¡Gibraltar Andaluz!

El Sindicato Andaluz de Trabajadores quiere ocupar Gibraltar. Así lo anunció en su última asamblea general. La nueva aventura agostera del SAT tiene fecha y hora, incluso carteles, 29 de agosto a las 11h. Los lemas «Fuera fronteras», «Peñón andaluz», «Fuera paraísos fiscales», «No a la base militar» y «Respeto a los pescadores andaluces» están dibujados sobre un fondo revelador.

Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda y dirigente del SAT, relata los detalles de la «misión», o por lo menos los que se pueden desvelar, porque tienen que «aprovechar el factor sorpresa para poder conseguirlo». El plan está en marcha, pero lo tiñe un velo de misterio: «Allí veremos lo que hacemos, pero lo haremos sin que se sepa».


Para el comandante Gordillo, que no se quita el pañuelo palestino ni para dormir, la invasión de Gibraltar es su ya tradicional escuela de verano. La primera edición consistió en asaltar supermercados y agredir a las cajeras. La segunda fue la ocupación de una finca que resulta que ya era pública. Lo de este año, tercera edición, es de órdago y revival del verano de la isla Perejil, además de un problema de narices para el Foreing Office, cuyo titular no tendrá más remedio que llamar al ministro Margallo para solicitar a España que deje de enviarle comunistas andaluces.

Como todo plan, la ocupación gibraltareña tiene marcados unos objetivos. Sánchez Gordillo cuenta que el SAT confía en laparticipación de «1.000 o 2.000 personas», a pesar de que «es difícil movilizar a la gente en vacaciones». Preguntado por la dificultad que entraña llevar a más de un millar de sindicalistas hasta el Peñón sin ser vistos responde: «Llegaremos desde distintos puntos». 

Que se preparen la reina de Inglaterra y el governator de Gibraltar. Decenas de personas van a aparecer con el puño en alto y enarbolando unas banderas andaluzas distintas, con la estrella roja comunista dibujada en la franja blanca. Todos ellos van a caminar hacia el Peñón que se divisa al otro lado de la playa. No han develado si quieren cultivar chumbos en los nuevos territorios ocupados por los llanitos, o bien plantar tomates donde están los monos. Uno de los problema a superar es la falta de conocimiento del medio, los jornaleros son gente de tierra adentro y no tienen claro que pueden hacer ante los ataques de los bobbyes si algún sindicalista se cae al mar, confían en las prácticas de natación del año pasado en la piscina de Las Turquillas.

La movida es contra la esclavitud laboral y el estatus de paraíso fiscal del Peñón. Y se gritará "¡Gibraltar andaluz!", nada de España. Parece cosa del servicio secreto.No es que Gordillo se haya vuelto un patriota. Lo suyo es otro rollo, pero como la diplomacia española lleva años sometida al proverbio de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, el ministro Margallo, demuestra su satisfacción por la irrupción de estos inesperados aliados..Resulta que el alcalde de Marinaleda va a prestar un gran servicio a la Nación.