Esperanza dice no

 

El nombramiento de Esperanza Aguirre como candidata para la alcaldía de Madrid traia implícito un caramelo envenenado por parte de Mariano Rajoy con unas condiciones durísimas: Dejar la presidencia del PP de Madrid en manos de una gestora y que la dirección nacional se encargara tanto del programa como de las listas electorales. Ése era el mandato del presidente.

Una de las personas con la que consultó Esperanza esa oferta-ultimátum fue precisamente Ignacio González y éste le dijo que –al margen de que él fuera candidato- eso supondría el fin del partido y la degradación de su figura pública. Que haya sido Cospedal –consejera y, según decía, alumna de Aguirre- la encargada de presionarla ferozmente para entregar el partido a cambio de ser candidata.

Aguirre se negó en rotundo al intercambio de cromos y apeló a los estatutos del partido. Bastante que tuviera que tragar con el sacrificio político de Ignacio González, su mano derecha durante tantos años. "Esperanza dice que no", transmitieron al presidente mientras el Comité Electoral Nacional -reunido desde las doce de la mañana- aguardaba las órdenes con impaciencia. "Que pongan una gestora mañana si quieren, y en ese momento que busquen a otro candidato, porque yo no me voy a presentar como candidata para que el programa lo hagan otras personas con las que yo no coincido, y la lista electoral otro tanto", resumió con enfado. "Alto y claro. Si me ponen una gestora, no soy candidata", destacó Aguirre en la Cadena Cope este domingo.

Rajoy veía hasta este momento la oportunidad perfecta para intentar obtener el control de Madrid y quería aprovechar estos nombramientos para hacerse con la delegación que siempre ha plantado cara y ha hecho más caso a los principios del partido a los intereses del presidente nacional. Desde siempre los militantes han obedecido siempre mucho mas al dúo  Aguirre – González.

Después de unas largas negociaciones que han durado veinticuatro horas, la dirección nacional acabó reaccionando ante la tormenta política desatada a través de un breve comunicado pasadas las tres de la tarde del domingo. Según informó, lo acordado por Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre es que, si finalmente es elegida alcaldesa, renunciará a la presidencia del partido en Madrid.

Ese resultado de las negociaciones, alejado de la gestora y la imposición de programa y listas, casa más con lo planteado por Aguirre. Ella misma reconoce que, en caso de ganar las elecciones, es "muy probable" que no se presente a la reelección como jefa del PP regional. "Ya veremos lo que pasa", añade. Si Aguirre gana, se dedicará al ayuntamiento y Rajoy buscará un presidente de la estructura regional próximo a él. Y, si pierde, la dirección ya avisa de que se hará "limpia". En todo caso, recalca su entorno, todo se haría de acuerdo a los estatutos y se convocaría un congreso.