Un error llamado Moreno Bonilla

Las últimas encuestas electorales andaluzas han avanzado que si se celebraran elecciones en Andalucía el PSOE solo aventajaría sorprendentemente al PP por medio punto por méritos del PP sino a causa del avance de Podemos en el territorio andaluz. Todo ello a pesar de la decepción existente en el PP por la falta de empuje de Juan Manuel Moreno Bonilla que a su no se ha rodear por un equipo solvente, donde existen pesos pesados apartados de golpe por su sorpresivo nombramiento que podrían contrarrestar con gran solvencia la ambición de Susana Díaz con muchas garantías de éxito.
 

Tanto en Madrid como en Andalucía, reconocen también que Moreno Bonilla, nombrado a dedo por el presidente Mariano Rajoy en febrero, “no tiene una tarea fácil frente a Susana Díaz”, la líder regional del PSOE y prácticamente quién manda ahora en las filas socialistas a nivel nacional. Bonilla, que llegó al cargo acompañado por la polémica de que había exagerado su curriculum, no es diputado autonómico, lo que supone una dificultad añadida para hacerse oír.
 

El presidente del PP andaluz no es un referente político. Desde que asumió la dirección del partido a quien se le ha visto con más frecuencia a su alrededor es a Arenas, capaz de resucitar por persona interpuesta a pesar de que algunos lo dieran por muerto. El precio de esta dependencia no es bajo: implica que en el PP andaluz no se consolidará ningún liderazgo no tutelado por el exministro de Trabajo. En estos cuatro meses Bonilla no ha marcado ninguna línea de trabajo personal. Buena parte de su agenda parece estar controlada por Arenas, que incluso le ha hecho de embajador ante determinados círculos sociales y políticos; especialmente en Sevilla, donde el presidente del PP andaluz todavía es un desconocido. Dejar el protocolo y las relaciones en manos de Arenas tiene sus riesgos: además de viajes, horas de coche y mucha carretera, Bonilla apenas ha tenido otro contacto más que con los círculos endogámicos de la Andalucía oficial, alejados de la calle.

El propio Moreno Bonilla ha llegado a reconocer, en privado, que se encuentra en una situación difícil. “En menuda me he metido”, comentó a otro político andaluz, de un partido distinto, mientras compartían asiento en el AVE. La reflexión de Moreno Bonilla fue que estaba muy tranquilo como secretario de Estado en Sanidad en Madrid, mientras que ahora tiene que pelearse con la fuerza de Susana Díaz, sin ser parlamentario andaluz, y encima con un PP dividido por su nombramiento.

De la actividad política de Moreno Bonilla no puede sacarse ninguna conclusión más. El candidato del PP andaluz a la Junta, supuesto rival de Susana Díaz, ha cumplido 120 días suspendido en el vacío. Su mano no se percibe en la estrategia política que sigue su partido. 

En el ámbito institucional no tiene el peso que necesitaría. Tampoco ha sido capaz de articular un discurso propio.El no haberse rodeado de un equipo fuerte y capaz es una de las críticas más claras entre los populares en Andalucía. Por ejemplo, Moreno Bonilla nombró como número dos a Dolores López, una joven alcaldesa de 34 años del pueblo de Valverde del Camino, en Huelva.

El resultado es que los nervios de los alcaldes andaluces y de los presidentes de Diputación ganados en las últimas elecciones van creciendo, a medida que se va acercando la fecha de los próximos comicios. “O hacemos algo, o hay riesgo de perder plazas importantes como Sevilla o Málaga a manos del PSOE”, vaticinan en el PP

 “¿Conoces alguna propuesta que haya hecho?”, pregunta retóricamente una fuente del PP. “Nada que haya calado en la gente, nada de entidad. Es que no ha hecho nada y ya lleva cinco meses en el cargo”, denuncian. La última propuesta, recuerdan sus críticos, ha sido pedir una Renta Básica en Andalucía, copiando lo que dice el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
 

Las críticas: no ha formado un equipo solvente, no está aprovechando el escándalo de los ERE, no conecta con la calle...Pese algunas encuestas recientes en la comunidad andaluza que dan casi un empate técnico a PP y PSOE en intención de voto, en la cúpula del partido en Madrid, y en parte también en Andalucía, no están contentos con el nuevo líder regional, Juan Manuel Moreno Bonilla, que no convence a nadie. 
 

La distancia política que separa a PSOE y PP no es lo importante de la radiografía electoral de las europeas. Lo trascendente es que siga produciéndose cuando el propio PSOE también pierde 13 puntos de respaldo electoral. Moreno Bonilla sufre un silencioso vacío; no termina de situarse en Andalucía y no ha roto amarras con el pasado que representa Arenas.