El parche

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anuncio los cambios en el Ejecutivo tras la salida «inmediata» del hasta ahora vicepresidente primero del Gobierno, ministro del Interior, y portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba tras ser proclamado candidato a la presidencia del Gobierno, cambios solo van destinados a aguantar en el Gobierno con lo que hay sin proyecto de nada. A partir de ahora tendrá que aguantar prácticamente en soledad con dos oposiciones, el PP a su derecha y del candidato Pérez por la extrema izquierda.

El puesto de ministro de Interior ha sido cubierto por el segundo de Rubalcaba, Antonio Camacho, hasta ahora secretario de Estado de Seguridad, mano derecha del candidato socialista y depositario junto con Rubalcaba de los negros apaños de este ministerio, Faisán incluido.

Será el titular de Fomento, José Blanco, quien asuma la portavocía en sustitución de Rubalcaba y se va a dedicar a aclararnos los “concetos” que este gobierno pueda decidir en los pocos consejos de ministros que quedan. En cuanto a las vicepresidencias, donde se barajaba que podría ser el propio Zapatero el que asumiera la vicepresidencia primera, se reducen a dos: la Vicepresidencia para Asuntos Económicos, que continuará ocupando Elena Salgado y la Vicepresidencia para Política Territorial, que continúa en manos de Manuel Chaves. Además, Zapatero ha aclarado que será la titular de Economía quien realice las labores de «número dos» del Gobierno.

Zapatero no ha querido hacer alusión alguna a los rumores sobre un posible adelanto electoral y se ha limitado a precisar que los cambios en su gabinete «solo significan que el Gobierno sigue trabajando a pleno rendimiento, que tenemos que trabajar pisando el acelerador y que necesitamos cumplir todas aquellas cuestiones que nos quedan por delante, solo eso». Todo ello en el día que la situación de nuestra economía ha alcanzado nuestro mayor nivel de ineficiencia con un diferencial de 340 puntos en la prima de riesgo y una baja espectacular de la bolsa. En un solo dia se esfumaron 7.000 millones en concepto de intereses, mucho mas que los recortes a los funcionarios y pensionistas que hizo Zapatero el año pasado.

Mientras nuestro Gobierno sigue dispuesto a endeudarse sin medida y seguir emitiendo deuda alegremente en el extranjero, unos bonos garantizados por un Estado que cada vez ingresa menos y gasta más, y se niega a vivir los pocos meses que quedan por encima de sus posibilidades. Con estos mimbres en el Gobierno no hay que esperar nada bueno para estos meses que nos quedan hasta las elecciones generales.

Lo único que está claro, hoy por hoy, es que no existe razón alguna para retrasar las elecciones, que todo lo que no sea convocarlas cuanto antes supone un perjuicio a los intereses nacionales y al conjunto de los españoles con las grandes empresas del Ibex incluso Comisiones Obreras que lo han pedido públicamente, es bastante dudoso que Zapatero pueda servir a los intereses de un partido que no sepa retirarse del escenario cuando el público está arrojándole toda clase de objetos de manera poco cariñosa y pidiéndole que se vaya ya de una vez.