La saga de los Pujol


Por su conocimiento directo de la familia y lo detallado de las descripciones de varios de los miembros mas relevantes de la familia, creo interesante incluir dentro de el Blog este documento publicado en varias entregas por Salvador Sostres en el diario El Mundo. Va a ser documento imprescindible de consulta para saber quien es quien  en las noticias que van a producirse sobre las  averiguaciones judiciales en curso.

La saga de los Pujol
Salvador Sostres

Marta Ferrusola

Marta Ferrusola fue durante 23 años la primera dama de Cataluña. Fue querida por el público convergente y odiada por los socialistas. Representó la madre de familia orgullosa de serlo, orgullosa de ser madre y esposa y de sacar adelante a su familia. Los socialistas no pudieron nunca con ella porque Marta representaba un contrapunto insoportable al modelo mujer grosera e infeliz que pretendía propagar el feminismo sobre todo durante los años 80. Ahora la cosa está ya más repartida, y muchas mujeres han tenido que admitir que trabajar no las ha hecho más felices.

Precisamente cuando quiso trabajar, Marta se metió en líos con su empresa Hidroplant, de flores y jardinería. Sin entrar a valorar los detalles fueron unos líos innecesarios y una empresa también innecesaria, puesto que si se ganó algún dinero tampoco fue demasiado y seguro que no compensó los quebraderos de cabeza que tuvo que soportar por la polémica generada.

Hidroplant tuvo unos clientes y un nivel de contratación que siempre parecieron más relacionados con el hecho de que su propietaria era la esposa del presidente que no por las dimensiones, la envergadura y la calidad de Hidroplant. Marta y sus flores fueron la comidilla de los ambientes cool de Barcelona durante algún tiempo. Estoy convencido de que si la señora Ferrusola comparara hoy el éxito profesional que tuvo con la tormenta que tuvo que capear, reconocería que la aventura no le salió a cuenta.

Marta tampoco lo ha tenido fácil como esposa ni como madre de familia. Pujol le dijo antes de casarse: "Marta, piensa que primero será Cataluña", y esta frase, que ha servido de presidencial excusa a tantos padres catalanes para desatender a su familia, explica cómo se empezó a gestar la carrera de los hijos.

Ferrusola perdió su primera batalla en este sentido el día que no logró evitar que Carme Alcoriza, la secretaria "especial" que Pujol tenía en Banca Catalana, se fuera con su marido a la Generalitat. El "Marta, primero es Catalunya" incluyó también a Carme, de modo que Ferrusola optó por la vieja estrategia femenina de, cuando pierden, hacernos vivir con una mala conciencia infinita. Pujol, que nunca estaba en casa, a veces porque tenía trabajo y otras porque se lo inventaba, desarrolló esta mala conciencia de mal padre y junto con creerse con la misión de salvar a Cataluña estableció una cenefa moral difícilmente superable que consistía en justificar las fechorías de su prole porque era el precio que los catalanes teníamos que pagar a cambio de su presunta heroicidad presidencial.

De este modo, los hijos del president, protegidos por su madre y consentidos por su padre, se dedicaron a enriquecerse gracias al hecho de que su padre era el presidente de la Generalitat. Ya ni me meto en si eran negocios legales o ilegales, en si hay cuentas en Suiza o no las hay, pero lo que no se puede negar, de ninguna manera, es que el precio que Marta le hizo pagar a Jordi para dejarle jugar a su Generalitat y a sus secretarias fue que sus hijos pudieran sacar provecho de su cargo ya que no podían sacar provecho de su padre.

Delirante pero cierto. En el caso de Jordi Pujol júnior, además, el president no sólo miró hacia otra parte, sino que le designó expresamente para que se dedicara a financiar al partido y a la familia.
Marta es una ama de casa que piensa que su marido es un caso perdido que no se puede perder. Una señora superada por la importancia de su marido, pero también por su cinismo, que de un lado ha jugado a ser la "Marta de Cataluña" y del otro ha hundido a su marido con lo de los hijos tal como él la hundió con sus secretarias y sus noches demasiado largas.

Pujol construyó Convergència a la medida de Cataluña y de los catalanes, y por eso CDC ha ganado todas las elecciones al parlamento de Cataluña. Marta hizo creer a los catalanes que lo de su marido justificaba lo de sus hijos. Pujol ha acabado siendo independentista y sus hijos perseguidos por la justicia. Un Estado puede aguantarlo todo, salvo que su integridad sea amenazada. Del mismo modo que una esposa puede aguantarlo todo, salvo que su marido se vaya a vivir con la secretaria.

Oriol Pujol dijo que le quieren imputar por lo que su proyecto político representa. No es cierto. La verdad es que desde que CiU ha dejado de ser leal al Estado proclamándose independentista, el Estado ha entendido que podía dejar de pagar la prenda de tanto choriceo y denunciar lo que había.

Tal como Marta pactó con Jordi, Jordi pactó con el Estado. Y ante tales acontecimientos el Estado ha dejado de proteger a Jordi tal como Marta se habría divorciado si Jordi se hubiera fugado con Carme.

Jordi Pujol Ferrusola Jr.

El hijo mayor de los Pujol Ferrusola era un chico increíblemente inteligente, especialmente dotado para la política. Tenía ganas de hacerlo, y fe, y una fenomenal capacidad para ello. Pero el padre, el president, que siempre tuvo un sentido muy patrimonial del poder, y de Cataluña, no quiso tener un delfín tan pronto, y mucho menos a su hijo, tan capaz y tan brillante, porque le habría discutido demasiadas cosas y se habría limitado en su mando que siempre fue absoluto.

Por ello le sacrificó del modo más cruel, y más cínico, destinándole a los negocios de la familia y del partido. Él, junto a algunos amigos suyos (el más destacado fue Carles Vilarrubí, actual vicepresidente del Barça) se dedicaron a visitar a muchos de los que conseguían concesiones administrativas, antes y después de conseguirlas.

Poco a poco, el primogénito de los Pujol, se fue tornando tan cínico como lo que hacía, y tan oscuro. El chico capaz y alegre que pudo haber sido bastante mejor político que su padre quedó sepultado por el destino al que su padre le condenó. La retórica tan pujoliana de que su devoción por Cataluña, y su sentido del deber patriótico, no le dejaron tiempo para ocuparse de su familia, fue en este caso muy distinta, en tanto que "se ocupó" de su hijo para tener libre su perpetuación política.

Pujol padre, que a pesar de presumir de católico es un gran supersticioso, se hacía visitar de vez en cuando por la ya famosa bruja Adelina. La bruja dijo de él, al poco de conocerle, que consumía el alma de los incautos que se le acercaban demasiado. Y así fue siempre, porque siempre se cargó a cada uno de sus delfines; y no es que podamos decir que su sucesor, desde hace unos meses en caída libre, esté salvando el alma en toda esta agonía. Con su hijo no hizo ninguna excepción, y Jordi Pujol Ferrusola es hoy un hombre de alma consumida, capaz de traicionar sin escrúpulos a sus amigos, sin ningún tipo de sentido de la mesura, amargado y muy bruto.

Jordi Pujol jr., tal vez por cinismo, tal vez por resquemor, nunca fue discreto y siempre necesitó exhibirse. Su afición por los coches de lujo ha sido muy comentada en Barcelona, entre otras cosas porque él no ha dejado nunca de pasearse por la ciudad montado en ellos, como si quisiera recordarnos que existe.

En cambio ha sido extraordinariamente tacaño con sus hermanos, especialmente con Oriol, el más breve y que tal vez por ello se ha dedicado a la política. Amigos y familiares le reprochan a Júnior que no le haya protegido económicamente -sabiendo que es breve y sabiendo que és político- para ahorrarle ridículos como el de las ITV.

La leyenda dice ?una leyenda alimentada también, o por lo menos consentida, por el ex presidente- que Pujol nunca ha querido saber ni ver lo que hacían sus hijos, y muchos catalanes se hacen así la ilusión de que por muchos asuntos fraudulentos que afloren de la familia, la pureza de su mito presidencial permanece incorrupta. ¿Desde cuándo un padre es un padre si no sabe y corrige lo que hacen su hijos? ¿Quién podría admirar a un hombre así? Pero en cualquier caso, lo de Júnior no puede decir que no lo conocía porque fue él mismo quien le indicó que el turbio camino que tenía que seguir, y fue él mismo, y su partido, los que se beneficiaron de que fuera así.

A fin de cuentas, lo que Júnior quería era dedicarse a la política y llegar a presidente algún día, y eso sí que su padre decidió no saberlo ni verlo nunca. 

Josep Pujol Ferrusola

Josep es el más encantador de los hermanos Pujol, y el único que si no fuera hijo del ex presidente de la Generalitat conservaría su interés y su encanto. Sus detractores le reprochan que vendiera su empresa de consultoría, Europraxis, a Indra, por 44 millones de euros y medio, y que Indra, al año siguiente consiguiera, casualmente, 60 millones de euros en contratos de la Generalitat. Fue en 2002. Josep Pujol era propietario de una quinta parte de Europraxis, y además de la parte proporcional de los 44,5 millones de euros, recibió 9 millones de euros para que se quedara 5 años más al frente de la compañía.

Más allá de esta operación, y de la consideración que merezca, a diferencia de su hermano Oriol, Josep es inteligente, tiene una conversación alegre y hasta diría que emocionante, sabe ir por el mundo y comportarse en cualquier ambiente. Y aunque quede un poco cínico decirlo de este modo, si alguien considera que la operación de venta de su empresa fue inmoral o fraudulenta, como mínimo hay que reconocer que Josep sabe qué hacer del dinero y cómo gastarlo con clase. Esto parece poco pero no es poco. Créanme.
A diferencia de su hermano Oriol, dio el golpe, y de un solo golpe se hizo millonario. Es imposible que te caiga mal, y aunque comparte con su familia y con muchos convergentes la superstición de que atacar a su padre es atacar a Cataluña, es un hombre con un afinado sentido del humor y capaz de hacer, con mucha finura y audacia, desternillantes parodias de sus seres más queridos en una demostración más de su verbo privilegiado y de su admirable potencia intelectual.

Se ha tomado sin duda a la ligera el mandato moral de ser hijo de su padre, no tanto por maldad sino porque realmente no entiende la diferencia entre que yo tenga dinero en Suiza y que él lo tenga; del mismo modo que tampoco ve la diferencia entre que yo haga negocios con la administración y los haga él. Para él, ser hijo de su padre siempre ha sido un pasaporte y nunca una responsabilidad.

Pero por lo que le conozco podría asegurar que es mucho más por una concepción ligera de la vida y de las cosas que por cinismo o por golfería. Cada ciudad tiene algunos tipos extraordinarios que cuando cenas con ellos miras el reloj y crees que es la 1 y ya son las 4. Josep Pujol i Ferrusola es uno de ellos, con todo lo que ha visto y todo lo que ha vivido, con su precisa capacidad de análisis, con su rapidez mental y su buen gusto y su sentido de la elegancia.

En el fondo, ser hijo de Jordi Pujol le ha perjudicado, porque de no haberlo sido habría ganado el mismo dinero, e incluso más, con su indiscutible inteligencia y su serpenteante habilidad. De tener cualquier otro apellido, todo el mundo estaría hoy rendido a sus encantos y nadie le reprocharía nada. Ser hijo de su padre y hermano de sus hermanos es su circunstancia, como todos tenemos la nuestra, y es dulce y digno que les quiera y les defienda. Pero aunque la nostalgia de preguntarse cómo habrían podido ser las cosas no conduce a nada, en el caso de Josep la paradoja es especialmente chocante.

Si Oriol es el hermano más breve de la familia, Josep es el más lúcido y brillante, y aunque ahora está cabreado conmigo porque no le doy la razón en los asuntos que de un modo tan grave afectan a su familia, y porque escribo en EL MUNDO, y porque lee lo que pienso de su hermano pequeño y de su padre, que cada uno a su manera le han hecho un daño tal vez irreparable a Cataluña; a pesar de todo ello, y de que el amor, como dice don Pere Gimferrer, es un vals de estocadas, espero con el tiempo recuperar la vieja amistad y las cenas longitudinales con una de las personas más fascinantes que jamás he conocido.

Oriol Pujol Ferrusola

Oriol Pujol siempre ha sido el más limitado de sus hermanos y tal vez por ello, el que se ha dedicado a la política. Su trayectoria en Convergència sólo es explicable a través de su apellido, porque ni por su audacia ni por sus logros como estratega ni mucho menos como estadista habría llegado tan lejos. Su formación intelectual es inexistente, exactamente lo mismo que su capacidad discursiva.

Gestor mediocre de lo pequeño, violentamente sectario, se ha creído siempre más listo que los demás y su vida política se ha caracterizado por el oportunismo y por la deslealtad, por la incapacidad de hacer aportaciones positivas a la vida pública catalana, y este último intento de choriceo resume muy exactamente a un hombre menor, sin ambición ni buen gusto, cutre hasta para robar, o para intentarlo. Hay gente muy gris en su vida ordinaria que luego se crece con el crimen. Oriol ni eso.

Ha perseguido y amenazado a periodistas, y ha usado el dinero público para tratar de destruir las carreras profesionales de los que no escribimos a su voluntad. Mas confió en él y lo incorporó a su núcleo duro ?el llamado "pinyol"- y el breve de los Pujol, cuando Montilla llegó en 2006 a presidente tras forjar el segundo tripartito, traicionó a quien en él había confiado proponiéndose ante diferentes históricos del partido y empresarios próximos a CDC, siempre con la ayuda expresa de su padre, como sustituto de un Mas, al que despreciaba llamándole perdedor. Algunos de los más estrechos colaboradores del actual presidente de la Generalitat participaron de esta campaña de acoso y derribo, aunque por suerte para ellos, la estulticia de Oriol llegó a tal extremo que la cosa feneció sin que Mas llegara a darse cuenta de las últimas profundidades de la orquestación. Supo de algunas reuniones de Pujol padre e hijo cuestionando su liderazgo, y poco más.

Mas no le ha querido en el gobierno, ni en 2010 ni en el que formó hace unas semanas, y a estas alturas le da ya por amortizado por su vergonzosa trama de las ITV, no tanto por el fraude, que no llegó a cometerse, sino por lo ridículo y miserable que era lo que intentaba hacer. Un mismo estilo en la política y en la presunta delincuencia.

Con la patética caída de Oriol Pujol, la familia más importante de la política catalana pierde cualquier oportunidad de continuar manejando el poder en Cataluña. Con sus miserias al descubierto, el mito del pujolismo se tambalea, y las tan habituales y extensas lecciones de ética y de moral del expresidente de la Generalitat contrastan clarísimamente con su actividad económica y la de sus hijos.

Oriol ha quedado fuera de circulación sin haber hecho nada significativo en la política, y habiéndose valido siempre de su apellido para compensar su clamorosa mediocridad. Como presunto delincuente ha sido también la vergüenza del gremio, pues pagará por el delito sin ni siquiera haber podido beneficiarse de él.

Jordi Pujol Soley

Jordi Pujol ha sido el político catalán más importante desde la recuperación de la democracia, tanto por el poder que acumuló durante los 23 años que fue presidente de la Generalitat, como por su carisma y el hecho de que ninguno de sus sucesores le ha superado ni en votos, ni en prestigio, ni en años en el cargo.

Sin embargo, Pujol ha sido también el mayor fraude político que ha dado Cataluña desde 1980. Fue un fraude para los empresarios, con su política social cobarde y deficitaria, en el mejor de los casos socialdemócrata, pero en muchas ocasiones directamente socialista. Fue un fraude para los catalanistas, porque basó su carrera política mucho más en que España le reconociera su estatus de presidente especial, y en mantenerse en el poder, que en llevar a Cataluña hacia su emancipación y su soberanía plena, que es lo que cualquier nacionalista, en el fondo, desea.

Pujol practicó una política paternalista en lo social, creando el monstruo burocrático que luego con los excesos del tripartito acabaría por liquidar a Cataluña. Creó un sistema sanitario que sólo ha podido funcionar porque una parte muy significativa de los catalanes nos pagamos nuestro seguro privado, y salvo caso de extrema gravedad, no usamos la sanidad pública que es claramente insostenible y deficitaria.
Lo mismo hizo con las escuelas públicas. Pese a presumir de liberal, nunca optó ni siquiera por medidas tan ponderadas y prudentes como el cheque escolar, tan reclamadas por los mejores pedagogos catalanes, como Pere Ribera, director del colegio Aula. Engordó lo público de un modo inasumible y defendió la escuela concertada de un modo vergonzante, con la boca pequeña, por la puerta de atrás, y nunca la convirtió en el verdadero sistema educativo de Cataluña, pese a ser el más eficaz y más rentable, sin dejar a ningún niño tirado.

Con las infraestructuras cayó en el mismo populismo y en la misma demagogia. Con su intención de contentar a todos, nunca optó por la calidad y su preferencia fue hacer un poco por aquí y un poco para allá, con la única y clarísima ambición electoral. El famoso Eje Transversal se estrenó con un solo carril por sentido y suponiendo un evidente peligro para sus usuarios. Las muertes que se ha cobrado y las colas que en él se formaban dieron cuenta de su deficiencia, de la que Pujol es responsable. Desdoblarlo ha salido más caro que si de entrada el entonces presidente Pujol hubiera pensado más en la seguridad de los catalanas y en hacer las cosas bien hechas, y lo hubiera construido como Dios manda aunque fuera al precio de perder algunos votos en otras comarcas.

Evidentemente, los tripartitos, tanto el primero como el segundo, acabaron de destruir la economía catalana, pero quien había puesto las bases para que cada uno de sus excesos fuera posible fue Pujol con su modelo sueco y su visión socialdemócrata, con su cobardía antiliberal, con su demagogia populista, con su incapacidad para crear una administración competitiva y moderna. Los que dicen que "España nos roba" por la contribución que los catalanes pagamos al Estado, tendrían que acusar a Pujol de un atraco mucho más salvaje, pues lo que cada año se nos va en la demencial estructura administrativa que Pujol creó es mucho más que cualquier contribución solidaria (u obligada).

En su modo de ser nacionalista el fraude fue igual de sensacional. Basó su presidencia en hacer toda la comedia patriótica posible pero nunca se pasó del límite constitucional, de manera que los catalanes le veían como un guía pero él no les llevaba a ninguna parte sino que daba vueltas sobre un mismo punto mientras les prometía una tierra que con sus actos negaba.

Mientras fue presidente, si pronunció la palabra independencia fue para negarla y para dejar claro una y otra vez que él no era independentista. Cuando dejó de ser presidente y vio que el independentismo crecía, se apuntó a la moda para no quedarse arrinconado, y porque creyó que ya ningún precio tendría que pagar por decirlo.
En esto último se equivocó, y el Estado, que a cambio de que él mantuviera al catalanismo controlado y al independentismo controlado, le había reconocido como una autoridad política relevante y singular, y había mirado hacia otra parte ante las fechorías de sus hijos, dio el pacto no escrito por roto y es en este sentido en el que cabe situar las actuaciones judiciales y policiales contra su familia. Una vez Pujol se ha declarado independentista, el Estado ya no tiene ningún motivo para dejar de perseguir los delitos que sus hijos hayan podido cometer.

Pujol defraudó a los empresarios a los que decía representar refugiándose en la caspa y el atraso socialdemócrata; a los trabajadores a los que decía proteger en nombre de la cohesión social, también les defraudó dejándoles una administración súper obesa, deficitaria, y que sólo podía acabar como ha acabado: en bancarrota. A los nacionalistas e independentistas les engañó embarcándoles en una épica que él de antemano había pactado con el Estado cargársela, y al Estado le ha estafado en sus últimos días sumándose de un modo senil a la dinámica independentista.

De fondo queda que un hombre muy acostumbrado a dar a las lecciones de ética a los demás, pero con una vida que lejos de ser ejemplar ha sido la sistemática negación de cualquier superioridad moral. Su fraude sistemático para mantenerse en el poder. Las actividades de su hijo que él conocía y toleraba. Su secretaria especial contra la que siempre perdió Marta. Hasta la exhibición de su catolicismo ha sido una estafa.

Salvador Sostres

Comentarios

  1. Felix Curruscuchu

    Y para cuando se juzga a esta gente? o los jueces estan esperando hacerlo en el otro mundo? Dios que verguenza de pais.

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  2. Manuel Poyato Jimenez ·

    Los padres aspiran a que todos sus hijos sean lo mejor de lo mejor: inteligentes, buenos, hermosos, trabajadores, bien formados, etc. Luego, la vida, pone los pies en el suelo a esos padres y les muestra la realidad: seres con luces y sombras; con virtudes y defectos; con altos y bajos, etc., y, además, unos más que otros. Sin embargo, hay un caso que me tiene absolutamente admirado. Se trata del Sr. Pujol y la Sra. Ferrusola. Este matrimonio ha conseguido el éxtasis. Hijo engendrado, hijo parido, Midas al canto. No falla, ni uno. Ignoro si con poca o mucha formación, si requiriendo esfuerzos leves o ímprobos, la cuestión es que en menos que canta un gallo, cualquiera de ellos es capaz de amasar furtunas. Raza especial, sin duda. Y, por especial, nadie se atreve a investigar. ¿No tendrá que ver algo con aquel problemilla del 3 % que en una ocasión mencionó el tal Maragall?.

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  3. Gabriel Sánchez López

    Ah, que importante es la lealtad a la familia. Especialmente en según qué negocios. Con esto se podría hacer una película tipo "El Padrino", de las de muchos Oscars.

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