El desencanto
Somos millones los ciudadanos españoles que le dimos la mayoría
absoluta a Mariano Rajoy para que nos sacara del desastre e incompetencia de Rodríguez
Zapatero, que estos días nos sentimos abochornados en su condición de tales. El
malestar es tan profundo, la furia de la protesta tan alta, la falta de
horizonte tan evidente, que vuelve a oírse por las esquinas la vieja imprecación
patria rayana en el desvalimiento del ¡Este país no tiene remedio!. La
sensación es que quienes pasaron a dirigir el país no entendieron nada ni tomaron nota del encargo de
regenerar el país que les dieron los ciudadanos al otorgarles la mayoría absoluta.
Tras años sentado sobre un barril de pólvora apellidado Bárcenas sin
que hiciera nada por desactivar la espoleta, la bomba ha terminado por
estallarle bajo las posaderas provocando una crisis política de dimensión
desconocida, quizá solo comparable a la que acompañó a Felipe González con
el “caso GAL”.
Lo que ha disparado la indignación de los ciudadanos sin color político, es esta resistencia de Mariano
y compañía a explicar los sobresueldos que presuntamente estarían estado cobrando la cúpula del PP y sobre todo lo que
está pasando con las cuentas de su partido con los manejos declarados por quien ha estado veinte años y que
hasta marzo pasado ha estado en nómina como tesorero y mantiene más de cincuenta
millones en Suiza que no se sabe donde han venido pero que todos lo
sospechamos. El hecho de que el juez Pablo Ruz haya pedido a la
fiscalía que le informe si deber citar al presidente, a la número dos del PP,
Cospedal, y al exministro Rodrigo Rato es una prueba más de esa soga
en torno al cuello que cada vez aprieta más al líder de los populares. En
esa tesitura, esta es la situación aproximada en la que se encuentra el
centroderecha.
Encima a Rajoy no se ocurre otra cosa esta semana que
retratarse en Moncloa con algunos de los empresarios del IBEX 35 que han
estado financiando ilegalmente a los partidos (y también a la oposición) creando
un estado de indignación de quienes pueden pensar con toda clase argumentos, que
quien calla otorga.
Mari Carmen Garcia Mora
ResponderEliminarQue tontería más apoteósica
carlosDe
ResponderEliminarEl problema no es si hay repuesto para Rajoy, sino si hay repuesto para el PP entero.
No creo que haya en toda Europa una derecha más retrógada y falta de recursos intelectuales que la que nos toca padecer a los españoles.
Una vez que han enseñado, con sus medidas de gobierno, lo que realmente piensan, algunos nos hemos quedado de palo. No saben de economía, no tienen la menor sensibilidad social, son una panda de chorizos, llena de dinosaurios inútiles cargados de privilegios y no han dicho ni una verdad.
Mejor que surja otro partido de derechas con caras nuevas e ideas renovadas.
luo
ResponderEliminarDesde fuera de España se vería con gran inquietud que hubiera inestabilidad en el Gobierno. Podría empujarnos rápidamente a la quiebra. Cualquier subida de IU, radicalmente contraria a la política de austeridad, provocaría una fuerte presión vendedora de la deuda española. Esa es la ley de la oligarquía financiera internacional.
Por eso, el interés ciudadano reclama que, si tiene que haber cambios en el Gobierno, que estos sean menores y no pongan en cuestión la línea de política económica actual. En tal sentido, no es ninguna tontería que si Rajoy se tiene que ir, ocupe su puesto la Sra. Saenz de Santamaría.
Por lo que respecta al Partido Popular, la catarsis la tiene que dirigir una persona de impecables credenciales. La Sra. Rudi lo es.
Nicolas Bermudez-coronel
ResponderEliminarDesencantados y con razon
MariFran Toledo
ResponderEliminarVamos, y si le da por escribir una biblia y decir qe la suya es la verdadera tambien se le escucha.Es un resentido mentiroso