La sanidad pública es para todos... menos para Cristina Cifuentes

Las imágenes de las habituales manifestaciones de un centenar de presuntos profesionales de sanidad que se habían  concentrado este jueves a frente al hospital público la Paz  para protestar contra la privatización de la sanidad madrileña y han pedido que la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, ingresada en la UCI, se vaya a un hospital privado.

Este hecho nos devuelven a una época que creímos estaba ya superada. El odio manifestado por unos presuntos profesionales de la sanidad que protestan por la sanidad pública ante el ingreso en estado grave de la delegada del gobierno Cristina Cifuentes que había sufrido un gravísimo accidente y sigue en estado grave y las expresiones surgidas de Twiter que pone encima de la mesa la realidad de la existencia de una izquierda descerebrada que de manera anónima llega a desear la muerte de su adversario político como ha ocurrido hace poco con el fallecimiento de Rosalía Mera.

Hemos podido escuchar los comentarios desafortunados y partidistas de prominentes sindicalistas de CCOO o políticos como Gaspar Llamazares o como Máximo Pradera soltar su retórica desafortunada para intentar meter su cuña de su odio no reprimido hacia la derecha,  que es seguido inmediatamente por malnacidos a través de las redes sociales que han llenado con mensajes en las redes sociales de la basura que anida sus mentes.

No hay duda de que en la izquierda hay muchísimas personas genuinamente preocupadas por los demás y que implican su tiempo y su dinero en las causas más variadas, creyendo sinceramente que así ayudan a otros. Pero también que hay muchas otras a quienes les parece que con el mero hecho de ser de izquierdas ya han cumplido sobradamente con sus obligaciones con el prójimo. Es una forma como otra cualquiera de carecer de conciencia.

Visto lo de ayer, yo sinceramente en el caso de necesitar los servicios sanitarios no acudiría a un hospital como La Paz donde dado la carga ideológica de parte de su personal probablemente podría pedirte tu filiación política para atenderte de una u otra forma o no atenderte, en cuanto no les guste la forma de pensar del paciente… Pienso que mi vida podría estar en algún momento en manos de gente así. Su supone que han hecho el juramento hipocrático.

Aunque probablemente toda esta gente que sale con la bata puesta frente a los hospitales no sean médicos o enfermeros ni siquiera personal del centro, yo tengo la sospecha que la mayoría sean simplemente liberados de sindicales que van de un lado a otro donde puedan montar el lio y poco tienen que ver con la sanidad. Si esto fuera tal como ellos se presentan sería terrible. Estos personajes no quieren una sanidad pública para todos, sería simplemente para ellos.