España no se lo puede permitir

España no se lo puede permitir

La ciudadanía ha hablado y los resultados de las elecciones locales y autonómicas no pueden ser más elocuentes. Los ciudadanos españoles hartos de una política sectaria de un perfecto iluminado que ha pretendido convertir a todo el país en una especie de secta autodestructiva tan respondido con una sonora bofetada en la cara de alcaldes y presidentes autonómicos socialistas, muchos de ellos con un gran trabajo en sus circunscripciones a los que ha arrastrado a un Zapatero que entró a gobernar este país sin currículo ni experiencia, gracias a un atentado aún por esclarecer y terminará su mandato como el presidente más nefasto que haya tenido España en la reciente historia contemporánea.

El mensaje de estas elecciones ha podido ser más claro: Zapatero ha perdido todo apoyo popular y, por tanto, no puede continuar ni un segundo más en La Moncloa. Después de esta debacle que prácticamente se los ha llevado por delante, los socialistas deben de plantearse su futuro si no quieren llegar dentro de pocos días a su total desintegración y los miembros de la ejecutiva que se reúne hoy no pueden permitir que Zapatero siga un día más al frente del gobierno. Pero tienen un problema, ninguno de sus delfines más significados como se han estado postulando como son Rubalcaba o Chacón pueden ser quienes pudieran tomar el testigo has tas elecciones de marzo, ya que ellos han sido los cómplices necesarios del fracaso.  

Se impone la urgente convocatoria de elecciones anticipadas ante la evidencia de que la inmensa mayoría de la ciudadanía no está dispuesta a que la agonía socialista se convierta en la agonía de la Nación. España necesita de una regeneración institucional y económica que refuerce nuestro Estado de Derecho y dé nuevos bríos a nuestra actividad productiva; o dicho de otro modo, España necesita abandonar de inmediato la senda socialista que la ha llevado a reintroducir a ETA en las instituciones y a alcanzar la intolerable cifra de cinco millones de parados. Dos causas que han bastado para el hundimiento electoral del PSOE y dos causas que deberían bastar para que Zapatero se marche de inmediato.

Si Zapatero no dimite mañana motu propio deberán de ser los propios militantes que se lo exijan ya que en este caso será la Comunidad Europea quien se lo va a exigir que esta  caída libre de nuestro país deje de ser el lastre que  puede echar por la borda la recuperación del resto de países europeos.

El PP ha sido el principal beneficiario de la debacle del PSOE: los de Rajoy han conservado todos sus feudos y se han apoderado de prácticamente todos los gobiernos a los que podían aspirar. Ahí están esos dos símbolos del cambio de ciclo político como son la victoria popular en Castilla-La Mancha y su arrollador triunfo en el Ayuntamiento de Sevilla, plazas inexpugnables del PSOE durante más de 30 años. Tal ha sido la sangría socialista, que no sólo ha engordado al PP, sino que ha dado algo de oxígeno a una terminal Izquierda Unida y, sobre todo, ha permitido consolidar el proyecto de UPyD como la alternativa nacional de izquierdas.

Es obvio, por consiguiente, que existen sobrados motivos para la satisfacción de los populares.  Sin embargo, no convendría que cayeran en la autocomplacencia: por mucho que estemos ante los mejores resultados de su historia, el PP tiene razones más que suficientes para la preocupación, tanto dentro como fuera del partido. Dentro, porque su errada estrategia electoral en Asturias, Navarra o Valencia le ha privado de una victoria mucho más contundente: Ha cometido tres errores que, de no enmendarlos, el PP podría pagarlos caros en las próximas generales.

Y fuera, has urgido un nuevo problema porque el separatismo sigue ganando poder en Cataluña, Navarra y el País Vasco. El más estúpido son los resultados obtenidos por Bildu, la sucursal de Batasuna, dispondrá de más de mil cien concejalías desde las que seguir nutriendo financiera e informativamente a ETA que nos lleva a un escenario dantesco que es responsabilidad directa de Zapatero y del Tribunal Constitucional e indirecta de un Mariano Rajoy que decidió no hacer oposición con el tema y que en la misma noche de la victoria, desde el balcón de Génova, se negó de nuevo a pronunciarse sobre el asunto, pese a la unánime petición de sus militantes.

A partir de este lunes la principal tarea de los cargos electos del PP sea ponerse a trabajar desde sus localidades o comunidades autónomas. Pero la principal tarea de Rajoy, prácticamente la única, será lograr que el moribundo Zapatero de Bildu y de los cinco millones de parados no agote la legislatura. Tal vez no sea una prioridad personal para el presidente de los populares, pero desde luego sí es una prioridad nacional para España. Y España no se puede permitir seguir unos meses más entre el desánimo y la vergüenza.