¿Soberanía nacional o libertad individual?... de Djokovic

El tenista Novak Djokovic, que puede ser expulsado del Abierto de Australia, ha interpuesto un recurso para poder quedarse y disputar desde el 17 de enero contra Rafa Nadal donde tanto él como el español aspiran a ganar un 21º título del Grand Slam. El número uno del tenis mundial fue retenido por la policía fronteriza al llegar a Australia el miércoles, y su visado fue cancelado por no cumplir con los requisitos relativos a la vacunación contra el Covid para ingresar al país.

Es tan respetable que Djokovic no quiera vacunarse como que el gobierno Australiano no le permita entrar en su país, nadie le obliga a vacunarse. Su adversario Nadal, lo ha resumido con una frase lapidaria: "Djokovic conocía los riesgos pero el es mayorcito y ha tomado sus propias decisiones. Eso tiene consecuencias".

No comparto, pero respeto, que no se quiera vacunar o decir si lo ha hecho, pero debe cumplir las normas del país como cualquiera o que se quede en su mansión. El deportista serbio es un extraordinario tenista, pero un solemne cretino al que no le salva el amor de su padre al definirlo como un moderno Espartaco. Los argumentos de Djokovic son tan absurdos como patéticos.

Ya es demasiado tiempo que la limitación de movimientos de los ciudadanos y el control social impuesta por los políticos que confunden muchas veces la soberanía nacional con sus deseos y las continuadas ordenes y contraórdenes sanitarias para controlar el Covid, nos está convirtiendo en clientes de consultorios spiquiátrícos y amenaza con acabar con nuestras libertades.