El "programa" de Rubalcaba

Alfredo Pérez Rubalcaba ha empezado a tomar decisiones sobre cuál puede ser su programa electoral, ya nos ha aclarado que será su fiel escudera Elena Valenciano quien va a acompañarlo y va a ser su número 2 en Madrid. Lo que se vislumbra en sus discursos es la falta de soluciones a la crisis y pretende solucionarlo con viejas recetas del más rancio socialismo. Quien permanece en el poder desde el año 82 y hasta ahora no ha sido capaz de llevar a cabo sus ideas seguro que no será quien lidere el cambio radical y la regeneración que necesita este país. Mi percepción es que el partido socialista vienso inminente su derrota, ha abandonado el centro político y está dedicando sus esfuerzos a complacer a aquella parte más radical y residual de la izquierda.

Dice que sus primera iniciativas “sociales” no van a ser más que una continuación de los proyectos de Zapatero como la prórroga del subsidio de 400 euros para los parados de larga duración que posiblemente se apruebe hoy y la promesa de la ley de la muerte digna que no es más ni menos que la legalización de la eutanasia. Estamos ante la cultura de la muerte y la miseria del socialismo en estado puro.

Rubalcaba pretende soslayar el despilfarro que constituyen las autonomías con sus duplicidades con ayuntamientos, consejos comarcales, veguerías, cabildos, empresas públicas, fundaciones y toda clase de mamandurrias creadas durante todo el período zapatético en estos últimos años, ya que han constatado que en algunos de estos centros administrativos no disponen de los fondos para pagar las nóminas de sus funcionarios para el próximo mes. Ahora anuncia que la solución consiste en la supresión de las Diputaciones Provinciales reconvirtiéndolas en unos consejos de alcaldes que, según él, generarían un ahorro de 1.000 millones anuales cuando el recorte necesario en el gasto público no puede ser de menos de 30 o 40 mil millones al año.  Al parecer su único deseo es que quede ahí todo el recorte de déficit que se presenta imprescindible debido al caos y alto coste actual de la administración.

Y para reanimar la economía y reducir la tasa de paro, solo propone que las empresas y trabajadores limiten sus beneficios para así conseguir que puedan contratar más, sin eliminar las barreras y burocracia que constituyen los convenios por sectores y el mantenimiento de los axiomas defendidos por los sindicatos y patronos subvencionados. Esta solución ya ha demostrado que no sirve para solventar el enorme paro existente. Ente una situación de quiebra de todo el sistema, pretende seguir la senda de Zapatero e intentar evitar la fuga de votantes del PSOE que impidan a toda costa la mayoría absoluta del PP, sin reconocer que si ahora estamos asi, es porque en estos últimos años han hecho muchas cosas muy mal.