Ejercicio de simulación, para no hacer lo imprescindible

Se está acabando la paciencia con el Gobierno de Mariano Rajoy. La impresión es que nos está llevando a un callejón sin salida al menos en los próximos años, cuando no décadas. Después de estar anunciando desde hace mas de dos semanas que este viernes iban a tomar medidas que no iban a afectar a nuevas subidas de impuestos para reanimar la economía, nos encontramos con otra vuelta de tuerca en materia de ingresos que se transforman en impuestos. Todo ello explicado a base de eufemismos y juegos de palabras de la vicepresidenta y los ministros de Economía y el de Hacienda, con el fin de que no se les entendiera, cuando su mensaje es tan claro que nos lleva a la desesperanza.

En resumen, éste vuelve a ser un viernes decepcionante. Uno más. Impuesto de Sociedades, Impuestos Especiales, IRPF (con la ruptura de la promesa de eliminar la subida en 2014). Nueva tasa a los depósitos bancarios. Nuevas tasas medioambientales. Los motivos de queja de los votantes del PP se multiplican. Y lo más triste de todo es que ya han comenzado a acostumbrarse. Un día de estos puede que, simplemente, dejen de esperar nada de aquellos a quienes dieron su confianza hace menos de dos años.

Nos han dicho ahora que la mejoría económica prometida para finales de 2013 queda para 2014, la bajada de impuestos prometida para 2014 hasta 2015 (año de elecciones autonómicas y generales) y que la reducción del porcentaje de desempleo, ni pensar en ello ya que los próximos años seguirá igual, a lo mejor para cuando termine la legislatura. La “buena noticia” que la CE aceptará probablemente la un retraso en la reducción del déficit los próximos dos años. O sea dos años mas para incrementar una deuda para nuestros hijos y nietos cuyos intereses que ya ni siquiera se pueden pagar. 

Luis de Guindos cifra en dos puntos de PIB el efecto que puede tener el poner orden en las competencias y gastos de las administraciones. Evitar duplicidades en los servicios y reducir el aparato político, burocrático y de propaganda, sin tener que recortar en prestaciones a los ciudadanos, es el gran reto del Gobierno, pero no para lo que queda de legislatura sino para antes de 2014. 

Mariano Rajoy ha consumido un tercio de la legislatura con el principal logro de haber salvado a España del rescate económico de la UE y de haber embridado el déficit público. Ayer todo el mundo esperaba medidas contra el disparatado gasto corriente de la administración y de ello no salió una sola medida a reseñar. Solo una vaga referencia a una enésima reducción de gastos de la administración local, pero sin abordar el verdadero problema de la sobredimensión de la administración que consiga que deje de acaparar los recursos financieros que impide el crédito a cualquier iniciativa privada. 

En mayo de 2015 hay elecciones autonómicas y municipales. Las resistencias que el Gobierno no pueda vencer en su partido y en las Autonomías en los próximos meses se volverán numantinas dentro de un año. La reforma local tiene que convertirse en proyecto de ley antes de verano para que pueda empezar a producir ahorros para las arcas públicas este año.

Porque lo único que puede salvar la economía es la llegada masiva de crédito a la iniciativa privada para impedir que se sigan cerrando empresas y se puedan crear otras que contraten nuevos empleados y con sus impuestos, ya demasiado elevados, puedan incrementar la recaudación del estado. 

A Rajoy le queda lo más complicado y que me da la impresión de que no sabe o no quiere abordar: la reforma de la Administración que se ha visto incrementada a partir del año 2000 hasta ahora mismo, con la idea equivocada que los ingresos sobre dimensionados a causa de la burbuja inmobiliaria volverían, una vez pasada la crisis. Y esto no va a ocurrir por todo lo que estamos viendo. Ni siquiera ha tocado todas las empresas públicas obsoletas que dijo querer cerrar al principio de su mandato.

Además desde las autonomías el mal ejemplo catalán o andaluz que es donde están los gastos mas desaforados y no se les quiere poner coto, está calando cuando se dice a todo el mundo que el déficit de de cada autonomía se va adecuar a la situación de cada una de ellas… O sea un déficit a la carta para que las comunidades molestas y derrochadoras no molesten mucho. De esta manera nunca se podrá reducir este maldito déficit que genera una deuda que no para de crecer.

Mariano Rajoy se jacta de haber evitado la intervención, pero la realidad es que estamos intervenidos desde mayo de 2010 cuando Zapatero dio el volantazo. Desde entonces vamos dando tumbos gracias a los “consejos” de CE que, ahora mismo son la causa de parte de nuestra desesperada situación. Y para terminar de arreglarlo ahora viene Rubalcaba diciendo que tiene un plan para nuestra economía. A buenas horas...

Voy a apuntarme para lo de colonizar Marte.