El electricista de la catedral
Todos habíamos pensado en miembros de una organizada banda internacional como autores del robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago, pero la policía nos destapó toda la trama. El autor del robo fue Manuel Fernández Castiñeiras que trabajó durante 25 años como electricista autónomo en la Catedral de Santiago
Además del Códice Calixtino original localizado en el
mediodía de hoy envuelto en una bolsa de basura en el garaje de su propiedad,
los investigadores ya se habían incautado en los registros practicados de
madrugada de más de 1.200.000€, en billetes, mas varios libros religiosos
antiguos -entre ellos uno de los Libros de las Horas cuya desaparición también
fue denunciada por el deán de la catedral- que son textos únicos de rezos y
salmos de la Edad Media, y ocho facsímiles del Códice Calixtino cuyo precio de
mercado en 1993 se evaluó en mil millones de pesetas; ahora, seis millones de
euros.
Se le descubrió cuando se le preguntaba si había sido él, se
limitaba a bajar la cabeza y a no contestar, y solo fue más allá en una ocasión
después de que le dijesen "Manolo, que a ver si van a quemar el
Códice". El respondió "no, no está quemado". El ladrón del
Códice llevaba años robando pero nunca vendía su botín.
Manolo fue haciendo
su fortunita día a día mediante hurtos diarios de los cepillos y del cuarto de
las reliquias en sus visitas matutinas con una mochila a la catedral donde se
llevaba objetos de arte y del dinero de los cepillos. El anotaba en un diario el resultado de sus incursiones. Así consiguió comprarle
una casa y un apartamento a su hijo por el que había pagando 30 millones a
tocateja. Menos mal que aún no había llegado a la imagen del apóstol o al botafumeiro.
La inesperada
revelación del deán de la catedral, diciendo que no ésta no sea la primera vez que ocurre, abre varias incógnitas y
un peliagudo debate. ¿Sabían los responsables de la catedral que se estaban
cometiendo esos robos a lo largo de los años, en cantidades muy importantes que
van más allá de las habituales colectas o «cepillo» o ni siquiera los
detectaron?
«Si no se dieron cuenta, es posible que se hayan producido
más sustracciones y si se percataron de que les estaban expoliando, ¿por qué no
lo denunciaron y solo se dio cuenta a la Policía ante la evidencia de la
desaparición del Códice Calixtino?
PALMADITAENLAESPALDA
ResponderEliminarEl Deán o es tan bueno como bobo o es tan malo como listo. Ya se sabrá. Pero sobre todo quiero manifestar mi convencimiento de si resolver este difícil entuerto requiere de un año de investigaciones y diligencias, este país no tiene remedio. Y no me refiero a la policía, sino a nuestras laxas e ineficaces leyes, que bien podrían haber sido diseñadas por nuestro deán.
atoragon
ResponderEliminarA mi me extraña que un tío tan tonto haya tardado tanto tiempo en caer, porque no hace falta se Einstein para imaginarse que al que primero van a investigar es al que tiene acceso al códice, y guardarse un año el cuerpo del delito en tu casa es de ser bastante tonto. Y por otra parte el que diseñó el sistema de seguridad tampoco se ha lucido.
César Paredes de Diego
ResponderEliminarlos hay con enchufe
Mamen Lopez
ResponderEliminarUN IJNORANTE , ¡¡¡¡