La Cataluña silenciosa sale a la calle y rebosa Sant Jaume: "¡Puigdemont, a prisión!"

Miles de personas se manifiestan contra el 1-O en la plaza Sant Jaume de Barcelona. 

Con una pancarta con el lema 'Cataluña es España. Democracia, futuro y libertad' en la cabecera, los manifestantes han marchado entre gritos en favor de la unidad de España. La Cataluña silenciosa ha salido finalmente a la calle. A solo 12 horas del inicio del referéndum por la independencia de Cataluña, miles de personas han tomado el centro de Barcelona en una marcha que ha partido de la plaza de Urquinaona y ha desembocado en la plaza Sant Jaume, frente al Palacio de la Generalitat y la del Ayuntamiento, el mítico lugar desde el que Tarradellas y Pujol realizaron grandes proclamas. Allí retumbó el grito de "¡Puigdemont, a prisión!".

Los participantes han exclamado consignas a favor de la unidad de España y contra la celebración de la votación de mañana domingo. Hubo símbolos ultras, pero también mucho catalán que se mostraba harto de ver cómo el independentismo manda en la calle. No se recuerda una ocasión en Barcelona en la historia reciente con semejante cantidad de banderas de España. La marcha fue convocada por las asociaciones España y Catalans y Somatemps, próximos a la ultraderecha, y ha terminado desbordando las calles aledañas de la plaza en un momento insólito en la capital catalana.

Las banderas españolas se han visto acompañadas de un buen número de 'senyeras' y también de banderas de la Unión Europea. También se han dejado ver unas pocas banderas y camisetas con el águila franquista y alguna bandera de partidos y grupos de la ultraderecha española.

Imagen de la manifestación contra el 1-o que ha recorrido la Vía Layetana | EFE

El perfil bajo con el que PP, Ciudadanos, el PSC y la entidad Sociedad Civil Catalana (SCC) han afrontado la recta final del golpe de Estado separatista contrasta con la reacción de miles de barceloneses que el sábado por la tarde llenaron de banderas de España, catalanas y europeas la Vía Layetana bajo una intensa lluvia.

En torno a unos veinte mil ciudadanos mostraron su rechazo al referéndum, dieron vivas a la Guardia Civil y homenajearon a la Policía Nacional al paso por la comisaría central en Barcelona. "Trapero dimisión" y "esta es nuestra policía" fueron los gritos más coreados. Así como el de "no vais a votar, referéndum ilegal". La afluencia de gente desbordó a los convocantes, pequeñas entidades como "De España y catalanes" o "Somatemps", a quienes los partidos "constitucionalistas" dieron la espalda.

En principio estaba prevista una concentración en la plaza de Urquinaona, pero la inesperada asistencia de ciudadanos derivó en una marcha cívica por una de las principales arterias barcelonesas que desembocó en la plaza de San Jaime, sede del 

Ayuntamiento y la Generalidad.

La jornada ha transcurrido sin grandes incidencias, más allá de un grupo de participantes en la marcha que se han subido al monumento a Ramon Berenguer exhibiendo un bote de humo rojo, mientras otros cantaban "Que viva España". Otro grupo de manifestantes ha quemado una 'estelada' en mitad de la plaza de Sant Jaume. La transmisión para el telediario de la Sexta con los primeras espadas desplazados en bloque para animar la contienda, ha sido boicoteada por sorpresa por la irrupción de banderas españolas ocupando toda la pantalla.

A ambos lados de la amplia Vía Laietana, parados sobre la acera, decenas de barceloneses asistían incrédulos a la aparición de ese músculo social en contra del referéndum y del independentismo que algunos aseguraban que no existía y otros, como se ha demostrado en lo cierto, decían que simplemente estaba dormido. Es la primera vez en muchos años en Cataluña que miles de personas se lanzan a la calle en favor de la unidad de España sin ser, como es lo habitual, el reducido grupo de ultraderechistas. Lo cuales, huelga decir, también anduvieron mezclados entre la multitud.

En la "guerra" de banderas, las horas previas al referéndum han quedado marcadas por la exitosa y casi espontánea manifestación "españolista", convocada a través de redes sociales y con poco o nulo acompañamiento mediático. Mientras grupos de profesores, alumnos y miembros de los Comités de Defensa del Referéndum (CDR) se encierran en los centros de votación (según la Delegación de Gobierno, los separatistas se han hecho fuertes en 163 colegios de los 1.300 visitados hasta el momento por los Mossos), el éxito de la manifestación a favor de la unidad de España ha supuesto un giro no previsto en el guión de la Generalidad y de los partidos para el fin de semana del referéndum.

Dudas en ANC y Òmnium

Los dirigentes separatistas comienzan a rebajar sus pretensiones y optimismo. Las encuestas que difunden en las últimas horas aluden a una participación superior al 60%. El "sí" se impondría con un 83%, según sus datos. Sin embargo, los líderes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, y de Òmnium, Jordi Cuixart, hablaban este sábado de que un millón de votos ya sería un éxito. En el 9-N dieron la cifra de 2,3 millones de votantes. Censuran la presencia policial, hablan de "estado de sitio" y apelan a Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional para que dejen votar, así como a sus partidariopuigdems para que se muestren "firmes" en su voluntad de votar.

En teoría, los Mossos d'Esquadra deben controlar que los centros electorales estén cerrados a las seis de la mañana del domingo. La ANC y Òmnium han pedido a sus voluntarios que se personen también a primera hora para desprecintar los colegios y garantizar la celebración del referéndum.

Mientras los independentistas se han encerrado voluntariamente pasando el rato y haciendo tiempo con los niños en los colegios, a la espera que los Mossos acudan a desalojarlos a las seis de la mañana,los constitucionalistas están campando a sus anchas en Barcelona. Se han marcado un gol en la propia puerta