Gallina Blanca cambia su nombre por Gallina Amarilla y presenta su nueva sopa de lazos

Tomar una sopa no es incompatible con pedir llibertat, y los propietarios de Gallina Blanca lo saben. Es por ello que, “siguiendo una línea acorde a nuestras ideas”, la empresa ha presentado su nueva sopa de lazos, “para poder recordar a los presos polítics mientras se disfruta del sabor de siempre”.

En el mismo acto, la empresa ha anunciado que cambiará su nombre. “No tiene sentido tener un nombre madridista”, afirma la portavoz, Olga Llina, “por eso hemos tomado la decisión de utilizar el color amarillo en nuestra denominación, mucho más cercano a nuestros compromisos” declara. La empresa recalca que el cambio de nombre no va a suponer un cambio “ni en la calidad ni en el precio” de sus productos, sino simplemente reforzará “el sabor tradicional de la cocina casera republicana”.

Por último, la compañía está haciendo gestiones con Instituciones Penitenciarias para que su nueva sopa de lazos pueda ser servida a los “presos polítics”, de forma que puedan recordar y emocionarse con “la comida tradicional de sus abuelas” mientras cumplen prisión preventiva “por pedir democracia”.