Latazo electoral

Latazo electoral

Hasta el 22 de mayo fecha de las elecciones autonómicas y municipales y a falta de casi dos semanas, los partidos políticos no paran con sus consignas vacías con tal de cazar a aquellos incautos que no se hayan enterado aún que en la política española actual no existen izquierdas ni derechas, o rojos y azules y que el principal problema que tenemos es una costra política de todos los colores que no está dispuesta a soltar el sillón y para ello serán capaces de pactar con los terroristas, engañar a los acreedores y machacar a la población con las ya predecibles subidas de impuestos, de los precios y con la realidad del paro, intentando confundirnos con su retahíla de acusaciones entre ellos y ocultando sus intenciones para el siguiente día en el caso de su victoria.   

Mal vamos si todo el programa electoral del PSOE consiste en decir que la culpa de la crisis la tiene el PP. Lo que afirman Zapatero, Blanco y Rubalcaba es sencillamente mentira porque evidentemente la pésima gestión de la crisis no puede imputársele nunca a la oposición, pero la disculpa de Rajoy huele a que, cuando gobierne, se pasará un tiempo recordando lo mal que lo hicieron los socialistas, para justificar la lentitud de la recuperación.

Aquí todo el mundo escurre el bulto y no dice lo que piensa hacer para solucionar nuestra desgracia, solo se escudan en el error del contrario para disculparse y si el mensaje de los conservadores es afirmar que “quien ha estado siete años en la oposición no puede ser responsable de lo mal que nos va”. Por todo ello el personal ya no está por la labor de escuchar más milongas.

Rajoy tiene razón y tiene derecho protestar por las insidias que dicen en los mítines “el trío de la bencina”, y su frase dirigida a Rodríguez Zapatero cuando le ha reprochado que “un gobernante con cuajo, sincero, responsable, reconoce sus errores y no echa la culpa de la situación económica actual a quienes llevan siete años en la oposición porque eso es falso e injusto”, es impecable. Pero esto no se arregla sin más porque se vaya Zapatero, aunque ayudará mucho a cambiar el ambiente de confianza si así ocurre.

Lo importante es que esa confianza la generen los hechos y no sólo las palabras: más austeridad, menos coches oficiales, menos tarjetas de crédito, un gobierno y una administración mucho más reducida, menos dilapidar el dinero en subvenciones a los amigos, lucha de verdad contra la corrupción en el propio partido y en los demás, y algo muy importante, regeneración democrática en las instituciones. A todo esto no parecen muy dispuestos los barones que andan por la periferia buscando su colocación dentro del chiringuito. No basta con quejarse de que los jueces obedecen a los partidos que los nombraron, hay que acabar con ese sistema de repartirse las cuotas de poder entre PP y PSOE Lo que hay que hacer es plantear como va a ser la imprescindible regeneración de las instituciones. Todo lo demás son palabras.