Fin de ciclo
En
unos momentos de desconcierto e incertidumbre, todos nos preguntamos sobre si las
medidas económicas del PP van a ser suficientes o contrarias para conseguir generar
la confianza necesaria para el país y a los socios europeos al mismo tiempo. No cabe ya la más mínima duda de que el
sistema político español amparada en la falta de control de los poderes del
Estado es insostenible, al haberse creado una imponente red clientelar de
más de un millón de empleados públicos y decenas de miles de cargos políticos
con la que han laminado literalmente la productividad del país al mismo tiempo
que ha feudalizado España en diecisiete estados hipertrofiados, La gran
cuestión es intuir cuándo y como caerá y qué podemos hacer los ciudadanos en un
momento en el que nos embarga la confusión política, el miedo económico y la
ira social.
La
mayor de las dudas que tiene Mariano Rajoy es cómo empezar a desactivar esta
ruina, para evitar la intervención de Unión Europea hay que disolver o reducir casi a la nada el modelo de Administración territorial pues hay muchas maneras de aparentar cambios sin hacerlos realmente y dado que en su propio partido tiene muchos enemigos que inevitablemente deberán abandonar la política que está deseosos que el proyecto fracase.
Porque a estas alturas continúan vigentes las grandes causas que nos han llevado a esta situación, un Senado caro e inútil con traductores incluidos, continua siendo un organismo prescindible, como lo son las diputaciones provinciales o en su defecto la comunidades autonomas, mas toda su parafernalia de empresas públicas, televisiones públicas, defensores de la nada, embajadillas, fundaciones, observatorios, sindicatos, paneles solares, partidos políticos, memorias históricas y demás zarandajas a mayor disfrute de la casta política a la que acostumbró Rodriguez Zapatero aduciendo que esto era el estado del bienestar, Toda esta morralla hay que eliminarla y substituirla por economía productiva que pueda competir ante los nuevos retos que se avecinan y que este gobierno no ha tocado absolutamente nada y sigue subvencionando
Porque a estas alturas continúan vigentes las grandes causas que nos han llevado a esta situación, un Senado caro e inútil con traductores incluidos, continua siendo un organismo prescindible, como lo son las diputaciones provinciales o en su defecto la comunidades autonomas, mas toda su parafernalia de empresas públicas, televisiones públicas, defensores de la nada, embajadillas, fundaciones, observatorios, sindicatos, paneles solares, partidos políticos, memorias históricas y demás zarandajas a mayor disfrute de la casta política a la que acostumbró Rodriguez Zapatero aduciendo que esto era el estado del bienestar, Toda esta morralla hay que eliminarla y substituirla por economía productiva que pueda competir ante los nuevos retos que se avecinan y que este gobierno no ha tocado absolutamente nada y sigue subvencionando
Su
mayor reto va a ser enfrentarse a Cataluña o Andalucía que ya han manifestado
su oposición a esta política y quieren seguir invirtiendo en propaganda para la
construcción de sus respectivos feudos pero necesitan del escaso dinero que
tiene para ellos el estado central, un vez acabado el dinero europeo. El
momento de la verdad va a ser cuando se ponga al descubierto el cumplimiento
con el déficit de cada una de las autonomías y se vea la posterior actuación del
gobierno central.
Manuel Rosa Recuerda
ResponderEliminar¡¡Y COMIENZO DE PENURIAS......MIL¡¡.C´EST LA VIE
JUANETI
ResponderEliminarSi se anulan las autonomias,se echa a la casta parasitaria de la politica,se hace un censo de extranjeros que estén trabajando y los que estén PARASITANDO se pone orden y en par de años España sale de la crisis y podemos crecer.
TAL Y COMO ESTÁN LAS COSAS,EN DOS MESES YA ESTAREMOS QUEBRADOS IRREMEDIABLEMENTE!
Ruben Martinez L
ResponderEliminarLas palabras más manoseadas y mal utilizadas durante esta dura crisis, ya de nuevo recesión, son reformas y austeridad.
Un buen albañil andaluz me decía: a quién pretenden enga-
ñar, cuando todo el mundo sabe que reformar es preservar
las partes fundamentales de un edificio y que, si se llevan todo por delante, a eso se le llama demolición.
La demolición, travestida de reforma, más dura y dañina es la laboral. El Gobierno derrumba los dos pilares que las 52 reformas anteriores habían preservado: el derecho a la tutela judicial efectiva, frente al despido sin causa, fácil, exprés y barato, que es el que se impone, y el valor de
la negociación colectiva, frente a la decisión unilateral y sin contraste del empresario.
Ya se están comprobando sus efectos con el aumento de la destrucción de empleo. Esta reforma no crea puestos de trabajo.
¿Nos acerca al marco laboral europeo? No. Nos lleva al otro lado del charco, hacia EE UU. Otras cosas se pueden copiar del imperio, pero no precisamente las laborales o las sociales. Así lo percibe Adelson, el magnate norteamericano de los megacasinos que, según el Gobierno español, ha dicho que el nuevo sistema, refiriéndose a la reforma laboral, es mejor que el de su país.
La UGT no va a dejar pasar esta página hasta que no se corrija este atropello en profundidad. La palabra austeridad significa prescindir de lo superfluo para preservar y fortalecer lo esencial. Cuando, junto al agua sucia
de lavar al niño, se tira también a la criatura por la ventana, como está sucediendo, no es de austeridad de lo que están hablando.
La explicación de lo que están haciendo se triangula, para
legitimarlo, con la frase que da título a estos párrafos: nadie gasta más de lo que tiene. Y se remata la argumentación con la siguiente afirmación: como hacen todas las familias.
Ruben Martinez L
ResponderEliminarEsta reforma no crea puestos de trabajo.
¿Nos acerca al marco laboral europeo? No. Nos lleva al otro lado del charco, hacia EE UU. Otras
cosas se pueden copiar del imperio, pero no precisamente las laborales o las sociales. Así lo percibe Adelson, el magnate norteamericano de los megacasinos
que, según el Gobierno español,
ha dicho que el nuevo sistema,
refiriéndose a la reforma laboral, es mejor que el de su país.
La UGT no va a dejar pasar esta página hasta que no se corrija este atropello en profundidad.
La palabra austeridad significa prescindir de lo superfluo para preservar y fortalecer lo esencial. Cuando, junto al agua sucia
de lavar al niño, se tira también
a la criatura por la ventana, como está sucediendo, no es de
austeridad de lo que están hablando.
La explicación de lo que están haciendo se triangula, para legitimarlo, con la frase que da título a estos párrafos: nadie gasta más de lo que tiene. Y se remata la argumentación con la siguiente afirmación: como hacen
todas las familias.
El funcionamiento del Estado
democrático no puede simplificarse, ya que es para justificar el
recorte del gasto e inversión pú-
blica del Estado por lo que se
establece esta asimilación, equiparándolo a una familia. Ni siquiera en el seno de las familias,
al menos a partir de la segunda
mitad del siglo XX, esta afirmación es sostenible.
Si eso fuera así, en mi casa,
hogar de una humilde familia obrera, no hubieran entrado El Quijote, las obras completas de Blasco Ibáñez y un diccionario
enciclopédico de dos tomos, el único al alcance de nuestras posibilidades, a finales de los sesenta, ya que mi padre, que no los
podía comprar en efectivo, los
tuvo que pagar a plazos. Así se
adquirían las arras para las bodas, o se pagaban los gastos del
futuro entierro. Y así sigue siendo, como hace 50 años. O, si no, cómo compraría una familia trabajadora o de clase media un piso o un coche.
La cuestión es ser solvente,
tener un empleo digno, adecuadamente retribuido y unos derechos que emanan del trabajo
y del pago de impuestos. Es la
manera como cumplimos con
nuestras deudas, pagándolas a
plazos.
Este sistema funciona así. Se
está imponiendo, con argumentos irreales, una visión ideológica de la lucha contra la crisis
que protege a los que la han provocado.
Warren Buffet tenía razón
cuando decía: “En las circunstancias de crisis actual, el cré- dito solo se lo concedo a Dios,
los demás que paguen al contado”.
Y entre esos demás están incluidos los Estados democráticos y las familias, a las que se
estruja y se condena al paro; al
recorte de derechos sociales.
Sentenciando a la sociedad a la
recesión económica, a los jóvenes a la ausencia de futuro, a los
viejos se les pena a padecer aún
más estrecheces, con una medida sin precedentes, el abono del
10% de los medicamentos, que
junto a la subida de la luz y el
transporte, es un golpe muy duro a economías sostenidas por pensiones muy modestas cuya
cuantía es de las más bajas de
Europa. El crédito solo se concede a
Dios… y a los bancos, que lo consiguen en el BCE al 1%. Lo emplean en comprar deuda pública, que se les retribuye al 5%, y
en pagar sus propias deudas.
De las últimas medidas del
Gobierno, la que mayor filo
ideológico tiene es la subida de
tasas universitarias, que crea
un muro económico para obstaculizar que el hijo o la hija de una limpiadora pueda ser economista. Son decisiones que el
Gobierno pretende que sean para toda la vida. Es un cambio y marcha atrás, si no lo frenamos, que puede abocarnos a desandar todo el trecho que hemos recorrido en los últimos 35
años. Todo está en riesgo. Como lo está nuestro sistema de
convivencia social y democrática, amparado por la Constitución Europea y el Tratado de la
Unión que la define como una economía social de mercado y no de libre mercado como pretendía, entre otros, Aznar.
Por todo ello nos vamos a manifestar el 29 de abril y el Primero de Mayo. A propósito ¿Quié-
nes son los antisistema?
Jose Manuel Perez Valdés
ResponderEliminarBastante acertado Don Xavier.
Enrique Maza Martín
ResponderEliminarMuy bueno, Xavier.
Juan Viaña Hernandez
ResponderEliminarNo puedo estar mas de acuerdo con el articulo, sobre todo en su base "No cabe ya la más mínima duda de que el sistema político español amparada en la falta de control de los poderes del Estado es insostenible",
Natalia Vivar Blanco
ResponderEliminarMuy de acuerdo!