Ir a Cuba de negocios

Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, 

Mientras la UE se burlaba de la soberanía española a cuenta de Gibraltar, el mentiroso compulsivo de la Moncloa viajaba a Cuba tratando de engañar a la opinión pública con un supuesto éxito diplomático con negociación del Brexit, que finalmente ha resultado un fiasco total. Se fue a Cuba a perdonar parte de las deudas que tiene la dictadura con los empresarios españoles afincados alli y darse un garbeo con la Bego. 

España sólo puede tener un interés decente con Cuba y los cubanos: ayudar a derribar el régimen que la mantiene en la esclavitud y la miseria. No hay "intereses españoles" en la Isla que no sean los de ayudar a los que, contra toda esperanza y los plantados contra la única institución sólida creada por el castrismo, que es el presidio político. El que invierta en la dictadura merece la ruina. Es más, la tiene asegurada

No hubo información de que Begoña Gómez acompañaría al presidente del Gobierno en su viaje oficial a Cuba. Tan solo confirmación visual cuando Pedro Sánchez descendió del avión presidencial acompañado de su esposa en el aeropuerto José Martí de La Habana. Ambos fueron recibidos por Rogelio Serra, viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba.

Lo que más ha llamado la atención en la llegada a Cuba del avión en que viajaba el presidente del Gobierno son los aires de grandeza que han mostrado Sánchez y su esposa Begoña Gómez, que parecen empeñados en ejercer de jefe de Estado y primera dama. Era penoso ver a la huesuda Begoña, enjaezada de rojo estrepitoso, con ganas de saludar como Rania de Jordania en la escalerilla del avión. Gómez no participó en toda la agenda oficial pero su presencia sí ha sido ciertamente constante y protagonista durante los momentos más emblemáticos de su visita.

El viaje ha sido una porquería y los resultados rigurosamente nulos. Espero que no pretendan cobrarnos a través de los Presupuestos ese dineral (300 millones) que no quiere pagar la multimillonaria narcodinastía de los Castro. Si Sánchez quiere ser el Zapatero de Cuba, estará a la altura de los Castro, como el infame Zetapé está a la de Maduro. Ojalá el Rey tome nota y no vaya a Cuba mientras los cubanos no tengan una leve esperanza de libertad.