La burbuja aeroportuaria

A la burbuja inmobiliaria que está asolando España hay que ir sumando otras burbujas como la bancaria, la universitaria, y ahora la aeronáutica todas ellas creadas al albur de la ficticia prosperidad dada desde la banca mundial gracias a la inconsciencia de un gobierno que no quiso ver en 2007 lo que estaba ocurriendo a nuestro alrededor y ha seguido despilfarrando cuatro años mas como si no pasara nada.

A la recién estrenada ministra de Fomento, Ana Pastor, le tocará decidir qué hace con 20 de los aeródromos construidos últimamente por sus antecesores en el ministerio de Fomento, Magdalena Alvarez y José Blanco. Una gran cantidad de cemento y construcción acumula en aeropuertos sin utilidad, a los cuales no se podrá dar otro uso que para el que fuera pensado. Y hay que pagar todo esto. Con una particularidad el hecho de tenerlos faltos de mantenimiento van a convertirse rápidamente a cada uno estas ciudades abandonadas en medio de la nada, donde campan a su albedrío ratas y serpientes. Ocurría en aquella época muy próxima que nos todos nos creíamos ricos y cada mandamás regional o local no era nadie si no podía tener embajadas en las capitales del mundo y el AVE y un avión a su disposición a la puerta de su residencia.

A la ruina del aeropuerto de Ciudad Real que ya han tenido que cerrarlo por falta de vuelos hay que ir sumando el aeropuerto de Castellón inaugurado hace casi un año sin que se haya realizado un solo vuelo por no sé que cuestiones de permisos. Allí están unos halcones carísimos preparados para asustar a las palomas que ni siquiera se asoman por allí. Su proximidad a Valencia le augura un futuro tan negro como el reseñado.

Ahora salen los datos sobre el aeropuerto de Huesca se mantiene abierto con cuatro pasajeros en noviembre después de no recibir ni uno solo en los 31 días de octubre, además de no contar con ningún vuelo comercial. La media diaria de pasajeros en 2011 ha sido de ocho viajeros diarios y apenas computa unos 20.000 pasajeros en sus cuatro años de existencia.

El caso del aeropuerto de Aragón no es excepcional en el resto de España. Otros, como el de Castellón, se inauguró y todavía no ha circulado ni un solo avión por él. La bonanza económica que acompañó a las dos legislaturas de Aznar desató una fiebre aeroportuaria por toda España. Hoy, Aena computa 49 aeródromos en todo el territorio español, sin contar con los que dependen en su totalidad de las comunidades autónomas. La situación actual es límite, y muchas ciudades mantienen sus proyectos vivos sin encontrar el modo de financiarlos. Las empresas privadas se han alejado de inversiones de tan dudoso retorno, y las administraciones públicas no atraviesan su mejor momento financiero.

Solo quince aeropuertos de Aena superan los 100.000 pasajeros mensuales. Entre los 20 aeródromos más deficitarios, suman 84.324 pasajeros en el mes de noviembre. Una auténtica ruina si se tiene en cuenta el coste de mantenimiento de dichos aeródromos. Un puñado más de viajeros que al de Huesca llegaron el mes pasado al aeropuerto de Albacete, que consiguió cerrar el mes con 186 billetes vendidos, un 83% menos que el mismo mes de 2010. Córdoba, con 850 y el helipuerto de Algeciras, con 1.769, son los que menos tránsito tuvieron durante el mismo mes. Por su parte, Salamanca solo sumó 1.892, 26 pasajeros más que el de Logroño-Agoncillo. Burgos y Reus se quedaron en torno a unos 2.000, con una media de unos 67 pasajeros al día. Una auténtica ruina. ¿Quién planeó todo esto? No se trata de una inversión ruinosa, sino de al menos 20 inversiones ruinosas que van a arrastrar a la ruina a aquellos aeropuertos como Barajas, Palma, Barcelona o Alicante que si son rentables por donde entran millones de pasajeros. ¿No podía haberse previsto un desastre asi? ¿No deberían pasar por la cárcel los responsables de este desastre?