Estado de malestar



En este país parece que últimamente hubiese mas gente diciendo 'basta' ante la sensación de que ninguno de los dirigentes dos grandes partidos y probablemente todos los demás del arco parlamentario, no quiere que se tomen las decisiones necesarias para aligerar el desmedido despilfarro público, gran causa de nuestro desastre y que está lastrando cualquier futura posibilidad de despegue. Muy poco futuro tenemos en seguir discutiendo con políticos histéricos, amargados por el resentimiento y falta de empatía de social, cuando no corruptos hasta la médula. En el fondo, a la gran mayoría le da igual lo que debatan entre ellos, hace tiempo que nos preocupa más lo que nos cuestan los políticos que lo que dicen.

Es obvio que esta sociedad de respuesta política tardía no va a generar los mecanismos de su propia evolución al margen de su pasado reciente. Para lo único que los políticos han estado de acuerdo estos últimos meses, ha sido en su intento de esconder sus vergüenzas y de salvaguardar su puesto de trabajo con sus desmesurados privilegios mientras estamos viviendo en un país fuera de consenso en aspectos graves y fundamentales, como la justicia, ETA o los medios de comunicación que tienen que ver muy especialmente en este creciente malestar.

La cosa esta tan clara que ahora mismo todos aquellos ciudadanos que no dependemos de la nómina pública estamos clamando para que pase algo que desvíe nuestro camino inexorable hacia el abismo. Debe haber quien facilite ese camino y lo haga comprensible a este votante, repentinamente racional.

El agravamiento de la crisis mundial respecto a nuestro país se fundamenta en el derroche, la corrupción y la falta de profesionalidad de nuestra clase política. Y que ese agravamiento es la causa principal de nuestro elevado endeudamiento y de nuestras dificultades para lograr un equilibrio presupuestario sin sacrificar conquistas sociales y a cambio de mantener privilegios políticos y territoriales. Ahora se ahogan y se agarran de nuestro cuello para salvarse.

Alguien ha de preguntar a la sociedad española si desea seguir con la monarquía frente a una alternativa republicana, si desea seguir financiando sus partidos, si desea una separación efectiva de poderes, si desea que cada hombre sea un solo voto, si le interesa continuar con la disfuncional estructura del territorio en ayuntamientos y autonomías, etc. Y si prefiere recortar de los derroches o prescindir definitivamente del bienestar social conseguido.

De las decisiones que tome Rajoy en las próximas semanas, dependerá el futuro de la próxima generación de españoles y espero que sean en defensa de esta maltrecha nación, como siga siendo pusilánime o conformista nos esperan unos muy amargos tiempos venideros. Tal como está de caliente la calle y con el rápido alejamiento de quienes le votamos pensando en una regeneración política, también a él podría quedarle muy poco tiempo en el poder.

Comentarios

  1. Jose Villar Campuzano

    Esta visto ya que este blandengue no le va a cantar las cuarenta a los que le rodean, hara falta otra fuerza para moverlos de sus poltronas

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  2. think

    los políticos y su ejemplo están hundiendo en la miseria a la sociedad.

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  3. maesar

    corrupción,..., las normas para los tontos, ...., qué mal acabará todo

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  4. Pedro Máñez Villanueva

    Me temo que Rajoy ha emprendido una huida hacia adelante y que sus próximas decisiones aun nos van a gustar menos que las anteriores.

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  5. Chema Gonzalez

    Xavier, de echo se esta viendo ya algo, con las medidas que estan haciendo, guste o no guste, pero el mercado que es lo que nos esta poniendo el pie en la garganta, esta relajandose... esperemos que lleguemos antes e septiembre a los 8.500 ojalaaa!!!!

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