Los "okupas" de Sol

Los okupas de Sol

Día a día la manifestación de Sol va pareciendo más una simple ocupación de espacio público para un mercadillo hippie que lo que fue primeramente como un grito de indignación contra la clase política y una espita de esperanza ante el abuso de los partidos políticos. Tal es así que la mayoría los promotores iniciales del movimiento ya han abandonado la concentración, dado que piensan que la escasa incidencia de esta protesta en el resultado de las elecciones del domingo el objetivo está ya cumplido y deberán seguir sus reividicaciones a través de otro tipo de actuaciones que sean mas efectivas.

Ahora al pacecer ha entrado al relevo una gran cantidad de desocupados, okupas, anarkos y elementos mucho mas radicales que ya están planteando muchos mas problemas de convivencia con los comerciantes de la zona que en un pricipio acogieron con simpatía el movimiento, mientras la autoridad no aparece por alli para intentar encauzar la mínima convivencia.

Quienes hay ahora no son los que iniciaron el movimiento inicial  aunque son menos numerosos son cada vez mas molestos e incivilizados y aunque siguen con sus asambleas y reivindicaciones cada vez más extravagantes e imposibles resuntal muy molestos para comerciantes y vecinos que aguantan que les cubran de carteles los escaparates hasta que se produzca un enfrentamiento serio. Los comerciantes cada vez más “indignados” contemplan como la caja de sus establecimientos se ha visto reducida en mas de 70% de su recaudación habitual. Alli no hay fuerza pública que controle esta bomba de relojeria.

En voz baja, casi con resignación, todos coinciden con la opinión de Alejandro, el encargado de la cafetería Europa de la calle del Carmen esquina Sol: "esto es un desastre, no podemos hacer nada; que protesten y se vayan porque si siguen aquí nos hunden". Porque sus ventas han descendido un 70%.

Totalmente empapelados están los escaparates del local de Cortefiel, que por quedar debajo del andamio que cubre uno de los edificios de la plaza se han convertido en involuntario expositor de carteles, tablones de anuncios e incluso un enorme mural donde se exhiben los artículos aparecidos en prensa.

"Completamente sitiado" se siente uno de los quiosqueros de la plaza que se resiste a dar su nombre. "No quiero comentar, con mirar mi cara ya se ve lo que me parece", asegura desde el interior de un quiosco de prensa completamente empapelado por carteles de protesta, a cuya espalda se ha instalado uno de los comités de organización de los "indignados" y al que, de hecho, le ha salido un "adosado" en forma de toldo azul bajo el que acampan media docena de jóvenes.Cuando sus vecinos plantan una paellera a escasos centímetros del expositor de periódicos y comienzan a cocinar, el quiosquero rompe su mutismo: "si esto sigue así va a ser jodido, pero ¿a quién protestas?"

Todos afirman que se trata de una protesta pacífica que no ha creado apenas problemas de seguridad, pero poco a poco se ha convertido en algo exluyente y peligroso, cada vez hay mas enfrentamientos con otros colectivos, lo que obliga a los comerciantes a llegar antes para limpiar los escaparates y toldos de carteles, y a cerrar unas dos horas antes de lo normal para evitar las aglomeraciones de última hora de la tarde. Además el calor incipiente y la falta de limpieza está propagando toda clase de malos olores que se hacen insoportables a quien tienen que transitar por la plaza.

Los comerciantes esperan que "alguien haga algo", ya que han pasado las elecciones y la orden de desalojo desde el Tribunal Supremo sigue vigente y solo puede ser Rubalcaba quien deberia cumplir esta orden con el desalojo de la plaza de algo que ya ha perdido el fuelle en sus reivindicaciones pero ha aumentado su peligrosidad y ademas se ha convertido en un  problema sanitario que seria cosa de Leire Pajín.