Consecuencias de la política chavista en Venezuela



Los entusiastas del socialismo del siglo XXI aplaudieron durante años las medidas económicas aprobadas en Venezuela por Hugo Chávez y Nicolás Maduro. A ambos lados del Atlántico, no faltaron quienes justificaron y celebraron la oleada de expropiaciones y nacionalizaciones decretada por el régimen bolivariano.


No faltaron entonces las advertencias de quienes temían que estas medidas anticapitalistas se tradujesen, en última instancia, en escenarios de hambre y escasez. Sin embargo, estas críticas cayeron en saco roto y la agenda del gobierno siguió avanzando.

El resultado se ha hecho patente con el paso de los años. Las expropiaciones de tierras aprobadas por Chávez arrancaron 3,6 millones de hectáreas a cientos de empresas y familias.

En el marco de esta estrategia, el Estado se lanzó también a expropiar y nacionalizar empresas dedicadas a la alimentación. En 2011, el chavismo habia expropiado ya casi 100 compañias del ramo, incluida la principal cadena de distribución de Venezuela. La cosa no fue a mejor desde entonces y, en el marco de la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Alimentaria, los ataques contra el sector privado se siguieron sucediendo.

Expropiar sin orden judicial

Los amplios poderes del Ejecutivo venezolano han permitido que esta agenda se haya completado casi sin posibilidad de oposición. De hecho, las expropiaciones en el sector agrícola-alimentario se hacen sin necesidad de orden judicial, en el marco de las leyes aprobadas por el chavismo. Cadenas como Cada, Éxito, Los Andes o Cargill han pasado de esta forma a estar bajo la gestión del régimen.

Hay dos casos paradigmáticos de lo que ha supuesto esto:

Por un lado está el ejemplo de Agroisleña. Este grupo era el principal proveedor de semillar y productos químicos para las explotaciones agrícolas del país. La compañía ofrecía maquinaria, consultoría, apoyo técnico y financiación a miles de pequeños proveedores del sector. No obstante, una vez ha sido nacionalizada, su gestión se ha convertido en un nefasto monopolio marcado por la escasez y la ineficiencia. Como muestra, un botón: como consecuencia del mal funcionamiento de Agroisleña, se estima que ha caido un 40% la superficie total dedicada al cultivo del arroz..



Por otro lado está el ejemplo de la Hacienda Bolívar, una de las 47 fincas de la provincia de Zulia que dueron expropiadas por Chávez a finales de 2010. Según un informe del International Crisis Group, esta explotación de 4.000 hectáreas tenía bajo gestión 8.000 cabezas de ganado vacuno. 

Tras su paso a manos públicas, la producción ha colapsado y parte de los terrenos han han sido tomados por "okupas".. En cuanto a la leche generada en la explotación, la cuota diaria se desplomó de 5.000 a 75 litros diarios entre 2010 y 2014. Si nos fijamos en la cabaña de animales, ocurre algo parecido: se pasó de 8.000 a 3.600 cabezas de ganado en apenas cuatro años. A esto se suman las precarias condiciones laborales: aunque Chávez expropió estas granjas "para luchar contra la esclavitud", lo cierto es que los trabajadores llevan casi medio año sin cobrar.

Ante semejante panorama, no es de extrañar que la producción agrícola se haya resentido. En el sector cárnico, por ejemplo, la producción se ha desplomado más de un 30%, por lo que Venezuela ha pasado de ser exportador a ser importador neto, En cuanto a la producción de pollo se quedaron cortos en 50.000 toneladas ¡al mes!

Algunas voces próximas al régimen reconocen el desplome pero lo achacan a la caída en los precios del petróleo. Sin embargo, las importaciones per cápita de alimentos ya iban en aumento mucho antes de que esto ocurriese. Entre 2000 y 2010, pasaron de 66 a 134 dólares.

Pero ni siquiera acudiendo al mercado exterior se solucionan los problemas que atraviesa Venezuela. Por ejemplo, Empresas Polar declaró que su operativa estaba en riesgo de quiebra por la imposibilidad de pagar a sus proveedores en el extranjero. La sociedad denunció que el régimen no le cambiaba bolívares equivalentes a 530 millones de dólares, impidiendo la regularización de estos pagos. Esta imposibilidad de comerciar con el resto del mundo explica que la inversión en el país se haya desplomadoun 95%, lo que complica más aún el acceso a capital con el que financiar importaciones de alimentos.

Considerando todo lo anterior, y teniendo en cuenta que Venezuela sufre hiperinflación y enfrenta un desabastecimiento del 60%, resulta fácil de entender por qué el país que hoy gobierna Nicolás Maduro ha vivido un auténtico colapso socioeconómico en los últimos años.

La desastrosa situación saniaria

Demoledor informe sobre Venezuela el que acaba de publicar el International Crisis Group. Según este organismo, especializado en el análisis de conflictos a nivel global, el deterioro sanitario que está experimentando el país gobernado por Nicolás Maduro es tan alarmante que se puede comparar con situaciones observadas en lugares donde se dan enfrentamientos armados o desastres naturales.


A lo largo de los últimos años, los medios han informado del impacto que está teniendo la inflación y la escasez entre los ciudadanos más pobres de Venezuela. Según el ICG, "acceder a comida, medicinas y artículos de primera necesidad se ha convertido en una pesadilla. Incluso en caso de éxito, nadie se salva de horas y horas de cola frente a supermercados en los que se suceden los enfrentamientos y la escasez es generalizada".

El estudio niega que el régimen bolivariano haya aumentado el gasto sanitario. "En 1998, cuando Chávez llegó al poder, esta ratio era del 4,5% del PIB, porcentaje casi idéntico al que nos encontramos hoy en día. En comparación, la vecina Colombia gasta en salud el equivalente del 6,8% del PIB", apunta. 

Denuncias generalizadas 

Como recuerda el estudio, la Federación de Farmacias de Venezuela declaró en mayo de 2015 que el 60% de las medicinas no están disponibles en Caracas. En otras zonas del país, esta tasa de escasez llega al 70%. 

Por su parte, Médicos por la Salud informó en marzo de este mismo año de que la mayoría de medicinas incluidas en la lista esencial de la Organización Mundial de la Salud no se puede encontrar en las farmacias de Venezuela. 

También Human Rights Watch apuntó que el nivel de acceso a medicinas esenciales se ha deteriorado en Venezuela al mismo ritmo que en países donde hay grandes conflictos bélicos; también denunció que se detiene e interroga a los médicos y profesionales que se quejan. 

Otra organización que se ha pronunciado es ASODILAB. La Asociación de Importadores y Distribuidores de Equipamiento para Laboratorios declaró en junio de 2015 que más del 40% de sus afiliados se ha quedado completamente sin "stock", mientras que en el resto hay un escaso margen de maniobra, a menudo con provisiones para menos de 15 días. 
Éxodo de profesionales médicos 

La Federación Médica de Venezuela denunció en mayo que 12.830 doctores han dejado sus cargos en la sanidad pública. De hecho, 8.000 de estos profesionales han salido al extranjero. Como consecuencia, hay doce especialidades médicas que ya están en "números rojos" por la falta de equipo humano.

Ante este déficit, el régimen ha reaccionado a la desesperada, cambiando barriles de petróleo por médicos cubanos o fichando como profesionales sanitarios a "médicos integrales comunitarios", una figura impensable en otros países, ya que se compone de trabajadores que no cuentan con la formación académica de rigor para ocupar este tipo de labor. 

El gobierno dejó de publicar el boletín epidemiológico semanal en noviembre de 2014. Esta publicación oficial explicaba la evolución de 72 enfermedades y condiciones médicas, pero el régimen de Nicolás Maduro ha decidido ocultar a la opinión pública estos datos. 

Mientras tanto, en varias regiones del país ha aparecido una preocupante enfermedad de origen africano: el chikungunya. En 2014, el Colegio de Médicos de Aragua alertó de ocho muertes en Aracay ligadas a esta dolencia pero el régimen bolivariano negó esta situación y denunció una "campaña mediática para generar pánico". 

Finalmente, el gobierno de Maduro tuvo que dar marcha atrás y acabó incluyendo el chikungunya en un "Plan Nacional de Salud". De hecho, el ministerio de Salud reconoció que puede haber casi 50.000 contagiados. 

La casi imposibilidad de viajar 

La elevada inflación y los controles monetarios que sufre Venezuela están aislando al país del tráfico aéreo internacional. Según declaraciones de Julio Arnaldes, director de la patronal de empresas turísticas, la disponibilidad de vuelos al extranjero se ha desplomado.


Arnaldes explicó al El Nacional que "la disponibilidad de asientos en las aerolíneas internacionales bajó un 55% a lo largo de 2014. En lo que va de año, la caída ha sido de otro 60%, como consecuencia de la deuda que hay con las aerolíneas". En total, los vuelos al extranjero se han hundido cerca de un 80% en los últimos tiempos.

En Venezuela, el cambio entre bolívares y divisa extranjera se permite solamente a través de organismos del Estado (CADIVI). Para los ciudadanos, esta restricción se burla parcialmente a través del "mercado negro", pero las aerolíneas internacionales no pueden recurrir a esta opción. 

Una deuda de 3.700 millones 

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo apunta que el Gobierno tiene una deuda acumulada de 3.700 millones de dólares con estas compañías de transporte. Esto explica que, poco a poco, las aerolíneas extranjeras hayan ido abandonando el país. 

La única alternativa para los venezolanos pasa por comprar billetes desde el extranjero a través de cuentas bancarias denominadas en dólares. Por el contrario, quienes siguen los cauces oficiales se encuentran a menudo con fuertes restricciones a la hora de acceder a divisas extranjeras con las que financiar su viaje. 

A todo lo anterior se suma otro quebradero de cabeza. Hasta abril, el Centro Nacional de Comercio Exterior otorgaba hasta 300 dólares en dinero electrónico que se podía emplear en el extranjero para hacer compras con tarjeta de crédito. Sin embargo, esta opción se ha esfumado y, según lo publicado por El Nacional, no hay ninguna explicación oficial. 


Comentarios

  1. Ana Maria Torres Berral

    Ruína total.No se merecen vivír éste suplicio los ciudadanos venezolanos.

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  2. Ana Maria Torres Berral

    Es terriblemente desolador cómo está quedando el país por culpa del asqueroso dictador de Maduro y su predecesor Chávez

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  3. Yaiza Lopez

    que nos estas contando? o que nos quieres vender? nos importa un huevo y la mitad de la yema del otro lo que pase en venezuela..anda y en vez de poner a gente apilada en hospitales de venezuela.. pon la de españa que estamos en españa.y tenemos muchas imagenes de gente apilada en los pasillos de los hospitales españoles..

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  4. Pedro ES

    Un buen artículo , pero si los países demócratas mas consolidados , no controlan y denuncian los procesos electorales de estas Republicas bananeras ... No hacemos , nada ....

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  5. Fernando Garcés Lopez

    Y LOS PODEMISTAS CAMUFLADOs de corderitos.

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