Pactos, varas de medir y falta de sustancia

Las últimas elecciones municipales y autonómicas han significado un vuelco en el panorama político que en algunos casos ha puesto a los chicos de Podemos y sus satélites a las puertas más o menos reales de entregar el poder en importantes ayuntamientos y comunidades autónomas a manos de verdaderos indocumentados y exaltados, desplazando a personas imprescindibles para seguir una política de austeridad que nos ha servido para iniciar una recuperación y salvarnos de una quiebra que nos podía haber igualado a Grecia. 

Los políticos de siempre son, en buena medida, responsables directos de que los votantes se hayan expresado así, y tienen por lo tanto la obligación de asumir las consecuencias y apartarse dignamente a un lado para dejar que estos nuevos políticos supuestamente limpios y transparentes ocupen su lugar.

Madrid está prácticamente en manos de Manuela Carmena, Barcelona en manos de Ada Colau, Aragón en las de Pablo Echenique, Valencia comunidad y ayuntamiento en las de Mónica Oltra y Compromís, Cádiz en las del novio de Teresa Rodríguez… En este convulso panorama post electoral pueden Salvador Victoria y Lucía Figar han dimitido de sus cargos, imputados con un al menos discutible caso de corrupción y han sido las nuevas víctimas de esta nueva moda revisionista para condicionar el apoyo a Cristina Cifuentes y aumentar las exigencias de Ciudadanos de cara a la composición del gobierno de la Comunidad de Madrid. 

La falta de luz y taquígrafos en los recientes encuentros a varias bandas (Rajoy- Sanchez, Sánchez-Iglesias, Rajoy-Rivera, Sánchez-Rivera) nos deja a los ciudadanos como si fueran menores de edad ni desmiente las promesas de regeneración aireadas por los partidos durante la reciente campaña electoral. O sea podemos volver a las andadas. no entre dos partidos sino entre los cuatro ahora en liza.

Puede entenderse que la izquierda esté inclinada a unirse a partidos nacionalistas de extrema izquierda para desplazar al PP del poder, aunque la mera existencia de éstos es de por sí algo muy raro. Pero lo que no hay forma de comprender es su abierta inclinación a coligarse con partidos de derecha nacionalista, que, aparte de su nacionalismo, suelen ser más rancios y reaccionarios que sus homólogos de ámbito nacional. 

En el programa de Ana Rosa Quintana en Tele 5, Iglesias ha señalado, al ser preguntado por Navarra, que "en este país el terrorismo ha producido un enorme sufrimiento" pero ha añadido que le parece de "vergüenza" que "en este momento cuando hablamos de corrupción alguien se atreva a utilizar la memoria de las víctimas para hablar de algo como a quién ponemos de alcalde". Pablo Iglesias ha censurado que "corruptos y sinvergüenzas en Navarra se atrevan a utilizar la memoria de las víctimas para decir yo tengo que ser alcalde; mire, usted es un sinvergüeza". 

Y el y su partido aliándose con los de Bildo (ETA) para ocupar parlamentos y alcaldias, sin condenar los asesinatos cometidos durante los últimos años Y que haya gente que aún no le vea la patita a este tipejo....y en Valencia Compromís y en Galicia Marea Atlántica y en Cataluña la Colau...cuántas lecturas faltan.......En este análisis por parte de Pablo Iglesias ayer nos la medida del personaje y lo que nos espera.