La importancia de ser “Ex”

Faltan pocos días para que Rodríguez Zapatero deje su condición de Presidente del Gobierno de este país y empezará entrará a vivir su condición de ex presidente e iniciar su carísimo retiro para vivirlo según el, como supervisor de nubes acostado en una hamaca y mirando al cielo. Para este destino va a llevarse una pensión de 70.000 euros anuales, mas el cargo de Consejero de Estado vitalicio con un sueldo de 75.000 euros al año, compatible con su ya de por sí esplendida pensión.

Hasta entonces tan solo había en España dos cargos vitalicios: el del Rey y el de Consejero Permanente del Estado. Este último cargo lo ocupan juristas de reconocido prestigio, quienes, a través de la Comisión Permanente, despachan semanalmente con el excelente Cuerpo de Letrados, haciendo que la maquinaria administrativa funcione conforme a Derecho o advirtiendo, por ejemplo, de cuando la sombra de la ilegalidad pueda cernirse sobre la actividad reglamentaria del Gobierno, entre otras muchas funciones. El carácter vitalicio sirve, precisamente, para dar continuidad a esta labor y garantizar su independencia.

Para tal excelsa tarea será necesario que se le sufrague dos "asistentes" a su cargo, inconcretos "gastos de oficina", atenciones de "carácter social", alquileres de inmuebles o el libre pase en las compañías de transportes terrestres, marítimos y aéreos regulares del Estado. Se da la circunstancia que esta medida se ha reproducido por todas las comunidades autónomas a añadir a las prebendas de los ex ministros resulta que por este país empieza a haber un empacho de ex de algo olvidados por todos que pululan por las ciudades con el clásico “no sabe Vd. quién soy yo” como Corcuera en la Feria de Sevilla, que circulan por ahí arrasando con choferes y guardaespaldas con la parafernalia que acostumbrada de sus buenos tiempos.

En este país en crisis empieza a tener una sobrecarga de ex de algo a los que hay que sumar los ex de los pelotazos bancarios jubilados a toda prisa y forrados de pasta y ahora empezamos a comprobar que hemos creado una casta especial que cada vez es más numerosa a cargo del erario `público y que puede llevarnos a la ruina. Ahora resulta que más importante que ser alguien en este país, es llegar a ser “ex” de algo. Toda a esta pasta es para que estos privilegiados, muchos de ellos en la cincuentena, simplemente para no hagan nada más en su vida.

Todos estos privilegios se extienden a partir de 2007 a las conyugues, compañeras, concubinas o lo que sean de los ex para cuando este fallezca, ya que Zapatero decidió que estas prerrogativas, privilegios o remuneraciones vitalicias se extendieran de por vida a sus cónyuges coche oficial con chofer y guardaespaldas incluidos.

Nadie cuestiona que los expresidentes reciban a partir del momento de su cese la consideración debida, lo cual abarcaría, por ejemplo, ocupar el lugar protocolario que les corresponda y gozar del apoyo de los servicios de la representación diplomática española en sus desplazamientos fuera de España. Pero en 2008, año en que ya era evidente la crisis económica que seguimos padeciendo, debía haber sido el momento de suprimir otros privilegios, mucho más discutibles, como el de que a un expresidente del gobierno se le sufrague dos "asistentes" a su cargo, inconcretos "gastos de oficina", atenciones de "carácter social", alquileres de inmuebles o el libre pase en las compañías de transportes terrestres, marítimos y aéreos regulares del Estado. Todo ello aparte de su espléndida pensión.