El saqueo de Andalucía 91 – Una “choni rubia” para tapar las vergüenzas de UGT-A

 

A puerta cerrada, sin periodistas y sin aceptar ninguna pregunta previa, los 121 delegados de UGT Andalucía decidieron ayer en un comité extraordinario nombrar a Carmen Castilla por el 87 %  de asistentes como nueva secretaria general del sindicato a pesar de que Cándido Méndez había indicado que prefería un congreso que  clarificara la realidad de las preferencias de los afiliados. Todo indica que se intenta ponerla al frente para intentar frenar lo que se les viene encima. Su nombramiento es parecido al de Susana Díaz por el PSOE al frente de la Junta de Andalucía.

Carmen Castilla, nacida en Écija (Sevilla), tiene 45 años ,aunque ella presume de aparentar solo 35, es diplomada Universitaria en Enfermería por la Universidad de Sevilla, licenciada en Psicología, doctorada en Salud Mental, licenciada en Derecho por la UNED, experta Universitaria en Gestión de Servicios Enfermeros, y Máster Europeo Universitario en Salud Pública y Gestión Sanitaria, por la Universidad de Granada, era hasta entonces la responsable de Políticas Sociales e Igualdad en la anterior dirección que encabezaba Francisco Fernández Sevilla, que dimitió a finales de noviembre pasado a causa del escándalo de las facturas falsas y la financiación irregular de UGT en Andalucía.

Tras la votación, la nueva secretaria general prometió «empezar de cero» para recuperar «la credibilidad» del sindicato, como si esto fuera posible, volver a empezar como si nada hubiera ocurrido. Ella deberá de colaborar con el juzgado y la Junta facilitando toda clase de documentación en los procesos iniciados y devolver una por una las cantidades sustraídas.

Por el momento  Carmen Castilla, ha decidido mantener en la Ejecutiva a quien fuera secretario general de UGT Almería y posteriormente designado por el dimitido ex secretario general Francisco Fernández Sevilla, José Ginel, como secretario de Comunicación de UGT Andalucía como implicado en diversas falsificaciones de cobros que ahora mismo se están investigando.

Ella tendrá que demostrar la sinceridad de sus palabras porque fue elegida gracias al apoyo del aparato que controlaba Fernández Sevilla, que hasta el momento de su dimisión intentó tapar los abusos y las fechorías denunciadas por la prensa.

A Carmen Castilla no le ha faltado tiempo para acusar de la crisis que tiene el sindicato actualmente a los medios de información o al gobierno de Rajoy por haber estado divulgando las noticias sobre las facturas falsas que son causa de una investigación judicial y los ha catalogado a todo aquel que criticara las corruptelas del sindicato como “fascistas”. Mal empezamos, sin haber hecho hasta ahora al menos ante la galería ningún tipo de acto de contrición.

Si Susana Díaz fue proclamada tras unas primarias a las que nadie pudo presentarse, la nueva secretaria general de UGT ha sido designada por la dirección sin el menor debate y obviando cualquier reflexión sobre el pasado. Estamos ante un nuevo escándalo dentro del escándalo que corrobora la opacidad de este sindicato, que ni hace públicas sus cuentas, ni informa sobre su financiación, ni explica sus decisiones, pero que no carece de reparos en acudir a la puerta de un juzgado para increpar a la juez que investiga el fraude de los ERE. Todo ello corrobora que la UGT andaluza no cree en la democracia interna ni está dispuesta a tomar medidas contra esa corrupción que está destruyendo la credibilidad que Castilla promete ahora restaurar.