La tormenta perfecta
Cuatro crisis en una:
Económica,
institucional, social y política.
Gonzalo López Alba
Son las cuatro crisis que forman la
ciclogénesis explosiva que abate España con los vientos huracanados de una
tormenta perfecta. Como advierte Sheldon W. Wolin (Política y perspectiva), “el
punto peligroso no es la existencia de conflictos económicos, descontento
político [y social] o desacuerdo religioso [para el caso, léase territorial],
sino la convergencia de estas frustraciones”. En España, si es que no
han convergido ya, se aproximan peligrosamente al punto de intersección.
LA CRISIS ECONÓMICA.
Parece que empezó ayer, y van ¡cuatro años! (Lehman Brothers anunció el 15 de
septiembre de 2008 la presentación de quiebra, consagrada como el acontecimiento
que marcó el comienzo, aunque hubo avisos anteriores de los que nadie quiso
hacer caso). Y lo que es peor: no se atisba la luz al entrar en el quinto año.
La gran paradoja es que si Alemania no hubiera inundado Europa de dinero fácil,
los países del Sur no habrían alcanzado los niveles de endeudamiento que ahora
arrastran como cadenas. Del cotejo entre los libros que sobre la crisis
escriben el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Solbes, su primer
vicepresidente económico, pueden saltar chispas.
A pesar de los paralelismos que se han buscado con crisis
anteriores, uno de sus rasgos diferenciales es que, como ha escrito Zygmunt
Bauman (El tiempo apremia), si para afrontar la Gran Depresión que comenzó en
1929 la tarea que lideró Roosevelt fue “resucitar, relanzar la economía,
lubricar y fortalecer la industria, que era la principal fuente de empleo”,
ahora “el reto es más complicado: implica a los mercados financieros, que no
son los creadores de los puestos de trabajo sino tan sólo el vínculo
indispensable”. Pero la cosa se complica porque, como detectó Naomi Klein, los
Estados han dejado de funcionar como una comunidad de solidaridad entre sus
ciudadanos para transformarse “en una gigantesca empresa de seguros consagrada
a emitir pólizas a los bancos”, ¡que pagan los contribuyentes a través de los
impuestos!
Y ningún líder político ha tenido el coraje de reconocer una
premisa imprescindible para el hallazgo de soluciones adecuadas al nuevo reto.
La cruel premisa, descrita por André Gorz, es: “Toda política, sea cual sea la
ideología que la sustenta, es falaz si no reconoce el hecho de que ya no puede
haber pleno empleo para todos y que el trabajo ya no es el punto de gravedad de
la vida y ni siquiera la principal actividad del individuo”. Los expertos
pronostican desde hace ya algún tiempo un futuro de ‘jobless growth’ o
crecimiento sin empleos, de modo que “hace falta crear algo nuevo”. Y esta,
según añade Gorz, “es una responsabilidad de la política, entendida esta como
una tarea compartida por el conjunto de la sociedad, una sociedad que vuelva a
ser de ciudadanos, y en la que los políticos no presenten su actividad como una
descarga de tareas ingratas”. Es aquí donde convergen la crisis económica y la
política.
LA CRISIS
INSTITUCIONAL.
Afecta a toda la columna vertebral del sistema, desde los
alcaldes hasta la Corona, pasando por la Justicia y el modelo de Estado, y está
estrechamente relacionada con la pérdida de ejemplaridad en los
comportamientos, que aparece como el eje de su intersección con las crisis
política, económica y social.
Como nos recuerda el historiador Jacques Barzun,
“las grandes instituciones son tantas veces víctimas de sus presuntos
guardianes como de sus enemigos” (Del amanecer a la decadencia). La rapidez con
que tras la llegada del PP al Gobierno se renovaron los órganos
constitucionales bloqueados durante años por falta de acuerdo con el Gobierno
del PSOE viene a dar la razón a quienes califican el comportamiento de la
derecha en la oposición como propia de un “matón de taberna”, al que conviene
no molestar porque, si se hace, no tiene reparo en destrozar el local.
LA CRISIS SOCIAL.
Que todavía no haya estallado (algo que puede ocurrir en cualquier momento)
viene a ser prueba de la eficacia del sistema de cohesión social que se había
articulado y que el Gobierno del PP se afana en deconstruir (no sólo desmontar,
sino hacer añicos). Pero cuatro años después, las cajas de resistencia,
individuales o familiares, están empezando a quedarse vacías. A la derecha
nunca le gustó el mal llamado Estado del Bienestar y, desaparecido el modelo de
planificación comunista que obligaba a mantener un equilibrio competitivo, el
capitalismo resolvió que ya no necesitaba disimular: no hay más ley que la del
máximo beneficio y la socialización de las pérdidas (de la que participaron
activamente los socialistas liberales).
LA CRISIS POLÍTICA.
El Gobierno del PP, al amparo de su mayoría absoluta en el Parlamento, ha
optado por la política de choque, una estrategia que achica el espacio para el
acuerdo y envenena el clima político. Y el PSOE no se encuentra. A su falta de
credibilidad por su todavía reciente paso por el Gobierno, une la incapacidad
para construir un relato coherente que explique que no han sido las políticas
socialdemócratas, sino las neoconservadoras, las que trajeron la crisis
económica. Para recuperar el crédito, primero tendrán los políticos que
rescatar el poder de actuar que entregaron a los mercados.
Pero creer que toda la culpa es de los políticos resulta
demasiado fácil para ser verdad. Ya lo observó hace un siglo Ortega y Gasset:
“Diríase que los políticos son los únicos españoles que no cumplen con su deber
ni gozan de las cualidades para su menester imprescindibles. Diríase que
nuestra aristocracia, nuestra Universidad, nuestra industria, nuestro Ejército,
nuestra ingeniería, son gremios maravillosamente bien dotados y que encuentran
siempre anuladas su virtudes y talentos por la intervención fatal de los
políticos. Si esto fuera verdad, ¿cómo se explica que España, pueblo de tan
perfectos electores, se obstinen no sustituir a esos perversos elegidos?”
(España invertebrada)
carlos forns
ResponderEliminarEstoy en principio de acuerdo con su artículo y argumentos. Tiene tintes pesimistas pero la situación no es para menos.
El que falte trabajo es sin duda un problema al que no le veo solución, ya que la tecnología y maquinaria [capital]ha ido sustituyendo progresivamente desde hace muchas décadas a la mano de obra. Por otra parte, con el actual Sistema, el aumento de producción ha de ir acompañado del equivalente del consumo, con lo cual nos estamos comiendo y degradando el planeta.
Por otra parte la especulación financiera [en España la burbuja inmobiliaria], junto con el dinero fácil y barato que hubo, no animaba a los que podían pensar en invertir en la industria o la agricultura.
Sin duda van emergiendo nuevos sectores, pero éstos absorben poca mano de obra y además muy cualificada, frente a la que se destruye. Por no mencionar el alargamiento de la vida útil.
En esta situación, el Estado del Bienestar va a ir cayendo en picado, a no ser que haya un giro de 90 grados, buscando el Bienestar sin consumo depredador.
Pienso que con este panorama, no muy distinto del de Grecia, Portugal, o incluso Italia, si la UE nos interviene y nos controla, la situación no va a empeorar.
doblelectura
ResponderEliminarDemasiadas crisis para atajarlas con analgésicos.
El enfermo necesita un cirujano y lo primero que hace falta es quitar del medio al médico de familia, al practicante y al cura que quieren confortarle el ánimo mientras muere placidamente.
¿¿Que quien es cada uno??...Adivinelo usted..No es dificil.
Ciudadano en acción
ResponderEliminarPatético y esperpéntico, además de triste, penoso y vergonzoso, que una latropolícracia formada por 450.000 mamandurriantes de dinero público [ solo Zapatero se lleva 12.000 €/mes mas coche chófer secretarias y guardaespaldas total mas de 30.000 €/mes, después de haber creado mas de 10,000.000 de pobres y haber dejado una deuda infinita para que la paguemos los demás ]
Pero mas triste penoso y vergonzoso es que habiendo en España mas de 450.000 personas con mas capacidad intelectual y/o mejor preparación cultural, no hayamos podido encontrar la manera de o no sepamos o queramos organizarnos y quitarles el Poder Político a los políticos que nos han llevado a esta situación de ruina social, política y económica.
Estamos muy cerca de convertirnos en una nueva Yugoslavia-2 y los políticos nacionalistas independentistas en su afán de ser cabezas de ratón antes que cola de león están dispuestos a llenar la calles de las ciudades y los campos de miles de muertos, que ellos los convertirán en miles de razones para odiar a España y asegurarse infinitamente sus mamandurrias pues esta es la razón, el fondo y la esencia de todas las reivindicaciones
Carlos Belchite
ResponderEliminar"A la derecha nunca le gustó el mal llamado Estado del Bienestar y no han sido las políticas socialdemócratas, sino las neoconservadoras, las que trajeron la crisis económica,esto lo pone en ese art y yo digo, vaya otro que elude las responsabilidad socialista para culpar a Lehman brothers y al gobierno nuevo,olvidandose de la gestion socialista,¿ no fue Franco y su derecha la que instalo el estado del bienestar, la clase media?como se puede decir que la derecha esta contra el estado del bienestar,