Adiós a la verja de Gibraltar.

El Gobierno español ha alcanzado un "principio de acuerdo" con Reino Unido para evitar un Brexit duro en Gibraltar que implica la entrada del Peñón en el espacio Schengen por primera vez en la historia. 

Ello permitirá "derribar" la Verja fronteriza, en palabras de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ya que los controles aduaneros estarán a partir de ahora en el aeropuerto y puerto de la colonia. El plazo para que Madrid y Londres llegasen a un pacto finalizaba esta misma media noche, por lo que finalmente 

Laya ha anunciado con solemnidad un "principio de acuerdo" con Reino Unido para "levantar la Verja". Esto implica que la colonia británica pasará a formar parte del espacio europeo de Schengen con España como país controlador del tránsito de personas en el aeropuerto y puerto de la colonia británica. Una situación sin precedentes en 300 años de presencia británica en la Roca.

España ya no tendrá que controlar la frontera con "observancia escrupulosa" de todas las normas de la Unión Europea sobre fronteras exteriores. En esta labor tendrá el apoyo durante un período transitorio de cuatro años de la agencia europea Frontex. Aunque la jefa de la diplomacia no quiso entrar en los detalles técnicos, lo lógico es que haya una presencia de la Guardia Civil o de la Policía junto a los agentes europeos. El acuerdo también supone la aplicación de un régimen aduanero en materia de tráfico de mercancías y transportes.

Madrid y Londres se han dado de plazo seis meses para que el Reino Unido y la Unión Europea firmen un tratado sobre la nueva situación en el Peñón, momento en el que la colonia quedará automáticamente dentro del espacio Schengen. Una situación que no se daba con el Reino Unido era miembro de la UE. Hasta que llegue ese momento, las autoridades españoles "flexibilizarán" los controles en la Verja para acercarse a lo que hoy en día existe en Schengen.

Cualquier ciudadano británico que viaje a Gibraltar tendrá que presentar su pasaporte en el control fronterizo del aeropuerto o del puerto de la Roca ya que formalmente estará entrando en territorio europeo.

Un balón de oxígeno

El alivio fue la nota predominante ante la amenaza del cierre de una frontera que cada día ve pasar unos 15.000 trabajadores transfronterizos. La fluidez en esa frontera es fundamental para la economía de la zona. Comercios, bares, restaurantes y muchas pequeñas y medianas empresas no podrían mantenerse sin Gibraltar. Un informe de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar cifró su impactó en PIB de la zona en un 24%, 695 millones de euros. Si el paro entre los 32.000 ingleses del Peñón es de un 1%, en la localidad fronteriza de La Línea (63.352 habitantes) alcanza el 35%. A un lado y otro de la Verja hay una de las brechas en renta per cápita más demoledores del mundo.

En la comarca del Campo de Gibraltar, alcaldes, empresarios, trabajadores o sindicatos entonaron al unísono la bienvenida a un acuerdo del que piden conocer detalles y letra pequeña. A falta de una lectura más sosegada y de que se perfilen muchos flecos, por primera vez en décadas, admiten en la zona, se abre la oportunidad de que desaparezca esa frontera que ha lastrado oportunidades a ambos lados pero, sobre todo, en el español, con una de las comarcas andaluzas más apaleadas y con peores índices socioeconómicos. Quedan muchas cuestiones enquistadas y no es la panacea, aclaran los afectados, pero da oxígeno. Los alcaldes reclaman ir a una situación económica que rompa la dependencia del Peñón pero la realidad es la que es.

“Quizás desde otros lugares de España prefieran mirar hacia otro lado pero la realidad es que hay un dependencia económica de la comarca del Campo de Gibraltar del Peñón y que este acuerdo es la mejor noticia posible”, consideró el alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix (PSOE). “Se disiparon los mayores temores”, sentenció. El regidor de La Línea, Juan Franco (La Línea 100%), señaló igualmente que el anuncio es “un balón de oxígeno”. Se acabó la “incertidumbre brutal” de los últimos meses. La situación hubiera sido muy complicada en el caso de un cierre duro de la frontera. La comarca lo conoció, junto a sus devastadores efectos con el cerrojazo que ordenó Franco, en 1969, y que duró hasta la apertura total en 1985. La Junta de Andalucía, de PP y Cs, también celebró la noticia. La ministra González Laya telefoneó al presidente Juanma Moreno antes de comparecer.