Café para todos

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Tres días pasaron desde las promesas de Rodríguez Zapatero a  Ángela Merkel sobre la fijación del endeudamiento de las Comunidades Autónomas. Le ha bastado la visita del lunes de Artur Mas a la Moncloa para olvidar todo lo prometido en cuanto al Pacto de Competitividad y prometerle a Cataluña hasta 3.000 millones o más de endeudamiento por diversas fórmulas a cambio de los votos de sus diputados, sin que haya exigido un verdadero proyecto de reducción del disparatado gasto, por lo que con toda seguridad en otoño estaremos en que no tendrán ya dinero para pagar las nóminas de los funcionarios o las facturas de los proveedores mientras mantienen tinglados y embajadas por todo el mundo, gastan fortunas en la inmersión lingüística y no ahorran absolutamente en subvenciones, boatos y celebraciones.

Según el Plan de Estabilidad elaborado a tal efecto, la Generalidad tan sólo se compromete a reducir en un 10% interanual el gasto público para 2011, unos 3000 millones de Euros. Una cifra claramente insuficiente para estrechar la gran brecha fiscal existente.

¿Y esto que quiere decir? Pues que, simplemente, Cataluña percibirá, vía financiación autonómica, mucho más dinero del que le correspondería en base a la evolución de la recaudación fiscal. De hecho, según las últimas estimaciones de ejecución presupuestaria, la Generalidad percibió del Estado un 37% más en 2010 de lo que realmente tendría que haber recibido. Así pues, Cataluña no pagará sus dispendios sino que será el resto de contribuyentes españoles los encargados de afrontar tales desmanes por obra y gracia del sistema de solidaridad interterritorial.

Esto ha puesto en estado de cabreo a las otras comunidades autónomas basándose en la igualdad entre españoles, especialmente Castilla la Mancha, Asturias o Murcia que Zapatero les había negado hace unos días esta posibilidad y que han reclamado la para ellos seguir endeudándose y ante la protesta, el presidente les ha prometido un trato parecido a Cataluña. ¡¡¡Toma ya!!! Y que paguen nuestros nietos.

Parece mentira que no haya un solo presidente con sentido común, dentro de las 17 autonomías que se haya percatado que la fiesta se acabó y que diga que si no reducen los gastos de de manera radical y no cambian sus prioridades a la hora de gastar el dinero de nuestros impuestos, pronto nos encontraremos que tendremos que ingresar en los hospitales con las vendas desde casa y veremos las oficinas públicas alumbrándose con velas.

De un plumazo Zapatero ha tirado por la borda todo el plan propuesto para equilibrar las cuentas de las diversas comunidades comprometido a la Comunidad Europea. Veremos cómo reacciona los mercados que ayer volvieron a subir la prima de riesgo de la deuda española, hasta ahora dispuestos a echarnos una mano ante esta nueva idiotez de  un presidente que está en las últimas y es capaz de ceder ante cualquiera que pueda alargarle unos días más en el poder, mediante el sistema de soltarles el dinero que le exijan, sean terroristas, cineastas, transexuales, independentistas, sindicalistas o simplemente salteadores de caminos.