere implantar un sistema de arcos o pórticos electrónicos, que posibilitaría
el pago "sin que ningún vehículo tenga que detenerse en la vía",
dicen. ¿Y cómo lo cobran: directamente en la cuenta del propietario del
vehículo mediante el reconocimiento de la matrícula? ¿En una carretera
fronteriza por la que circulan diariamente decenas de miles de coches con
matrícula extranjera? ¿Y con tres tarifas diferentes, en función de la localidad
en la que se ha matriculado el coche? Mucho optimismo me parece. Si se implanta
y quieren que pague todo vehículo que circule, van a tener que instalar cabinas
y eso va a significar colapsar la frontera con atascos kilométricos. El propio
responsable de carreteras de la Diputación, preguntado por estos extremos
declaró: "No vamos a entrar ahora a explicar estos detalles
específicos".
Eso desde el punto de vista técnico. Porque desde el sentido
común la cosa es mucho más grave.
Las competencias en las carreteras están transferidas a las
Comunidades, pero la Ley de Carreteras 25/1988 en su articulo 5 es
bien clara: "Los Planes y Programas de carreteras del Estado, de las
Comunidades Autónomas y de las Entidades Locales deberán coordinarse entre sí
en cuanto se refiere a sus mutuas incidencias, para garantizar la unidad del
sistema de comunicaciones y armonizar los intereses públicos afectados,
utilizando al efecto los procedimientos legalmente establecidos".
Si cada Diputación decide establecer un peaje en su
territorio, viajar no es que vaya a ser un problema: es que simplemente se
imposibilita. En esa misma N-I, entre Madrid y la frontera francesa, se
atraviesan las provincias de Madrid, Segovia, Burgos, Álava, otra vez Burgos,
otra vez Álava y Guipuzkoa. Cinco provincias y siete peajes. Y estamos hablando
de una autovía de titularidad pública y no de una vía de peaje de financiación
privada. Desde luego, de armonizarse los intereses públicos afectados, nada de
nada.
Por si fuera poco, esta decisión de la Diputación
guipuzcoana también va en contra de las normativas europeas, que prohíben una
discriminación por territorios, que también es algo lo suficientemente ambiguo
como para que todos los partidos y dirigentes se den por satisfechos. Pero,
insistimos, por encima de las normas y regulaciones siempre complejas, está el
sentido común y nada hay más lejano a ese sentido que empezar a instalar peajes
provinciales. Porque por las mismas razones que la Diputación de Guipuzkoa
tiene para no cobrar a sus residentes, tiene la de Burgos para cobrar sólo a
los de esa provincia por circular por su tramo de vía. Un do ut des terrorífico.
Los Estados gastan centenares de millones en construir vías
rápidas, puentes y túneles para eliminar barreras geográficas y vienen unos
políticos (algunos más que otros) y para recaudar 38 millones de euros (que es
lo que estiman recaudar los diputados de Guipuzkoa) echan por tierra esos
centenares de millones de inversión. Volvamos a la época de los caminos de
carro, los senderos fronterizos, los barqueros para cruzar el Bidasoa y las
casetas de fielato, que parece ser es lo que añoran algunos.
Maria Jesus Alvarez Rodriguez
ResponderEliminarY es que el gobierno de España no puede poner remedio a tanto despropósito?.Vaya hartazgo de todo.
Jose L. San Vicente
ResponderEliminarPoco visito últimamente San Sebastian y ahora menos.
Marian Yerro
ResponderEliminarLamentable, esto de los peajes,
Marian Yerro José Luis,
ResponderEliminarsoy de las que se niega últimamente a visitar San Sebastián. Pero Tudela, Pamplona. 3 peajes. Es inaudito.
Justicia Para Nuestros Hijos
ResponderEliminar..ESTO ES EL REINO DE ESPAÑISTAN...TODO EL QUE MANDA A ROBAR...
Manuel Fernandez Padin
ResponderEliminarQUE ENFERMEDAD ESO NO TIENE CURACION?
Toni Sagrel
ResponderEliminarPaís de locos enloquecidos.
Antonio Bernabe Peralta
ResponderEliminarJJIJIJI Y EMPEZARON PRONTO DESDE LOS AÑOS 90. SE VEIA VENIR VUESTRA DESVERGUENZA.
Marcelo Fierro Madrid
ResponderEliminarMenuda barbaridad.
Marcelo Fierro
ResponderEliminarEstamos en un país de locos; en un reino de taifas, donde cada Ayuntamiento, Diputación o Comunidad Autónoma toma decisiones por cuenta propia, sin la menor consideración hacia el bien común o sin el menor sentido común, si es que hay algo de común en los sentidos. Hace pocos días comentábamos cómo el ayuntamiento de Báscara habia cortado el paso de la carretera Nacional II de sin que ni las administraciones central o autonómica lo hayan impedido.
Ahora le toca el turno a otra carretera nacional. Qué curioso que en ambos casos se trate de actuaciones a pocos kilómetros de las fronteras con Europa. Viva el aislacionismo decimonónico.
Marisa Menendez Rodriguez
ResponderEliminary esto es legal ??