Alta Voracidad Española
Las detenciones de altos dirigentes de Adif por apropiación
de nueve millones de euros en la construcción de las líneas de Alta Velocidad
en la época que Magdalena Álvarez era la principal responsable, ha disparado la alarma
en el Ministerio de Fomento. Asi la actual ministra ha ordenado auditorias
sobre distintos proyectos realizados en los últimos diez años
La investigación que ha destapado una presunta malversación
en las obras del AVE de Madrid a Barcelona. La ministra explicó ayer que, en un
primer momento, la auditoría se centrará en el tramo Sagrera-Nus de la Trinitat
por un importe de casi 68 millones de euros. Esta operación en concreto,
encerraría un sobrecoste de 6 millones de euros, aunque el Tribunal de Cuentas
apunta a que algunas de las obras del AVE a Barcelona generaron sobreprecios
del 230% con una desviación presupuestaria superior a 1.400 millones que investigan la jueza, la Guardia Civil y la
Fiscalía Anticorrupción.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) solo ha tenido tres presidentes desde 2004: Antonio González Marín, nombrado por la exministra de Fomento Magdalena Alvarez y mantenido en el cargo en 2009 por su sustituto, José Blanco; Enrique Verdeguer, en el que la ministra Ana Pastor depositó su confianza nada más ganar el PP las elecciones en diciembre de 2012, y Gonzalo Ferré, en el cargo desde enero del año pasado. A los tres les ha correspondido gestionar algunas de las principales licitaciones de los tramos del AVE, pero solo a este último le ha estallado una de las bombas que comenzó a cebarse en 2008 cuando en la primera legislatura de Zapatero la empresa Corsan Corviam se hizo con las obras de alta velocidad correspondiente al tramo catalán comprendido entre la futura estación de La Sagrera y el Nudo de la Trinidad, por un importe de casi 68 millones de euros.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) solo ha tenido tres presidentes desde 2004: Antonio González Marín, nombrado por la exministra de Fomento Magdalena Alvarez y mantenido en el cargo en 2009 por su sustituto, José Blanco; Enrique Verdeguer, en el que la ministra Ana Pastor depositó su confianza nada más ganar el PP las elecciones en diciembre de 2012, y Gonzalo Ferré, en el cargo desde enero del año pasado. A los tres les ha correspondido gestionar algunas de las principales licitaciones de los tramos del AVE, pero solo a este último le ha estallado una de las bombas que comenzó a cebarse en 2008 cuando en la primera legislatura de Zapatero la empresa Corsan Corviam se hizo con las obras de alta velocidad correspondiente al tramo catalán comprendido entre la futura estación de La Sagrera y el Nudo de la Trinidad, por un importe de casi 68 millones de euros.
Un portavoz de Adif manifestó esta semana que los posibles
sobrecostes en algunos contratos adjudicados en 2008, correspondientes al tramo
entre Barcelona y la frontera francesa, pudieron originarse en las prisas que
el Gobierno entonces presidido por José Luis Rodriguez Zapatero tenía por
concluir unos trabajos que se habían eternizado. Por aquel entonces, la
alta velocidad acababa de llegar a Barcelona, con un retraso acumulado de
cuatro años sobre lo previsto.
Los sobrecostes
Pero los sobrecostes aparecieron mucho antes, precisamente
cuando las obras empezaban a eternizarse y todos los plazos saltaban por los
aires. Un informe interno del Ministerio de Fomento alertó a mediados
de 2003 de que el AVE Madrid-Barcelona iba a salir notablemente más caro
al erario público de lo inicialmente previsto. Concretamente, más de un
35%.
Esta operación en concreto, encerraría un sobrecoste de 6
millones de euros, aunque el Tribunal de Cuentas apunta a que algunas de las
0bras del AVE a Barcelona generaron sobreprecios del 230% con una
desviación presupuestaria superior a 1.400 millones.
Un portavoz de Adif manifestó esta semana que los posibles
sobrecostes en algunos contratos adjudicados en 2008, correspondientes por lo
tanto entre Barcelona y la frontera francesa , pudieron originarse en elas
prisas que el Gobierno entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero
tenía por concluir unos trabajos que se habían eternizado. Por aquel
entonces, la alta velocidad acababa de llegar a Barcelona, con un retraso
acumulado de cuatro años sobre lo previsto.
Pero los sobrecostes aparecieron mucho antes, precisamente
cuando las obras empezaban a eternizarse y todos los plazos saltaban por los
aires. Un informe interno del Ministerio de Fomento alertó a mediados
de 2003 de que el AVE Madrid-Barcelona iba a salir notablemente más caro
al erario público de lo inicialmente previsto. Concretamente, más de un
35%.
Diferencias con los presupuestos iniciales
Sólo había que fijarse en las cifras de presupuestos
iniciales que proporcionó en su día el antiguo Gestor de Infraestructuras
Ferroviarias (GIF, germen del actual Adif) y las que, ya en aquel 2003,
manejaba el Ministerio de Fomento, dirigido por aquel entonces
por Francisco Álvarez-Cascos. De una previsión inicial de poco más de
6.600 millones de euros se había pasado, en unos cinco años, a más de
9.000 millones.
Sin embargo, no era Fomento la única institución que daba
cuenta de que el coste de la segunda línea de alta velocidad en España estaba
empezando a quedar fuera de control. Ya en 2002 el Tribunal de Cuentas, que
trabaja actualmente en los sobrecostes del AVE y que ha presentado numerosos
informes sobre el proyecto, señaló en uno de sus trabajos que las obras
del ferrocarril de alta velocidad a Barcelona estaban infladas y que
abundaban los modificados, las actuaciones de urgencia y
las rectificaciones, con sus correspondientes costes adicionales.
Por entonces no había prisas del Gobierno de Zapatero. Sí
las había del Gobierno de José María Aznar, que pretendía finalizar la
obra antes de finalizar su segunda legislatura, aunque aquel objetivo ya era un
imposible por aquella época. Después llegó el vuelco electoral de 2004 pero el escenario
de las obras no cambió en cuanto a que las prisas no desaparecieron.
Notables bajas en los contratos
Mientras, los contratos adjudicados en la época del Gobierno
Zapatero se caracterizaron por incluir notables bajas en el precio. La
mayoría de los referidos al tramo entre Barcelona y la frontera con Francia
presentaban una baja media del 30% en relación con el presupuesto inicialmente
reflejado en el contrato.
Según las últimas estimaciones del Tribunal de Cuentas, la
baja media de los contratos fue del 9% y el sobrecoste apreciado en toda la
obra, del entorno del 31%, aunque en algunos casos la cifra se elevó hasta
el 230%.
En definitiva, todo parece apuntar a que los sobrecostes han
convivido con el trazado de alta velocidad Madrid-Barcelona desde el inicio, al
margen de colores de gobiernos, responsables de ministerios y denominaciones de
las instituciones que adjudicaron los contratos.
Ana Isabel Sánchez
ResponderEliminarAsí estamos...entre los unos y los otros totalmente desvalijados!! NO ME REPRESENTAN!! NO VOTO!!
Santiago Nuevo
ResponderEliminary tanto...
ResponderEliminarPplui Gome ladrones
Pablo Delaiglesia
ResponderEliminarEl número es más sencillo: Proyecto modificado, 20 % incremento. Proyecto complementario, 20 % incremento. Liquidación, 10 % sobre el total. Finalmente, sin demasiado problema se puede optar a un 54 % de incremento! muchas veces las partidas a ejecutar, como es normal! no llegan a un incremento del 54 % en coste! todos deben ganar lamentablemente otras veces este 54% se obtiene sin contrapartida. Luego las fórmulas polinómicas de revisión de precios, al alza, o a la bajá, aunque a la bajá, aún siendo el número resultante negativo, estos años atrás ha sido así, jamás, repito, jamás, he visto aplicar una revisión de precios negativa.
No sólo el tramo del AVE a Barcelona. Todos los trazados del "maravilloso" tren han tenido un sobrecosto. ¿ Por qué ? ¿ A dónde han ido a parar todos esos millones ?. ¿ De qué nos ha servido ser el segundo país del mundo en número de kilómetros de AVE (después de Japón) ?.
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