La reforma constitucional
A Rubalcaba finalmente le ha tocado aceptar una reforma que le ha impuesto Zapatero aunque confiesa no ser la suya y como toda la campaña se le venía encima, le tocado apagar la revuelta en su partido de senadores, diputados y barones del partido. Al parecer ha conseguido salvar la cuestión. El parte de bajas son un diputado (Antonio Gutierrez) y dos senadores socialistas que han anunciado que van a votar en contra de la reforma.
Se ha desperdiciado lo que podría haber sido una gran reforma constitucional y la movilización de la extrema izquierda, tanto sindicatos como indignados, no resulta ni mucho menos de recibo en estos momentos de crisis económica. La izquierda no sólo yerra en el fondo de la cuestión, sino también en las formas. Viendo la reacción de los sindicatos, nacionalistas, indignados y la extrema izquierda en general y a pesar de mi prevención a este acuerdo con nocturnidad y alevosía, empiezo a pensar que la reforma puede ser buena.
Se equivoca en el fondo porque insiste en reclamar dos objetivos incompatibles: que no dependamos de los mercados (y por tanto que no tengamos que colocar nuestra en el mercado) y que no dejemos de endeudarnos (y por tanto que sigamos dependiendo de los mercados a la hora de colocar nuestros bonos). Lo ideal, por supuesto, sería que nuestros políticos no gastaran más de lo que ingresan, pero amplios sectores de la izquierda prefieren la prodigalidad a la austeridad, sobre todo cuando el despilfarro lo pueden cargar, mediante la deuda, a la cuenta corriente de nuestros hijos y nietos.
Nacionalistas, sindicatos e indignados yerran también en las formas. Es posible que la reforma constitucional tenga un efecto positivo: dejar en evidencia que PP y PSOE representan a más del 80% de los españoles y que la aquiescencia de los nacionalistas para modificar la Constitución no es ni mucho menos imprescindible. En unos momentos en los que los inversores extranjeros observan con extrema desconfianza no sólo nuestra capacidad para devolverles el dinero sino también nuestra determinación para hacerlo, estas manifestaciones que promueve la izquierda para el próximo día 6 de septiembre sólo conseguirán acercarnos de cara a los ahorradores internacionales, a las algaradas callejeras que se han vivido en Grecia durante los últimos meses. Es una pena que tal como esta la situación, lo menos importante es si habia que convocar o no referendum sobre esta cuestión.
Si de algo deberíamos estar molestos los españoles es de que nuestros políticos no se hayan atado lo suficiente las manos como para evitar que se repitan episodios tan lamentables como la gestión de los sucesivos Ejecutivos de Zapatero. De salir a la calle, deberíamos hacerlo para exigir que nuestros políticos sean lo suficientemente diligentes como para honrar hasta el último céntimo de sus deudas y para reforzar nuestra credibilidad como país. La alternativa izquierdista de acabar de hundirla no puede ser más ruinosa.
Marimar Calvo Begue
ResponderEliminarMuy bueno el artículo...Buenos días...
Manuel Miguez Corbal
ResponderEliminaresto es de risa
seliva
ResponderEliminarMenuda forma de perder el tiempo, si de verdad se busca una "disciplina presupuestaria para todas las administraciones" lo mejor que pueden hacer es cortarle las manos a todos los que tengan acceso al dinero, además, este tipo de operaciones seguro que lo cubre la Seguridad Social.
Menuda forma de perder el tiempo, los que han llevado este país a la ruina vienen ahora presumiendo de castidad, pureza y virginidad a cortar el grifo del despilfarro. Si es que deberían de estar todos en la cárcel, sin excepción.
zgzna
ResponderEliminarA mí, lo que más me ha gustado es oír el cabreo del calvo Durán y Lérida porque no habían tenido en cuenta a los 6 ó 7 nacionalistas que nos condicionan siempre al resto de los españoles. A ver si veo las imágenes. Es que ver a un nacionalista cabreado es "lo más". Y encima el tío dice que estamos al borde de la ruptura consitucional. ¡Será cínico e hipócrita!
Adela Ejarque Montesano
ResponderEliminarDOS TONTOS MUY TONTOS¡¡¡es una pelicula??????je,je,
todas las medias, ajustes, recortes y ahora la reforma de la Constitución obedece a que España está intervenida. En ese sentido poco puede hacer el PP si no seguir las directrices que marcan desde Bruselas. En cuanto a la participación en un referendum estoy seguro que sería masiva y en contra de la reforma. La gente ya no cree en nuestra clase política que ve como se atacan sus derechos constituciones.
ResponderEliminarSarita Amon Jadue
ResponderEliminarBuenísimo!!!!!!!