La carta de la cafetería del Congreso


Ahora hemos conocido el concurso para la concesión del servicio de restauración y bar en las instalaciones de Congreso de los Diputados. Según el pliego de condiciones para la concesión de la cafetería aprobado por la Mesa la semana pasada, la firma que gane el concurso, correspondiente al periodo 2014-2017, ingresará 4.278.500 euros más IVA procedentes por la prestación de este servicio. Hasta ahora era Arturo quien ha estado prestando este servicio hasta que un juez ha descubierto que no abonaba correctamente la seguridad social de sus empleados.
 
A cambio, el nuevo concesionario deberá ofrecer todos los productos a un precio muy inferior al que puede encontrarse en los establecimientos hosteleros de la capital, incluidas las bebidas espirituosas. De esta podremos mantener a los pobres diputados y podrán comer y beber a precios algo por encima del coste a los  desesperados que acuden a Cáritas. 

La política se inventó para dar respuesta a los problemas de los ciudadanos, pero en la práctica es totalmente al revés, somos los ciudadanos los que les damos, con nuestros impuestos, soluciones a minino problema de los políticos. Un "gin tonic" a 3,14€ o el café con porras del desayuno a 1,15€ marcan la diferencia. Por cierto... ¿no está prohibido el alcohol en los centros de trabajo?

Hay mucho interés en las castas dominantes en mantener el equívoco de que le dinero público no es de nadie, o mejor dicho, es de ellos y les llega caído del cielo, para que una vez satisfechas desde sus mínimas necesidades hasta sus “necesarios y justificados” caprichos, repartan el excedente para cubrir las imprescindibles necesidades de sus “ súbditos “. 

Lo cierto es que ellos dictan las leyes y tienen la capacidad, mediante una simple moción a que siempre obtienen la unanimidad, para resolver sus pequeños problemas domésticos y así evitar que el dinero pueda escaparse de sus bolsillos como a cualquier vulgar ciudadano agobiado por los impuestos que ellos no paran de aprobar para los demás.

Comentarios

  1. Manuel Miguez Corbal

    Buenisimo Xavier, que banda de Mafia desgraciados , ni los Bonano en sus tiempos

    ResponderEliminar
  2. Manuel Sánchez Cánovas

    Pues si eso es la punta del Iceberg... Y el problema no es sólo eso, si no A QUIEN y COMO lo conceden....

    ResponderEliminar
  3. Mengue

    ¿Pero no se supone que en este bendito país está prohibido beber alcohol en el trabajo?

    ResponderEliminar
  4. Lorenzo Farina

    Ahora lo entiendo todo!
    Van todos borrachos.

    ResponderEliminar
  5. Luis del Castillo

    Por esta y muchas otras razones, no tienen una percepción clara de la realidad de la calle. Todo esto es inmoral y muy injusto, que paguemos o subvencionemos los “cubatas” de los políticos.

    ResponderEliminar
  6. Vicente Terenti Flores

    Muy interesante blog "el rabano por las hojas"

    ResponderEliminar
  7. Quim Canals

    Joder, que a mi en el Dry Martini me cuesta 15 €, y la verdad allí puedo entrar, pero en el congreso no.
    Nota.- Mi religión me prohíbe tomar Gin Tónics en ningún otro lugar que en Dry Martini, (voy poco porque la cosa no está para ese precio), y en mi casa con Bombay Shapire.
    Es que tengo un lado oculto de PP

    ResponderEliminar
  8. Manuel Alex

    Y esto es lo mínimo de lo que nos enteramos y ahora que hay vascas flacas.

    ¿Os imaginaís lo que han manejado en la época del río de millones y milones de auros a sus alrededores?

    Pero no olvidemos: la culpa de la crisis es de los que pagan los cubatas a 9 euros, aquí en el subsuelo, bueno ya no pagamos ná.. ya no hay ni pa ellos.

    ResponderEliminar
  9. Eladio Fernández

    Hay que tener estómago para poder trabajar en esa cafetería y ver cada día a todos los traidores de la patria.

    ResponderEliminar
  10. Santiago Nuevo

    no tienen vergüenza,ni la conocen

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La foto de la candidata de Podemos desnuda

Peligra la candidatura para la Agencia Europea de Medicamentos para Barcelona