¿A que esperamos?
A cinco meses del asesinatos en Paris de Charlie Hebdo y una veintena de personas en Francia se disparó la alarma sobre la posibilidad de actuación del terror yihadista en cualquier lugar del mundo por medio de radicales instalados en nuestras fronteras que pueden actuar con casi total impunidad y desprecio tanto a sus vidas como las de los demás. Su objetivo es hacer el mayor daño posible a nuestra civilización. Aquellos asesinatos solo consiguieron tras una reunión urgente de la Unión Europea que no se emprendiera ninguna medida de tipo militar donde está se esta gestando el infame Estado Islámico y se decidió que cada país estableciera mayores controles en fronteras y aeropuertos y según el riesgo que considerara individualmente aumentara las medidas para la vigilancia de los reductos donde estas ratas suelen estar agazapadas. Estas medidas han demostrado no ser suficientes.
Ahora el yihadismo ha vuelto a asesinar en una planta de gas en Francia, en dos complejos hoteleros de Túnez, en una mezquita de Kuwait y al final de la tarde un acuartelamiento militar en Somalia, con un total de un centenar de muertos, en lugares muy próximos a nuestras fronteras y nos ha vuelto a pillar a todos desprevenidos. Aquí en España se ha elevado el nivel de emergencia de tres a cuatro sobre un límite de cinco.
En estos grupos hay jóvenes procedentes de familias acomodadas de Oriente Medio, enviados a Europa para estudiar. Adoptan el estilo de vida occidental pero se sienten aislados, solos, poco integrados en un ambiente extraño. Acaban frecuentando la mezquita, no por motivos religiosos sino buscando compatriotas, personas de su misma procedencia. Allí encuentran el entorno de fraternidad y solidaridad que buscaban y son reclutados por grupos radicales que aprovechan sus carencias afectivas. Otros pertenecen a una segunda o tercera generación de inmigrantes musulmanes. Criados en un ambiente laico, caen en la delincuencia: pequeños robos o tráfico de drogas. Años después, desencantados de esa vida, se refugian en la religión y son presa fácil de un islamismo radical que conecta rápidamente con sus inclinaciones interiores: culpar a los demás, en este caso a Occidente, de todos sus males.
Estos individuos resultan fácilmente manipulables por su sentimiento de culpa, la necesidad de lavar un pecaminoso pasado o purgar su antigua condición de infiel. Deben demostrar ante los demás que su falta de fe, su vida desordenada o sus anteriores creencias cristianas han sido erradicadas de raíz. Se muestran especialmente crueles e intransigentes con los infieles, esos herejes degenerados que reflejan, como un espejo, su vida anterior. El rencor hacia su pasado resuena como eco de ese odio a sí mismos que proyectan hacia los demás.
Aquí lo fundamental es que conociendo que países o grupos están financiando estos grupos bajo una careta seudo religiosa, dar un paso adelante e intentar cortar, si es necesario de manera militar, destruyendo su infraestructura criminal y económica y cortar el continuo flujo de jóvenes europeos que ven en el yihadismo la solución a su marginación y que acuden con total impunitad a campos de entrenamiento situados en países y lugares muy concretos de norte de África u Oriente Medio. Europa si no quiere ser aniquilada por estos asesinos no tiene más remedio que atacar con todos los medios a su alcance a los nidos de estas ratas en su guarida. No es posible permanecer por más tiempo con los brazos cruzados a la espera de una próxima oleada de atentados.
olympus
ResponderEliminarAhora
Los servicios secretos de muchos paises llevan años avisandolo, la invasion será silenciosa y cuando menos lo esperemos comenzaran sus guerrillas, mientras tanto nosotros y lo demas paises lo seguimos acogiendo, la solidaridad tiene que ser incuestionable, pero ellos se amparan en eso mismo.
Cual es la solucion ?, yo tampoco lo se, pero la invasion ha comenzado
Rakinmez
ResponderEliminarLos musulmanes pacificos, que los hay y muchos, deben desmarcarse de estos animales, por su bien, para evitar la generalizacion que se hace cuando existe el miedo, si no , el dogma musulman = Terrorista, no se podrá evitar, y pagaran justos por pecadores, que la inmensa mayoria quieren lo mismo que cualquier persona, paz y vida, y dar una oportunidad mejor a sus hijos. No caigamos en el error de apuntar contra todos ellos.
Carmen Virginia
ResponderEliminarTremendo.
No hay nada más cobarde que el atentado terrorista. El del despreciable armado que dispara sin piedad sobre inocentes que pasaban por allí.
Aquí, en España, sabemos de qué hablamos. Aunque ahora vengan algunos a querer ser comprensivos con el terrorismo que padecimos.
Descansen en paz. Lo siento por Túnez. Es un segundo golpe muy duro. Va a ser muy difícil de olvidar.
Pedro Larios
ResponderEliminar38 muertos, la mayoría británicos, en el atentado de Túnez
Luis Carlos Abello Lanzas
ResponderEliminarHay que estar muy loco o confundido para irse de vacaciones a un país islámico
Nazaria Cabañas
ResponderEliminarMe faltan palabras nose que decir nada más que menudo hijos de su santa madre
Mateo Francisco Perez Marti
ResponderEliminarEuropa es una civilización acomplejada, son los EEUU los que nos sacan las castañas del fuego siempre. A estas bestias sanguinarias hay que exterminarlas, y de la manera más cruel posible para que los que vengan detrás se lo piensen,!
Hay que ir a los nidos de estos salvajes y destruirlos para que no produzcan mas destruccion son como hormigas que se reproducen y hay que fumigarlos para su desaparicion .Todo depende de los gobiernos que se pongande acuerdo para erradicarlos definitivamente sin contenplaciones
ResponderEliminarErnesto Garcia
ResponderEliminarMientras por aqui , escondidos detras de las faldas de la Democracia , pero sin cojones de defenderla
Gómez De Villavedón Ferrando Jesús
ResponderEliminarESO ES . ¿ A QUÉ ESPERAN PARA ACTUAR ? .